sábado, 17 de agosto de 2019


 Concierto final del Curso de capacitación para jóvenes directores de orquesta en el CCK

JÓVENES TALENTOS CON MUCHO FUTURO
Martha CORA ELISEHT

            El pasado miércoles 14 de Agosto tuvo lugar en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner (CCK) el concierto final del Curso de Capacitación para jóvenes directores de orquesta, cuyo objetivo es fomentar el talento musical y permitir dirigir en el ámbito de una gran sala de conciertos nada más ni nada menos que a la Orquesta Sinfónica Nacional. En este caso particular, con un programa integrado por las sinfonías de Johannes Brahms (1833-1897)
            El jurado de capacitadores estuvo bajo la dirección del maestro Pedro Ignacio Calderón –director emérito del organismo anteriormente mencionado-, junto a Emannuel Seifert, Julio García Cánepa –profesor emérito de la Universidad Nacional del Arte (UNA- DAMUS) e Irene Amerio. Los participantes fueron Pablo Bocchimuzzi, José Luis Estrada Lalangui, Daniel Flores Berthett, Emiliano David Garcías Pérez, Sebastián Giraudo, Ariel Hagman, Ulises Maino, Javier Mas, Francisco Núñez, Fernando Palomeque, Anderson Perea da Silva, Marko Santelices, Jonathan Tolcachier e Israel Torrez.
            Luego de la presentación, hizo su entrada el maestro Pedro Ignacio Calderón, quien anunció los nombres de los ganadores y el orden de las obras a dirigir, que se detallan a continuación:
Primera parte
-          1° movimiento (Allegro con brio) de la Sinfonía n° 3 en Fa mayor, Op.90- Francisco NÚÑEZ

-          3° movimiento (Poco allegretto) de la Sinfonía n° 3 en Fa mayor, Op.90-
Fernando PALOMEQUE

-          2° movimiento (Adagio non troppo) de la Sinfonía n° 2 en Re mayor, op.72-
Emiliano GARCÍAS PÉREZ

Segunda parte
-          3° movimiento (Allegro giocoso) de la Sinfonía n° 4 en Mi menor, Op.98-
Sebastián GIRAUDO

-          4° movimiento (Allegro energico e appassionato) de la Sinfonía n° 4 en Mi menor, Op.98- Ulises MAINO
-          4° movimiento (Adagio- Piú andante- Allegro non troppo, ma con brio) de la Sinfonía n° 1 en Do menor, Op.68-  Javier MAS

Previamente al comienzo del concierto, los delegados de la Sinfónica hicieron su tradicional reclamo portando la pancarta “#Sinfónica en crisis”, a raíz de los recortes presupuestarios previstos por el Secretario de Cultura Pablo Aveduto, que afectan al organismo. Posteriormente, cada uno de los músicos tomó su puesto y tras la entrada del concertino Javier Inchausti, se dispusieron a afinar sus instrumentos. La Sinfónica sonó perfectamente bien afinada y afiatada desde el inicio para que cada uno de los directores premiados hiciera gala de sus habilidades. Y aunque parezca mentira, hubo un claro ascenso de calidad sonora a medida que se iban sucediendo los diferentes movimientos de las sinfonías del genio de Hamburgo. Si bien Francisco Núñez arrancó un tanto flojo e inseguro en los primeros acordes del 1° movimiento de la  Sinfonía n° 3, se fue afianzando a medida que avanzaban los compases para cerrar el mismo con una recapitulación brillante. Emiliano Garcías Pérez resultó ser un joven sumamente exitoso, que brindó una muy buena versión del 2° movimiento de la Sinfonía n° 2, destacándose por su perfecto equilibrio sonoro y por saber sacar buenos matices tonales. Pero el mejor de los tres directores que participaron durante la primera parte del concierto fue –sin dudas- Fernando Palomeque, quien dirigió una bellísima versión del celebérrimo 3° movimiento de la Sinfonía n° 3. Se mostró muy seguro de sí mismo desde el principio y tuvo la particularidad que fue el único capaz de dirigir de memoria. No sólo ofreció una versión brillante, sino que, además, hizo “cantar” a la orquesta, destacándose por su gran lirismo y por la sutileza de los matices sonoros. Se retiró con un cálido y merecido aplauso por parte del público. 
Los directores que participaron en la segunda parte del concierto son un tanto más conocidos y ya han dirigido orquestas juveniles y del interior del país. Por ende, les tocó dirigir movimientos más prolongados, con variaciones –la célebre Pasacaglia del 4° movimiento de la Sinfonía n° 4- y de mayor dificultad técnica. Sebastián Giraudo ofreció una versión vibrante del bellísimo Allegro giocoso de la Sinfonía n° 3, con un brillante desempeño de todos los solistas de los diferentes grupos de instrumentos y respetando los tempi orquestales, mientras que Ulises Maino dirigió de forma solemne y marcial la Pasacaglia con variaciones correspondiente al 4° movimiento de la Sinfonía n° 4, respetando la tradición romántica de Brahms. Logró un sonido pleno, compacto y con excelentes matices. A Javier Mas le tocó el complejo 4° movimiento de la Sinfonía n° 1 y lo hizo con singular maestría, demostrando sus excelentes dotes al respecto. No sólo lo interpretó de manera romántica, marcial y solemne –características principales de la música de Brahms- , sino que además, ofreció una versión luminosa, respetando los tempi y haciendo hincapié en el tutti final, logrando una ovación de aplausos por parte del público.
Al final del concierto, todos los premiados salieron a saludar en compañía de Calderón, quien ordenó a los músicos de la orquesta que se quedaran para interpretar los 30 últimos compases que cierran el 4° movimiento de la Sinfonía n° 1. Se subió al podio y, una vez más, dirigió a la orquesta –su orquesta- con su habitual maestría, logrando numerosos aplausos y vítores por parte del público. Ese público que se dio cita en la Sala Sinfónica para  apreciar el talento y la versatilidad de estos jóvenes valores, que serán los grandes directores del futuro.

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