miércoles, 10 de mayo de 2017

VIVALDI INOLVIDABLE

Mozarteum Argentino: Actuación de la Venice Barroque Orchestra, Violín Concertino: Giampiero Zanocco. Solistas: Romina Basso (Contralto), Gianpiero Zanocco-Giorgio Baldan (Violines), Massimo Raccanelli Zaborra-Federico Toffano (Violonchelos), Anna Fusek (Flauta Directa Sopranino). Programa integrado por obras de Antonio Vivaldi. Teatro Colón, 08 de Mayo de 2017.

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.


  Para la mejor historia de los conciertos del Mozarteum. Tal el calibre de la presentación de estos extraordinarios interpretes que realizaron una exquisita interpretación de obras de Vivaldi, a tono con el revisionismo actual y que nos dejó con ganas de seguir escuchando mucho mas. De la Orquesta Venice Barroque solo se puede decir que es un organismo perfecto. Del Concertino (que además es un formidable solista), hasta el último de sus integrantes. De las interpretaciones, en cuanto al grupo Orquestal solo, todas a un “tempi” justo, chispeantes los allegros y los prestos, mas reflexivos pero para nada pesantes los andantes y los largos. Esto se puso de manifiesto con las magníficas interpretaciones de las Sinfonías en Sol Mayor RV 146 y RV 157, que están numeradas así en el catálogo de acuerdo a las fechas de las respectivas ubicaciones de los manuscritos, los que muchas veces se hallaron en lugares lejanos a Venecia, dado que el Compositor efectuaba giras con asiduidad y en el lugar de cada actuación quedaban allí. (Piénsese en que muchas obras se hallaron recién a comienzos del Siglo veinte).

 En cuanto a los Conciertos se escucharon tres. Dos para la formula Dos Violines y Dos Violonchelos y uno para Flauta Directa Sopranino. En el primero actuaron como solistas el Concertino Gianpiero Zanocco, dueño de pulcra y formidable técnica y el Guía de segundos violines Giorgio Baldan, el que si bien mostró un sonido un tanto menor al de su compañero, mantuvo el estilo, la cohesión de la obra y se cumplimentó con su Colega y la Orquesta  a la perfección. En el de Violonchelos actuaron los dos que integran el Grupo, Massimo Raccanelli Zaborra y Federico Toffano. Son Violonchelos a la usanza de época los que aquí en manos de estos dos músicos sonaron magníficos. En el largo tuvimos el momento “cumbre” de ambos, en donde desgranaron toda la pasión y la intensidad que esta música tiene. Y la sorpresa corrió en el de Flauta Directa Sopranino, en donde conocimos a Anna Fusek, la que además de integrar la fila de segundos violines, es una solista formidable de flauta. Los tres movimientos del célebre concierto RV443 tuvieron una interpretación decididamente “celestial”, cosechando la interprete una ovación de tal magnitud, que alcanzó a las recibidas por Romina Basso.

  Y hablando de la Mezzosoprano, su actuación fue creciendo en “voltaje”. Ya desde el Aria “In si torbida procela” de “Bajazet”, encontramos a una interprete de graves profundos, casi cavernosos. Dueña de un profundo conocimiento del estilo interpretativo, transmitió al público lo que el personaje expresa en escena. Su segunda intervención con “Gelido in ogni verna” de “Farnace”, la encontró mas asentada y adaptada a la sala del Colón y en “Rompo I ceppi” de “Orlando Furioso”, con la que culminó la primera parte del concierto, logró arrancarle al público la primera ovación genuina.  Al abordar “Cor mio che prigion sei” de “Atenaide”.lo hizo con una sala expectante que ya había disfrutado de la actuación de la flautista Fusek y un grupo ya cómodo en el escenario, con lo que también Basso comenzó a transitar con mayor seguridad aún su programa y tuvimos un fragmento vertido con mayúsculas. Otro momento magnífico llegó luego con “Vedro con mio diletto” de “Giustino”, donde la expresividad fue de excelencia y las ornamentaciones que el género permite lo fueron aún mas. El cierre formal del concierto fue con “Se lento ancora il fulmine” de “Agrippo”· Donde Basso trazó una cumbre que paradójicamente superaría luego en el bis, pero que aquí hasta el conjunto en el momento final tuvo una pasaje de lujo extremo, digno para un concierto de semejante calibre.

  El “bis” se hizo con “permiso” de Vivaldi, ya que Basso y el grupo entregaron una versión inolvidable de “Lascia qu’io pianga” de “Rinaldo” de “Häendel”, con una Basso en su máxima expresión, dueña de la escena, el estilo y de una extraordinaria flexibilidad vocal,  mas un grupo que se entregó de tal forma que hizo que el público tardara unos segundos en reaccionar frente a tanta belleza.

  Escuchamos, aprendimos, pensamos y nos deleitamos. Hacía falta algo mas?


Donato Decina

No hay comentarios:

Publicar un comentario