domingo, 20 de marzo de 2022

 

Peligra la cultura nacional por inoperancia e ineficiencia de los funcionarios a cargo

 

DOSSIER

UNA EPIDEMIA MÁS PELIGROSA QUE LA COVID

Martha CORA ELISEHT

 

            En los últimos tiempos, las declaraciones a la prensa por parte de numerosos funcionarios públicos a cargo de los diferentes organismos de cultura del país -ya sean Ministros o Secretarios- no sólo han puesto en tela de juicio la labor que los mismos desempeñan, sino que también -en muchos casos- han puesto en peligro la continuidad de los mismos o amenazan con bloquearlos o disolverlos. Y esto no sólo es una grave pérdida del patrimonio cultural de una nación, sino también echar por tierra numerosos años de trabajo, esfuerzo y tesón por parte de los artistas involucrados, además de cerrar una importante fuente de trabajo para músicos, directores, copistas, cantantes, coreutas y bailarines. 

            Si se entiende por cultura a “todo aquello que el hombre produce o crea”, la misma no tiene por qué estar reservada para una determinada elite, sino para todos. En consecuencia, la música clásica, la ópera y el ballet entran dentro de esta definición.

            El concepto errado de ver la cultura como un gasto es una constante por parte de los dirigentes políticos en Argentina -independientemente del partido o coalición de gobierno a los cuales representan-, ya que se trata de una inversión. Pero si no se sabe cómo aprovecharla, esto muestra la profunda ignorancia por parte de quienes ejercen los cargos relacionados en dicha cartera, quienes además, en la mayor parte de los casos carecen de la idoneidad y/o formación necesaria para ejercerlos. Y muchos otros conciben a la música clásica, la ópera y el ballet como algo reservado para ciertas elites. Nada más alejado de la realidad. La pandemia ha demostrado que la cultura es un bien tan esencial como la salud o la educación. En el caso particular de la música, es una poderosa herramienta que permite -en muchos casos- sacar de la pobreza a los jóvenes de las barriadas humildes y carenciadas mediante el estudio de un instrumento. Prueba de ello es el Proyecto de Orquestas en las Villas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, creado en 2006 con excelentes resultados en lo cultural y artístico.

            Por otra parte, el modelo privatista de la cultura es algo que se ha probado en todas partes del mundo y ha fracasado rotundamente. El mejor ejemplo se da en Estados Unidos, donde su modelo de organizaciones privadas está en crisis desde hace mucho tiempo. Entre 2012 y 2016, más de diez orquestas de dicho país -entre otras, la prestigiosa Orquesta de Filadelfia- han solicitado convocatoria de acreedores e incluso, la quiebra de dichas instituciones. Por otra parte, la pandemia de COVID 19 puso al desnudo la situación de los músicos de la orquesta del Metropolitan Opera House de New York. Al estar cerrado el teatro por más de un año, no hubo recaudación. En consecuencia, hubo problemas para abonar salarios y sus integrantes no pudieron mantener sus seguros de salud, ya que la contratación se realiza a través del sindicato de músicos (American Federation of Musicians). Muchos tuvieron que abandonar sus cargos, con la consiguiente pérdida de calidad. El conflicto se solucionó tras una ardua negociación. Lo mismo sucedió en Alemania en la década del ’90, cuando se implementó el modelo privatizador. El resultado fue un fracaso, ya que la mayoría de los patrocinadores se declararon insolventes. Si se cuenta con un sponsor, el dinero que aportan no se debe usar para abonar salarios, sino para proyectos especiales.

 

Citas no tan citables en vísperas de fin de año

            La primera de esta catarata de desafortunadas declaraciones se produjo el pasado 18 de Diciembre de 2021 por parte del Ministro de Cultura de Jujuy Federico Posadas, quien dijo no recomendar “bajo ningún concepto” la vinculación de la recientemente creada Orquesta Sinfónica de dicha provincia bajo la órbita del gobierno local, ya que “los cuerpos estables conllevan decrecimiento en calidad, aumento en costos y sindicalización de los trabajadores”. Por ende, propuso crear la orquesta mediante la modalidad de contratación de servicios. Parece que dicho funcionario desconoce por completo el marco jurídico argentino (artículo 14 bis de la Constitución Nacional), que consagra la estabilidad de los puestos públicos, pasando por el régimen legal positivo de la Nación (Decreto Ley 6.666, Leyes 22.140, 24.185 y 25.164), las reglamentaciones provinciales y municipales vigentes y la jurisprudencia al respecto, que afirman que todo trabajador tiene derecho a percibir un salario y una jubilación dignas. En consecuencia, si un funcionario público que ejerce un puesto clave desconoce el contexto legal que contiene institucionalmente como país, lo que debe hacer es renunciar inmediatamente a su cargo, ya que con sus declaraciones demostró fehacientemente su incapacidad para ejercerlo. La mayoría de los organismos sinfónicos del país (Dirección Nacional de Organismos Estables, Orquesta Estable del Teatro colón, Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación, etc.) repudiaron sus declaraciones y lo declararon persona no grata.

