viernes, 19 de febrero de 2021

 

 

 

UNA GRAGEA A MODO DE REENCUENTRO

(SEA IGUALMENTE BIENVENIDA)

 

Teatro Colón: Concierto al aire libre en el Anfiteatro “Eva Perón” de Parque Centenario. Actuación de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Darío Domínguez Xodo. Solista: Pablo Saravi (Violín). Participación Especial: Paula Peluso (Piano). (Temporada del 75º aniversario de la Orquesta). Programa: Obras de Antonio Vivaldi y Astor Piazzolla (En el inicio de las celebraciones del centenario de su natalicio y en adhesión del Teatro Colón a los festejos del Bicentenario del Barrio de Caballito).

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Y por fin  el Colón y la Filarmónica. Cincuenta minutos que parecen insuficientes pero que marcan el inalterable romance de los habitués con la música. Cincuenta minutos de excelso silencio para seguir y escuchar muy buen sonido. Cincuenta minutos sin aplausos fuera de lugar. Con un programa “casi” a lo Gidon Kremer pero al cincuenta por ciento. Que sirvió para homenajear a Caballito en su bicentenario, corazón de la ciudad , en un ámbito en donde el Colón tuvo su segunda casa. Enumerar las figuras Nacionales  e Internacionales que en el Parque Centenario se presentaron de la mano del Teatro es interminable como también lo son las instalaciones de escenarios, pero también los incendios y desmontes de las diferentes estructuras que sirvieron para albergar la actividad musical y que ahora, aún al no ser del Colón (como debería), continúa recibiendo manifestaciones con el sello de calidad de Ntro. primer Coliseo.  Un programa que obró de puntapié para el inicio de los homenajes al gran Astor en su centenario, sumado a los festejos del 75º aniversario de la Filarmónica. Paradojas del destino: un oriundo de Mar del Plata honrado por una orquesta de Buenos Aires cuyos conciertos fundacionales se desarrollaron en Mar del Plata.

 

  “Las Estaciones”. Las cuatro épocas del año retratadas en música por mitades iguales. Las de Piazzolla como extremos del programa (Otoño al inicio y el Verano al final) y las de Vivaldi al centro (Invierno y Primavera). Abordadas por 21 instrumentistas de cuerda de la Orquesta quienes cumplieron con todas las condiciones que la pandemia impone (Hisopado previo, barbijos y distancia). Darío Dominguez Xodo (quien el pasado año se hizo cargo de la Banda Sinfónica de la Ciudad) invitado a conducir la velada, ingresando con su barbijo puesto. Xavier Inchausti como concertino y tras el choque de puños a modo de saludo de  Este último con el conductor, por fin la música fluyó.

 

  Las obras de Piazzolla fueron abordadas en las ya bien probadas transcripciones de José “Pepe” Bragato, acompañante de Astor en muchas de sus formaciones y para Vivaldi, lógicamente, el sonido de la Orquesta Moderna.

 

  Notable intensidad, profundidad y brillo se percibió en “Otoño Porteño”. Volver a escuchar a esa cuerda notable con mayoría de instrumentistas de la Orquesta que además conforman reconocidos conjuntos de cámara del medio,  dio por resultado una muy buena versión. Súmese a ello una muy buena participación desde el piano de Paula Peluso, actuando como sostén de la cuerda y marcando el ritmo distintivo “piazzoleano”.

 

  En  “El Invierno” y “La Primavera” de “Las Cuatro Estaciones” de Antonio Vivaldi, pudimos apreciar una notable faena de Pablo Saraví como solista. Histórico miembro de la Filarmónica, integrante del Cuarteto Petrus, docente, investigador e historiador del instrumento que tanto lo apasiona, demostró su sapiencia y desplegó todo aquello que adquirió en sus años de "Camerata Bariloche” tanto como en los recientes de “Los Solistas de la Academia Bach”. Sentimiento, pasión, entrega y un momento de lujo en el Primer movimiento de “La Primavera” cuando en su primer solo fue secundado por Xavier Inchausti y Hernán Briático registrándose allí el punto culminante de la noche: cuerdas excepcionales y sonido inmaculado. Más allá de mi consabida preferencia por instrumentos a la usanza de época y que por lo tanto con ellos es distinto hasta el “tempi” (mucho más intenso sin duda), las versiones fueron de muy buena factura y fueron recibidas con entusiasmo por el público, el que llenó (hasta donde el aforo lo permitío) las localidades habilitadas.

 

    El final reunió a todos los interpretes (incluido Saravi, quien en los fragmentos de Piazzolla se ubicó junto a sus compañeros), en una buena versión de “Verano Porteño”), que incluyó muy buenos solos de Xavier inchausti, el impecable ajuste que Dominguez Xodo logró del conjunto (como a lo largo del concierto todo) y una vez más el sostén de Paula Peluso desde el piano.

 

  Y así, como lo marcan los protocolos, breve en la duración pero intenso en la música, llegó el reencuentro con la Filarmónica y el Colón (Sus principales directivos presenciaron el concierto, el Personal de Sala asistió al público en todo momento, tanto como el de Seguridad, el que en algún caso no se privó de excederse en la actitud como ocurrió hasta el 2019). Todo parece indicar que Marzo traerá novedades. Hasta ahora hay trascendidos, es cuestión de esperar. Una gragea por ahora. Esperemos que como consecuencia traiga un efecto intensificador.

 

Donato Decina.

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