jueves, 8 de noviembre de 2018

DESCENDER DESDE LA EXCELENCIA A LA DISCRECION “Colón Contemporáneo”: Actuación de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires: Director: Enrique Arturo Diemecke. Solistas: Mercedes García Blesa (Soprano), Verónica Cánaves (Mezzosoprano), Grupo Vocal de Difusión, Director: Mariano Moruja. Programa: Obras de Koering, Adés y Ligeti. Teatro Colón, 03 de Noviembre de 2018. NUESTRA OPINION: BUENO. Este concierto sin ninguna duda será recordado solamente por la audición de “Requiem” de Gyorgy Ligeti. El resto de lo escuchado pasó con pena y sin gloria, lamentando entonces la oportunidad perdida, comparando anteriores oportunidades en donde pudimos apreciar trabajos de verdaderos gigantes de la segunda mitad de siglo veinte y de los ya casi dos decenios del corriente siglo. No es por caso que Thomas Adés no lo sea, pero la Obra elegida “Polaris, Viaje para Orquesta” es lo menos representativo del catálogo del Compositor Inglés. Compuesta bajo el influjo del minimalismo, inspirada en el nombre de la estrella situada en el cielo sobre hemisferio norte, “Polaris… “ es una sucesiva reiteración de una grata melodía, la que se apoya en un acorde reiterado por las trompetas de la Orquesta, tal vez a tono con el sentir musical de Enrique Arturo Diemecke quien sorprendió a propios y extraños cuando al anunciarse la temporada actual en Diciembre del pasado año, se supo que asumiría la Conducción de Este Concierto. Pareció mucho mas osada la inclusión de una de las “sequenza” de Luciano Berio en el propio abono de la Orquesta el pasado 18 de Octubre, que este trabajo, por lo que deberemos esperar a Diciembre para el estreno de “Powder her Face” por la Opera de Camara y así juzgar en plenitud a este notable creador actual. Aquí la Filarmónica actuó con ajuste y precisión para una partitura que no requiere mucho mas. Justamente, en el dossier que el Colón presentó para la presente temporada, se consignaba que este concierto con el “Requiem” de Ligeti estaría acompañado por una obra orquestal actual y una obra para Coro “A Cappella”. Pues bien, lo segundo jamás apareció y si tomamos como debe ser la obra de Adés, llegamos a la conclusión de que Diemecke impuso su criterio de programación en función de su cargo, relegando a Martin Bauer quien programó la obra del genial creador Hungaro y entonces solo así se entiende la inclusión de “Arrebatos y Otros Placeres” del Francés Rene Koering, compuesta para Diemecke y la Sinfónica Nacional de Mexico, en tiempos de ser el segundo su Director Titular, además de ser invitado en esas épocas del Festival de Montpellier, del que el Compositor era su Director Musical. No debería llamar esto ultimo la atención si no fuese porque la obra es de una tremenda mediocridad, extensísima, sin ideas, abusando de la percusión y los forte como única manera de graficar los arrebatos y cuando nacen los pasajes calmos y uno solo espera la conclusión, otra secuencia de “bombardeos” atacan al oyente de modo impiadoso. Con tanto material de creadores argentinos y del mundo injustamente postergados, programar este “Pasticcio moderno” (Por ser piadoso) en un ciclo que se ha caracterizado por acercar al público ávido de escuchar las creaciones actuales (que en rigor de verdad deberían incluirse en el abono de la Filarmónica las que desgraciadamente se incluyen muy esporadicamente), sonó como un destrato a ese público, que además escucho con respetuoso silencio los comentarios previos de Diemecke, aun cuando en estos conciertos nunca fueron necesarios , los que por momentos se excedieron en verborragia por lo que las ” toses” no tardaron en aparecer. Y al llegar a “Requiem”, las cosas cambiaron radicalmente. Volvimos a la exploración de las sonoridades, el desarrollo de una idea y experimentar hasta donde se es capáz de avanzar. Y a la vista de lo previamente escuchado, la figura de Ligeti se agiganta hasta alcanzar alturas inconmensurables. Fueron descollantes las labores del Grupo Vocal de Difusión, magníficamente preparado por Mariano Moruja y de las solistas Mercedes García Blesa (Con una impresionante extensión de agudos) y Verónica Cánaves (de magnífica voz). Aquí Diemecke y la Orquesta respondieron con absoluta corrección, aun cuando para el resultado final de la versión no hayan alcanzado la excelencia que tuvieran en ocasión de la ultima visita de Mauricio Kagel cuando descollaron en “Das Konzert” y “Una Carta”, por lo cual alarma este retroceso tanto como la inclusión innecesaria de obras que no hacen mas que hacer retroceder la excelencia de un ciclo que tiene muy bien cimentado su prestigio. Replantear la programación compete a las autoridades. Pero señalar los desaciertos es obligación de todos nosotros. Donato Decina

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