            A los pocos días y en vísperas de fin de año, la Secretaria de Cultura de Salta -Sabrina Sansone- hizo causa común con su colega jujeño en una soberana muestra de ignorancia. A través de una declaración a la radio FM Capital de la ciudad capital de la provincia, la funcionaria no sólo apoyó las declaraciones de Posadas, sino que además se refirió a la situación de la Orquesta Sinfónica de Salta: “Podrían trabajar un poco más, y no sólo 3 horas por día de lunes a viernes. Cuando uno tiene un sueldo fijo todos los meses, el artista se va haciendo menos artista y se convierte en un empleado estatal”. Pero ahí no terminó la cosa, sino que se refirió al salario que cobran los músicos con las siguientes palabras: “Un integrante de la orquesta cobra entre 80.000 y 90.000 pesos. Hay que ver si está bien invertido y se justifica el gasto. Está buenísimo tener una orquesta sinfónica y tener los cuerpos estables, pero tener un cuerpo estable que trabaje 3 horas por día, con un gasto de 120 millones de pesos anuales (y me quedo corta, no sé…), tendría que tener otra disponibilidad horaria y salir a hacer el trabajo en el interior, para todos los salteños y salteñas…” “Yo creo que tener cuerpos estables es complejo, no diría que es un gasto de dinero porque es un patrimonio. Ahora considero que determinados cuerpos estatales deberían estar más presentes porque es dinero que le sacan al pueblo a través del Estado, por supuesto, pero que pagan cada salteño y cada salteña”. Digna contradicción en sus declaraciones, con una  pobreza franciscana del lenguaje e ignorancia supina respecto del tema, como buen producto de la famocracia, ya que el único mérito que tiene para ocupar dicho cargo es haber bailado en el programa de Tinelli.

            Aún así, en el presunto caso que el gasto mensual de la orquesta fuera de 150 millones de pesos, sería una de las orquestas sinfónicas más económicas del mundo. No deben existir muchas orquestas de jerarquía que se puedan sustentar con 250.000 dólares por año. Y en cuanto a la logística para su traslado a diferentes localidades de la provincia, no queda claro si la misma es responsabilidad de sus integrantes o del personal administrativo de su propia cartera.

 

Un verano candente en la provincia de Buenos Aires

            Lincoln es una importante localidad agrícola del interior de la provincia, que siempre tuvo el sueño de tener su propia orquesta sinfónica. Esta propuesta se inició de la mano del profesor Gustavo Diderle, quien comenzó a concurrir a dicha ciudad en 2007 “cuando no había nada más que un anhelo”, según declaraciones a radio La Posta. El proyecto fue tomando color en 2009, con la creación de la Orquesta Escuela de Provincia dependiente de la Municipalidad linqueña. Allí se manifestó nuevamente el sueño de la orquesta sinfónica, que no se pudo concretar oportunamente. El tiempo pasó y lo más cercano fue la creación de la Camerata Lincoln en 2016, formada por músicos de la zona y de municipios vecinos y financiada con fondos municipales. Se organizaron numerosos ciclos de conciertos con buena concurrencia de público y las cosas marcharon bien hasta Diciembre del año pasado. En una reunión con la Secretaria de Cultura del municipio -Marisa Serenal-, Diderle manifestó que “se habló de rescindir el contrato a algunos profesores no residentes de Lincoln y se prometió tratar el tema en una próxima reunión, que nunca se llegó a concretar”.

            Sorpresivamente y sin aviso previo, el 10 de Enero del corriente año los integrantes de la Camerata comenzaron a recibir telegramas de despido donde se les comunicó la disolución del organismo. “Era algo que nunca esperábamos que fuera de esa manera. Estamos sorprendidos porque no entendemos los motivos de los despidos. La última vez que nos vimos con Marisa Serenal y la gente de Cultura, se había hablado de organizar una reunión para discutir cosas operativas y si había algún problema, resolverlo ahí, pero jamás se dio”- explicó Diderle en declaraciones a radio La Posta el 13 de enero pasado. “Lo único que llegaron fueron los despidos y no están claros los motivos de una decisión así, ya que fue algo totalmente inesperado”.

            En ese sentido, el músico agregó lo siguiente:

“Desde hace ya tiempo que veníamos pidiendo una reunión. La idea era hacerla antes del último concierto, pero no se pudo dar. En lugar de eso fueron llegando de a poco los despidos. Eso nos quitó reacción, porque no entendíamos nada”.

            “La idea es que esto tome estado público. Y vamos a pedir la solidaridad de todos los organismos del país porque acá no se trata de despidos personales, sino que se está cerrando un organismo. Ahora esperemos que reconsideren la decisión y que esto se encamine porque realmente, lo sentimos como una injusticia, ya que no sólo hicimos todos los conciertos que se nos pidieron y mucho más, ya que pusimos todos mucho de cada uno para sacar este proyecto adelante”.

