SOLISTA Y GRUPO
DESLUMBRANTES
Mozarteum Argentino.
Inicio de la Temporada 2017. Actuación de la Orquesta de Cámara de Munich (Concertino:
Soyeun Kang). Solista: Verónika Eberle (Violín). Programa: Wolfang Amadeus
Mozart: Sinfonía Nº 33 en Si bemol mayor, K. 319; Concierto para Violín y Orquesta Nº 4
en Re mayor, K.218. David Fennessy: “ Hirta Rounds” (Para Cuerdas); Max Reger: Andante Lírico para
Cuerdas; Franz Joseph Haydn: Sinfonía Nº 45 En Fa sostenido menor, Hob I: 45, “Los
Adioses”. Teatro Colón: 24 de Abril de 2017.
NUESTRA OPINION: Excelente.
Honor a Veronika
Eberle y a la Orquesta de Cámara de Munich. Esa es la reacción inmediata que
provocó en Mí el desarrollo del Concierto con el que el Mozarteum inició en el
Colón la temporada 2017. Con 27 años, Eberle es una interprete consumada. Sonido
refinadísimo, segura, dueña de una técnica formidable que le permite acometer
sin problemas los pasajes mas comprometidos de la obra que está interpretando.
Así, escuchar el Concierto nº 4 de Mozart para su instrumento fue un deleite.
La Orquesta, guiada por su Concertino, Soeyun Kang, es un formidable
instrumento. Obsérvese, que digo el conjunto todo. Y es así, por ajuste,
calidad de los instrumentistas, detalles que se observan como el manejo de las sonoridades,
las pausas y, sobre todo, los silencios como pocas veces se ha escuchado. Como
bis, un vals de Kreisler con Eberle marcando el pulso, fue el regalo para un
público que aunque llamativamente no muy numeroso, no decayó en ningún momento
en el entusiasmo.
El resto del programa
incluyó, una muy buena versión de la Sinfonía Nº 33 de Mozart, con todas las
cualidades de interpretación anteriormente señaladas. Un estreno local, “Hirta Rounds” de David Fennessy, para grupo
de cuerdas distribuidos en tres sectores en forma semi-circular. La obra es de sencilla escritura pero intensa en su
desarrollo. Basada en la remembranza de
la evacuación de la Isla de Hirta (Escocia) en Setiembre de 1930, que ha
quedado reducida a esqueletos de piedra de las edificaciones que allí existían.
Esta obra fue el resultado de un encargo de la agrupación visitante y es una
grata novedad que amplió el espectro auditivo. Luego una magnífica versión del “Andante
Lírico” de Max Reger nos fue poniendo mas cerca de Haydn y las Sinfonía “Los
Adioses” en la que el conjunto todo se floreó para una versión decididamente
soberbia y terminada como se debe, es decir, con los instrumentistas
abandonando el escenario, hasta quedar solo la Concertino y la Viola Solista.
La ovación marcó como retribución, una estupenda versión del movimiento final de la 29 de Mozart, en la que una vez mas, la
calidad quedó ratificada.
Donato Decina
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