viernes, 25 de noviembre de 2022

 

La esperada Tosca con Netrebko se hizo realidad

 

Tosca en el Teatro Colón

Teatro Colón de Buenos Aires

Jueves 24 de noviembre de 2022

Escribe: Graciela Morgenstern

Fotos: Máximo Parpagnoli / Arnaldo Colombaroli

  

Tosca,de Giacomo Puccini
Libreto: Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, basado en la pieza homónima de Victorien Sardou
Elenco: Anna Netrebko, Yusif Eyvasov, Fabián Veloz, Luís Gaeta, Mario De Salvo, Darío Schmunck, Cristian De Marco, Claudio Rotella y Guadalupe Fustinoni
Orquesta y Coro Estables del Teatro Colón;
Director de coro: Miguel Martínez
Coro de Niños del Teatro Colón,
Director del Coro de Niños: César Bustamante                                                                                         Dirección musical: Michelangelo Mazza                                                                                   Producción original: Roberto Oswald 
Escenógrafía: Roberto Oswald                                                                                                       Iluminación: Rubén Conde
Diseño de vestuario: Aníbal Lápiz                                                                                                                    Dirección de escena: Aníbal Lápiz

Ya casi en el cierre de la Temporada 2022, el Teatro Colón repuso "Tosca", una de las expresiones más relevantes y populares den­tro del repertorio operístico italiano.  La obra tiene una particular suma de encantos que la convierte en una maravilla del teatro lírico. Es teatral desde todo punto de vista: por la sucesión de acontecimientos que se desarrollan vertiginosamente, por el talento de Illica y Giacosa para reunir en tres actos relativamente breves las ideas de Sardou y ante todo, por el instinto musical de Puccini que logró un crescendo dramático con escasos parangones en la historia de la ópera.

 

 Además de líneas melódicas extraordinariamente be­llas, la partitura posee una gran sutileza expresiva en la que el compositor plasmó conflictos y reacciones humanas. El libreto está basado en el drama homónimo de Victoriano Sardou, que fue escrito para la inolvidable Sarah Bernhardt. Desde su estreno en Turín en 1900, ha gozado de amplias preferen­cias por parte del público.

 

Tos­ca es una obra de grandes divos, requiriendo a su vez. la participación de un director de orquesta capacitado, con buenas dotes comunicativas. En nuestros días, representarla con resultados artísticos relevantes involucra un desafío de considerable magnitud, especialmente en un teatro con la tradición del Colón. La expectativa que produjo esta reposición no fue poca, por la presencia de Anna Netrebko en el elenco, cantando su primer rol operístico en nuestro primer coliseo y por la recreación de la producción escénica de Roberto Oswald, uno de los más grandes artistas argentinos de las últimas décadas, creador de magníficas puestas que hasta el momento, han sido imbatibles en nuestro medio

La gran mayoría de los asistentes esperaba la presentación de Netrebko, una de las sopranos con mayor fama internacional que si bien se presentó en dos oportunidades con recitales de relevancia, nunca se la había escuchado en una ópera completa. Las expectativas eran muy altas pero la soprano no decepcionó. Su patrimonio vocal es bien conocido. Su voz de timbre grato y ho­mogéneo, excelente técnica, caudal adecuado, unido a un desempeño escénico extraordinario, causó gran impacto en el público, que la ovacionó en "Vissi d'arte" y al concluir la función..

Yusif Eyvasov compuso un Cavaradossi heroico y desafiante, desempeñándose con gran histrionismo. En el aspecto vocal, la manera en que los agudos fluyen con naturalidad lograron convencer. Cantó su parte con pasión, especialmente sus arias "Recondita armonía" y "E lucevan le stelle, en la que supo remarcar sutilezas. Recibió, también ovaciones de una sala repleta.

Fabián Veloz, artista inteligente y refinado, que está desarrollando una carrera internacional en franco ascenso, presentó un Barón Scarpia en quien el deseo se entremezcla con la cruel­dad y la obligación de cumplir con el deber. Y resultó convincente.

Entre los restantes componen­tes del elenco, se hizo notable la participación de Luis Gaeta que compuso al Sacristán con eficiente actuación vocal y escénica. Mani­festando una labor cuidadosa y esmerada, le bastaron los escasos momentos que el libreto le proporciona para definir el perso­naje.

 

También fueron valiosas las actuaciones de Darío Schmunck como Spoletta y Cristian De Marco encarnando a Sciarrone. En un marco de corrección se desempeñó Claudio Rotella (el carcelero) y Guadalupe Fustinoni aportó su bella voz, de timbre cálido, al rol del pastor.

 

Tanto el Coro Estable como el Coro de Niños, bajo la dirección de Miguel Martínez y César Bustamante, respectivamente, realizaron una labor de notoria eficacia.

 

Michelangelo Mazza desde el podio, dirigió a la Orquesta Estable con garra, brillo y expresión, captando y transmitiendo la emotividad y dramatismo del texto.

 

Párrafo aparte merece la producción escénica, basada en la concepción original del gran Roberto Oswald, que resultó revolucionaria por su creatividad en la manera de servir al libreto sin tergiversarlo. Una puesta tradicional que no subestima al público mostrando el tema remanido de la universalidad y atemporalidad, como si fuera necesario “explicar” eso a la audiencia para que lo pueda entender. No se traslada la obra a la época actual ni recurre al uso de simbología de dudoso gusto.

 

La esceno­grafía, de Oswald, fue suntuosa y colorida, reproduciendo cada uno de los lugares donde la acción se desarrolla con gran profusión de detalles. La iluminación diseñada por Rubén Conde también fue apropiada. Com­pletó este trabajo el bellísimo vestuario ide­ado por Aníbal Lápiz, de elaborada factura, refinamiento y buen gusto.

 

La régie de Aníbal Lápiz tuvo acción y vuelo imaginativo. Introdujo algunos cambios en la marcación respecto de versiones anteriores, que dio nueva vida al conocido libreto, sin dejar de evidenciar coherencia y siéndole absolutamente fiel

 

Un público enfervorizado premió el espectáculo con una cerrada ovación. Para alegría de todos, el Colón volvió a rugir.

 

CALIFICACION: EXCELENTE

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