COINCIDIERON EN
PARIS. LA FILARMONICA LOS UNIO EN EL COLON
Teatro
Colón, temporada 2021. Abono a 2 Conciertos Sinfónicos durante el mes de
Setiembre a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Enrique
Arturo Diemecke. Solistas: Lilia Salsano (Piano), Cecilia Díaz (Mezzosoprano).
Programa. Obras de Stravinsky y De Falla. 18 de Setiembre de 2021.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
En la década del diez del siglo pasado y
luego por mucho tiempo más, París era el epicentro de las artes y un verdadero
refugio de creadores. Para la música decir que Debussy, Ravel, Satie entre
tantos genios locales y la llegada de
otros como Picasso en la pintura dan una pauta del movimiento que se gestaba en
la Ciudad Luz también era sede de los célebres “Ballet Russes” con Diaghiliev a
la cabeza y su gran estrella: Nijinssky, quienes encargaban a verdaderos
talentos nuevas partituras para la danza. No cabe duda que gran parte de sus
merecidas famas fueron ganadas tanto por Igor Stravinsky y Don Manuel de Falla
merced a esos encargos parisinos de esa época. El primero, cuyo cincuentenario
de su desaparición física se cumple este año, con tres monumentos que
trascendieron la danza para pasar al repertorio sinfónico y en el caso de Don
Manuel, cuyo septuagésimo quinto aniversario de su partida se cumple también este
año, baste con mencionar “El Sombrero de Tres Picos” y tendremos una pauta de
la magnitud y el talento de este gran hombre. El Colón en estos programas
armados para las actuales circunstancias decidió dedicar a ambos (y con total
justicia) uno de sus conciertos del mes de Setiembre de la Filarmónica de Buenos
Aires y lo hizo en un muy buen nivel.
Dos partituras de Stravinsky prácticamente ignoradas
en Ntro. Medio con base en formación de vientos, a la que en la segunda de las obras se sumó piano
solista, contrabajos y timbal ocuparon la primera parte del programa. La “Sinfonía
para Instrumentos de Viento”, perteneciente al período neoclásico del
compositor y surgida por encargo de Serge Koussevitsky alrededor de 1921.
Página de una breve duración, con preeminencia de fanfarrias, no es una “sinfonía”
propiamente dicha. Con muy buen criterio, Sebastiano de Filippi manifiesta en
los comentarios del programa que la
página responde más al criterio de armonía y no debiera sorprender que haya también
prevalecido en el compositor la denominación de sinfonía como pieza para inicio
de un concierto sin que hablemos de obertura. Lo cierto es que Enrique Arturo
Diemecke guió con su reconocida solvencia a los músicos, más allá de algún
pequeño desacople que en absoluto afectó la interpretación.
El
segundo Stravinsky escuchado fue el “Concierto para Piano y Vientos” de 1923, al que, como
expresé anteriormente, más allá de su título se suman dos contrabajos y timbal.
Esta obra mereció una revisión alrededor
de 1950. Guarda los criterios formales con disposición de tres movimientos:
Largo-Allegro-Piu Mosso-Maestoso el primero. Largo-Piu Mosso-Tempo Primo el
segundo. Allegro-Agitato-Lento-Stringendo el tercero. Lilia Salsano, destacada
interprete oriunda de Santa Fé y discípula de maestros de la talla de Aldo
Antognazzi y Graciela Reca, tuvo a su cargo la parte solista de la obra. El
primer movimiento tiene momentos de indudable energía, que exigen al máximo la
capacidad del pianista. Más allá que desde la posición en la sala que el Colón
me otorgó hubo momentos en que el caudal sonoro del conjunto superó al de la
solista, Salsano mostró garra, buena técnica y absoluta compenetración. Ya en
el segundo, pudimos apreciarle su exquisito sonido y momentos de sentido lirismo.
Aquí si hubo total acople por parte de Diemecke y los Maestros, ratificado
luego en el tercer movimiento interpretado sin solución de continuidad, en
donde nuevamente la técnica de Salsano llevó a muy buen puerto la labor,
acompañada de muy buena forma por el conjunto. Conocedora de la obra de los grandes maestros de su Ciudad,
Salsano respondió a los sostenidos aplausos del público con una pequeña pieza
de Don Carlos Guastavino, cuya obra integral para su instrumento registró en
grabaciones. Del Ciclo “Mis Amigos” ofreció “Fermina”. Interpretada con todo
sentimiento como estupendo broche de oro a su actuación.
La segunda parte del concierto, dedicada a
Don Manuel de Falla, nos trajo la Suite de trece números del Ballet “El Amor
Brujo” que tuviera argumento de Gregorio Martínez Sierra. Obra de 1915, trata
del amor entre Candela (mujer viuda) y Carmelo, gitanos ambos, quienes se aman,
pero entre ellos se interpone el espectro del esposo de la mujer y a partir de
ahí se desarrolla la trama en torno a las vicisitudes que ambos deben pasar
hasta la consumación final del amor. Si hay alguien que a partir de la
primitiva España, la Andaluza, pintó a su patria como nadie desde de su música,
ese fue Don Manuel de Falla. Si Ud. Como oyente cierra los ojos y se deja
cautivar por el sonido percibirá hasta los colores del lugar. Lleva además esta página el aditamento de la presencia
de una voz de Contralto que debe adaptarse a entonar como una “cantaora”. La
versión que se escucho fue interpretada por una orquesta más bien reducida, acorde
a las exigencias sanitarias actuales y se contó con el concurso de Cecilia Díaz,
quien realizó una estupenda labor a partir del registro grave de su voz, su
entonación y un fraseo incuestionable. Diemecke estuvo en una muy buena noche,
logrando de los músicos una muy buena respuesta, más allá de alguna pequeña imperfección,
graficando con los acentos justos lo expresado por la música, por lo que estos
dos inmensos maestros recibieron con logradas versiones el merecidísimo
homenaje a sus memorias
Donato Decina
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