martes, 1 de diciembre de 2020

 

 

 

HACIA UN LENGUAJE MUSICAL LIBRE

 

Transmisión vía streaming desde el Kyoto Kamigamo Shirine (Japón). Esteban Benzecry: “Garasha” (Mono-Opera en cinco actos con libro de Noboru Yohoshima): Intérpretes: Ayako Tanaka (Garasha),  Takeshi Masu (Actor-Shosai Ogasawara). Conjunto Instrumental. Diseño de telón posterior: Shihoko Fukumoto. Puesta en Escena: Matteo Mazzoni. Producción: Ayako Tanaka. Dirección de Camaras: Yukihide Kawamoto. Vista el 01 de Diciembre de 2020.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENA.

 

  En un año en el que se celebran los aniversarios de llegadas de la expedición Española de Hernando de Magallanes-Juan Sebastián Elcano, a sus descubrimientos en las costas del Pacífico (Llámense Guam, Filipinas e Islas Marianas, más la desaparición del primero en las Molucas), la presencia de religiosos de la Orden Jesuita, los que llevaron desde México a Lejano Oriente la prédica católica en cada expedición española y la constitución de lo que se llamó la Ruta Roja Española de la Seda, el estreno de “Garasha” de Esteban Benzecry con libro de Noboru Yokoshima que cuenta con textos en japonés y español antiguo, quizás sin proponérselo, suma aún más a la significación de este aniversario, ya que el punto de partida lo constituye justamente la narración hecha por un sacerdote jesuita de la historia de Tama Hosokawa quién al convertirse al catolicismo es bautizada con el nombre de Garasha (Gracia) Hosokawa. Casada con Tadaoki Hosokawa a la edad de 15 años, madre de seis hijos, una traición del padre de ella en contra de su señor, Oda Nobunaga, a quien asesina, la convierte automáticamente en hija de un traidor y por ello pasible de la separación de su esposo. Este no deseaba finalizar el vínculo y la envía con algunos sirvientes a las montañas cercanas a la hoy Kyoto en donde por el lapso de dos años permaneció oculta. Tras ese tiempo fue luego trasladada a Osaka en donde una celda fue su alojamiento. Una criada convertida al catolicismo era el vínculo con la palabra y la fe. Enterado su esposo de estas conversaciones, también El aclaraba las ideas con un amigo suyo igualmente convertido a la fe cristiana. Una proclama anti católica de Toyotomi, señor del lugar, convenció a Tama  de convertirse finalmente al cristianismo  y su esposo, enterado de ello, señalo que su vida corría peligro y si fuera hallada debería matarse.  Garasha conversa con los sacerdotes del lugar. Estos les refieren que el suicidio es pecado mortal para el catolicismo, lo que a pesar de que el peligro había mermado, deja una marca en su convicción religiosa para el futuro. La muerte de Toyotomi, trajo aparejado una lucha de facciones por el poder quedando el territorio por El dominado dividido en dos. Togokawa era el líder de la parte este, con quien el esposo de Garasha estaba enrolado y Mitsunari en el Oeste. Este último decide invadir el Este, asaltar Osaka y atacar el castillo en el que Garasha residía. Su esposo dejó a los sirvientes la clara orden de que si los enemigos intentaban tomarla, debían matarla de inmediato. Cuando ello ocurrió, Shosai Ogasarawa, retén de la familia, dio muerte a Garasha, quien afrontó el momento con suprema serenidad, tras lo cual todos los ocupantes del lugar se quitaron la vida.

 

  Justamente el retén es quien hace las veces de narrador de la historia y quien la cierra, exaltando las virtudes de la abnegada mujer antes de darse muerte. Es el hilo conductor, mientras que a la protagonista le quedan reservados los textos que emanan en cada paso de la historia. Los actos son breves pero muy efectivos.  Esteban Benzecry nos refirió en De Paraíso para Usted todo esto en el reportaje que nos concediera con motivo del lanzamiento de su CD monográfico. Es una obra surgida en medio de la pandemia y pensada para las virtudes vocales de Ayako Tanaka. Hay momentos de “Vocalise” en los cuales surge una melodía entonada que es el hilo musical de la historia desde la apertura y el cierre. La transparencia de la voz, la dulzura de su timbre y su expresividad actoral hacen que Tanaka desarrolle una faena estupenda. Takeshi Masu es un muy buen actor con excelente gestualidad y muy buen decir, conmueve desde la dureza de su personaje su narración de los momentos finales de la vida de Garasha y de todo esto saca provecho el Director Escénico Matteo Mazzoni poniendo en los lugares  justos a los personajes y captar la esencia e idiosincrasia del Japón de esa época. La sencilla iluminación no hace más que resaltar la carga dramática mediante el uso de los claroscuros, los contrastes y las transfiguraciones. Y ya en penumbras, el imponente marco de fondo del Templo de Kyoto, Patrimonio histórico de la Humanidad, otorga más fuerza aún a la narración.

 

    Ingresando de lleno a lo musical, Esteban Benzecry sorprende al tomar elementos del folcklore del Japón, con los que construye un muy sólido discurso, sumando también algunas pinceladas de ritmos americanos que se perciben en algunos momentos. También hay otros, en las escenas más intimas en las que hay un trabajo minimalista. El resultado final es un lenguaje  más universal hacia el que el compositor se proyecta, logrando un avance enriquecedor en su producción musical. La labor de equipo que quedo expuesta en la transmisión, logra mostrarle al espectador el drama, los dilemas espirituales y morales y la fuerza de voluntad de la protagonista que acepta su destino convencida en la salvación de su alma por la fe y el logro de la vida eterna después de la muerte. Vale también para la labor de Yukihide Kawamoto, muy buen director de cámaras,  quien logró con sus imágenes destacar todos estos aspectos. Una nueva faceta de Esteban Benzecry. Bienvenida sea.

 

Donato Decina

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