            De no haber sido por la publicación de esta entrevista en las redes sociales y en los medios alternativos, los grandes multimedios hicieron oídos sordos a esta situación. Inclusive, los periodistas especializados -al igual que quien escribe- tampoco se hubieran enterado.

 

Y todo a media luz

            El pasado 23 de enero, la filial Mar del Plata de Cantantes Líricos Asociados de la República Argentina (CLARA) organizó un concierto en la Plaza del Agua a las 20 horas con entrada libre y gratuita para facilitar la concurrencia del público y que tanto locales como visitantes pudieran disfrutar de un espectáculo de jerarquía al aire libre. El concierto no sólo era la primera función del año, sino que contó con el apoyo de la secretaría de Cultura de la Municipalidad de General Pueyrredón. Para sorpresa de los presentes, justo ese día tras la puesta del sol, el escenario se quedó sin luz. Tanto los cantantes como la gente alumbraron el escenario Violeta Parra con sus teléfonos celulares para que el concierto se pudiera llevar a cabo -cosa que se hizo y que contó con una numerosa concurrencia-. Sorpresivamente, al día siguiente la Plaza del Agua tuvo luz y sus faroles brillaron en todo su esplendor.

            ¿Boicot o corte sorpresivo de energía?...

            Al día siguiente, la entidad emitió el siguiente comunicado:

“Una vez que el sol se puso, nuestro recital se desarrolló absolutamente A OSCURAS.  Esto significa que las autoridades del municipio, y sobre todo de la cartera de CULTURA, consideran innecesario brindarnos las mínimas condiciones para poder desarrollar nuestro arte. Cabe destacar que el mencionado espacio público es gestionado por OSSE (Obras Sanitarias de la Municipalidad de General Pueyrredón), pero la programación de la actividad artística está a cargo de la Secretaría de Cultura del municipio (Cultura Mar del Plata).

Sorprendentemente, al día siguiente la Plaza del Agua resplandeció con sus faroles iluminándolo todo. Quizás nuestras voces y los posteriores reclamos de una gran cantidad de personas que nos siguen y que expresaron su consternación e indignación por lo sucedido hicieron un poco de ruido.

La oscuridad en que se vio envuelto nuestro concierto es la clara imagen del trato que el arte lírico recibe por parte de las autoridades de la Municipalidad de General Pueyrredón, lamentablemente desde hace muchos años.

Debemos señalar que CLARA Mar del Plata -como muchos de los artistas del género- no recibe apoyo municipal de ningún tipo, aún habiendo buscado incansablemente el espacio para el diálogo, la presentación de proyectos, etc. No existe colaboración en facilitación de materiales o equipamiento, mucho menos, económica o de financiamiento. Ni siquiera hay predisposición para lo más básico, que sería otorgarnos algunas fechas para actuar en el Teatro Colón de Mar del Plata. Hemos solicitado en julio de 2021 fechas para lo que restaba del año y para la temporada de verano 2022, contemplada hasta Abril. Sólo nos brindaron la posibilidad de organizar un concierto en Octubre, para el cual se nos advirtió que no se podía disponer de la sala para ensayar, ni hacer prueba de luces sino hasta 1 hora antes del concierto: como si estructurar un espectáculo de ópera fuera, sencillamente, un trámite”.

“Queremos enfatizar que habiéndose cursado las debidas invitaciones, jamás hubo asistencia oficial de las autoridades políticas en nuestras Galas al aire libre”.

Consideramos que cuando se necesite financiamiento, es factible conseguirlo. Sólo hacen falta VOLUNTAD POLÍTICA Y UNA VISIÓN A LA ALTURA Y DE LARGO PLAZO SOBRE LA CULTURA Y EL LUGAR QUE MERECE LA ÓPERA EN LA AGENDA CULTURAL DE LA CIUDAD”.

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            Todo posee un común denominador: falta total de apoyo político y capacidad de gestión. Una avalancha de funcionarios incompetentes e inoperantes, con total desconocimiento de los problemas del área a su cargo y para los cuales, la cultura es un gasto en vez de una inversión. Aducen recortar gastos, pero no comienzan por sus propios sueldos. No sólo son capaces de interiorizarse acerca de los problemas que se presentan, sino que además carecen de la ética suficiente como para renunciar a un cargo para el cual no están preparados, en vez de dejar su puesto para aquellos que sí lo están, aunque sean de diferente color político. Así nos va.

            Lamentablemente, esta avalancha se va extendiendo como una gran marcha de aceite a lo largo y a lo ancho del país, transformándose en un brote. Pero del brote a la epidemia, sólo hay un tris. En este caso, puede tratarse de una epidemia mucho más grave y más peligrosa que la de COVID. Ojalá se aplique a tiempo el antídoto antes que sea demasiado tarde.

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