UN ESPACIO GANADO
PARA LA MUSICA
“De Amores Alemanes”, espectáculo musical compuesto por
obras de Robert Schumann y Johannes Brahms. Intérpretes: Marisú Pavón (Soprano),
Roxana Deviggiano (Mezzosoprano), Santiago Martínez (Tenor), Sebastián
Sorrarain (Barítono). Acompañamiento al piano: Eduviges Picone y Juan Pablo
Scafidi. Espacio “Bargoglio” (Flores-C.A.B.A.).
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Un espacio
cercano a la Plaza de Flores, con buena acústica y plenamente apto para la
escucha de la música. Así puedo definir las características de “Bargoglio”, el
que por momentos me hizo rememorar la legendaria propuesta del desaparecido café
“Mozart”, aquel que alumbro en la post guerra de Malvinas y que tras una
mudanza, cerró lamentablemente sus puertas en los albores de los 90. Lugar en el que se dieran cita notables intérpretes
no solo de lo clásico sino de la línea melódica popular. Queridos maestros de la
profesión nos brindaron ahí sus conocimientos: Julio Palacio y Abel López Iturbe
con sus recordados ciclos y charlas.
Aquí, en “Bargoglio” un grupo de apreciados artistas desarrollaron una
idea basada en dos nombres musicales íntimamente relacionados: Robert Schumann
y Johannes Brahms, unidos además por la mujer que apasionó a ambos: Clara
Wieck. Sobre la base de estos nombres tan potentes se tomó un ciclo de cada
uno. En el caso de Schumann, las poesías de amor que conforman en Op.138 de sus
“Canciones Españolas” de 1849 para una o más voces, basadas en poemas de amor
traducidos al alemán seleccionados por el compositor por fuera de la línea del
llamado “Siglo de Oro” español, diferenciándose de esta manera de creadores de
la talla de Beethoven y Von Weber quienes si encontraron allí textos para su
musicalización. Y de Brahms sus maravillosos “Valses de Amor” del Op. 52 a
cuatro voces y piano a cuatro manos. Actuó como hilo conductor un interesante
texto de uno de los protagonistas, el tenor Santiago Martínez, el que fue estupendamente
leído por el titular del espacio, basado en episodios reales en las vidas de
Schumann, Wieck y Brahms en las que los textos de cada uno de ellos hacen
menciones a los restantes. En el caso de los valses se lo hizo interpretando
series de los mismos con una pequeña interrupción entre ellas que dio paso al
texto.
En las canciones de Schumann, principal soporte y nervio-motor
de la obra fue el sólido acompañamiento de la Maestra Eduviges Picone, para que
a partir de ella los intérpretes desarrollaran todo su potencial. Y en Brahms
se sumó otro gran maestro especialista en acompañamiento como Juan Pablo
Scafidi, quien uniéndose a Picone conformó la dupla a cuatro manos que acompañó
sin fisura alguna los “Valses de Amor”.
Estupendas voces se hicieron cargo de la
parte cantada. Una magnífica Marisú Pavón por el manejo de su voz y la
sabiduría en el decir. Roxana Deviggiano, a la que vi por primera vez como
solista, hizo un muy interesante aporte. Sebastián Sorrarain como si siempre
con su extraordinario profesionalismo y Santiago Martínez, al que cada vez se
lo escucha más sólido, con gratísimo timbre y muy buen decir.
A partir de Febrero cobrarán vida en este
espacio nuevos proyectos musicales de los que los mantendremos informados. Y,
por supuesto, muchísima suerte a su titular. Buenos Aires necesita de estas
propuestas y mucho más cuando son en zonas no céntricas que también merecen
contar con su cuota de excelente música.
Donato Decina
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