sábado, 24 de noviembre de 2018

FRETTE SALVO LA VELADA Teatro Colón: Decimoséptimo Concierto de Abono a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Stefan Geiger. Solista: Angel Frette (Marimba). Programa: Obras de Rossini, Puts y Mendelsohn. 22 de Noviembre de 2018. NUESTRA OPINION: BUENO. Esta velada tuvo tantos condimentos casi como los de las finales Boca-River de la Libertadores de América. En primer lugar, la programación original establecía la Obertura de “Guglielmo Tell” de Rossini y la Suite “La Boutique Fantasque” de Respighi basada en Temas de Rossini, además de la Obertura-Fantasía “Romeo y Julieta de Tchaickovsky y “Water Concert” para Percusión y Orquesta de Tan Dun. Con el reemplazo de David del Pino Klinge en el Concierto del 12 de Julio pasado por renuncia de Este por el Venezolano Cesar Iván Lara, se reemplazó la Obertura “El Cazador Maldito” de Cesar Franck por la mencionada suite de “La Boutique Fantasque”. Ahora bien, llegando a este concierto, de la programación original solo quedó en pié la Obertura de “Guglielmo Tell”, pero ahora como inicio de la Segunda Parte. ¿Cómo quedó el resto?. Con la inexplicable inclusión de la Obertura de “La Gazza Ladra” (Obra decididamente menor de Rossini), el reemplazo de la obra de Tan Dun por el Concierto para Marimba del Norteamericano Kevin Puts y la inclusión de la Sinfonía Nº 4 “Italiana” de Félix Mendelsohn. Considero que se perdió una enorme oportunidad de reprogramar de manera mas inteligente el Concierto y solo la Suite de Respighi/Rossini quitada inicialmente del programa. Incluir una Obertura de Rossini recontraescuchada en lugar de “Romeo y Julieta” de Tchaickovsky y la “Italiana” de Mendelsohn en lugar de la Suite, cuando se podía haberle dado la oportunidad al Director de Orquesta invitado de acometer alguna obra de mayor envergadura (Mas allá de su posterior desempeño al que me referiré líneas mas abajo), fue decididamente un despropósito. Ignoro en cambio los motivos que llevaron a excluir la Obra de Tan Dun, pero al fin y al cabo el Solista acometió otra novedad y se estuvo a igual nivel de obras. Me reservo para el final justamente, este trabajo, ya que en el resto del programa ofrecido ocurrieron otras situaciones anómalas que es preciso comentar. En primer lugar, este concierto le fue otorgado al Director de Orquesta e Instrumentista Alemán Stefan Geiger, titular de la Orquesta Sinfónica do Paraná, Brasil, una agrupación (y esto lo menciono con el mayor respeto) de Provincia del vecino pais, que por lo visto en las redes sociales solo realiza sus actividades dentro de ese estado del Sur Brasileño, mas una trayectoria previa como invitado de agrupaciones Juveniles y profesionales de segundo y tercer nivel de Alemania y otros países del Centro Europeo. Recién en este año asume sus compromisos profesionales mas importantes, con conciertos en la Sala Auditorio de Sao Paulo, la Elbaphilarmonie , la Philarmonie de Hamburgo y este compromiso con la Filarmónica en el Colón. ¿Cómo fue su desempeño?. Un nivel sumamente discreto, correcto en el trazo general de cada obra, pero sin mayor profundidad interpretativa. Resulta verdaderamente opinable y discutible esta invitación y los motivos que obedecieron para ella. HAY EN NUESTRAS ORQUESTAS SINFONICAS DE PROVINCIA VALORES ARGENTINOS Y EXTRANJEROS DE MAYOR CAPACIDAD QUE EL DIRECTOR GEIGER, A LOS QUE SE LE ASIGNARON CONCIERTOS CON LA FILARMONICA POR FUERA DE LA SALA DEL COLON, CUANDO EN REALIDAD EL PODIO EN EL ESCENARIO DE NUESTRO GRAN TEATRO ES LO QUE LES CORRESPONDIA, Y OTROS VALORES, TAMBIEN DEL INTERIOR, SON ABSOLUTAMENTE IGNORADOS. Dentro de este panorama que señalo, la Obertura de “La Gazza…” fue objeto de una lectura correcta con algunas pifias del metal en los momentos de decisiva intervención. En cambio en la Obertura de “Guglielmo Tell”, ocurrió una situación a mi juicio verdaderamente bochornosa. Como se sabe, su inicio está dado con un extenso solo de Violonchelo. En este momento la Filarmónica no cuenta con Violonchelista solista titular por el retiro de Carlos Nozzi. También se retiró quien era su suplente, Marcelo Bru y el actual suplente, Diego Faingersch, no actuó ni en este ni en el anterior concierto (desconozco los motivos). En el Concierto anterior, José Antonio Araujo (Solista de la Sinfónica Nacional), ocupó el lugar solista, algo que no lo mencionó el programa de mano de esa noche, y en este, Jorge Pérez Tedesco (El otro solista de Violonchelo de la Sinfónica), fue convocado a cubrir esa posición. A mi leal saber y entender, su desempeño en el solo fue muy correcto, hubo buenas intervenciones de la sección de vientos y algunas pifias nuevamente del sector de bronces. Al concluir la versión, el Director mostró un rostro de satisfacción y conformidad. Hizo ponerse de pié a los vientos. De igual forma a los bronces, a pesar de las pifias escuchadas, pero directamente “ninguneó” al solista Pérez Tedesco. Los rostros de los profesores de la Filarmónica de las primeras filas (vistos por mí desde la posición que el teatro me asignó en la sala) fueron de asombro y sorpresa. No existeron motivos para semejante desplante. Geiger abandonó la sala para que la Orquesta se prepare para la “Italiana” y el Concertino de la Filarmónica Pablo Saraví, previo a solicitar afinación, se dirigió al atril de Pérez Tedesco para felicitarlo. La Orquesta en pleno comenzó a aplaudirlo luego del gesto de Saraví y el público acompañó con el suyo reparando así la injusticia. Al retornar el Director invitado al podio para la Sinfonía de Mendelsohn, solo le levantó simpáticamente el pulgar a Pérez Tedesco y luego de una versión correcta y sin mayores pretensiones hizo destacar al mencionado solista y a toda la hilera de Violonchelos para el aplauso. Este gesto llegó a destiempo y nada justificaba que lo hiciera al final de la Sinfonía. Verdaderamente lo de Geiger fue de una mediocridad espantosa y en mi opinión sería deseable no verlo por aquí por mucho tiempo. Por lejos lo mejor de la noche fue la actuación solista de Angel Frette en el Concierto para Marimba y Orquesta de Kevin Puts. Obra de 1997, intenta una construcción en estilo Mozartiano, aun cuando en el resultado final no se la escuche precisamente así. Es absolutamente tonal, tiene momentos de mucho compromiso para el solista, los que Frette desarrolló de manera extraordinaria. La Orquesta acompañó en muy buena forma, siendo este el único momento plenamente logrado por Geiger en todo el concierto. Es un trabajo muy grato al oído que el público recibió con agrado. Frette se vió recompensado con un merecidísimo aplauso. Todo lo demás, mejor olvidarlo rápidamente. Donato Decina

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