lunes, 1 de septiembre de 2025

 

Muy buen concierto del Ensamble CONCENTUS en el Palacio Domingo F. Sarmiento

 

UN RETORNO MUY ESPERADO EN UN GRAN ANIVERSARIO

Martha CORA ELISEHT

 

            Luego de un lapso de ausencia de los escenarios porteños, el Ensamble CONCENTUS volvió a presentarse en Buenos Aires de la mano de su titular – Ricardo Sciammarella- con un solista de lujo: nada más ni nada menos que el violinista Pablo Saraví en el marco de los festejos por los 125 años de la Fundación Beethoven.  La cita tuvo lugar en el Auditorio Nacional del Palacio Domingo F. Sarmiento el pasado domingo 31 de Agosto para interpretar el siguiente programa:

-          Sinfonía n°63 en Do mayor, Hob. I (“La Roxelane”) (segunda versión)- Franz Joseph HAYDN (1732-1809)

-          Romanza n°1 en Sol mayor para violín y orquesta, Op.40

-          Romanza n°2 en Fa mayor, para violín y orquesta, Op.50- Ludwig van BEETHOVEN (1770-1827)

-          Sinfonía n°40 en Sol menor, K.550 (segunda versión)- Wolfgang A. MOZART (1756-1791)

Previamente al inicio del concierto, el maestro Sciammarella se dirigió al público provisto de un micrófono no sólo para agradecer su presencia, sino también a las autoridades de la Fundación Beethoven y, muy especialmente, a su presidente -Pupi Sebastiani- y a los patrocinantes por el apoyo brindado para la realización de este concierto.

Tras la tradicional afinación de instrumentos de época, el concierto comenzó con una muy buena versión de la mencionada sinfonía de Haydn, denominada “La Roxelane” en homenaje a la cautiva rusa Alexandra Lisowska (1506-1558, conocida con dicho apodo por su cabello rojizo) quien, posteriormente, se transformó en la única esposa legítima del sultán Solimán el Magnífico (1494-1566) y pasó a la historia como Hürrem. Compuesta entre 1777 y 1779, pertenece al segundo período sinfónico del compositor, cuando formaba parte de la corte Esterházy (1761-1790) y posee dos versiones: la primera, escrita para orquesta de cuerdas, dos oboes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas y timbales, y la segunda, sin percusión y con una flauta, dos oboes, un fagot y dos trompas más las cuerdas. Las dos poseen 4 movimientos (Allegro en Do mayor, 3/4 / Allegretto: La Roxelane en Do menor, 2/4 / Menuetto: Trío en Do mayor, ¾ y Finale: presto en Do mayor, 2/4) pero en la segunda, la diferencia se produce en el último, mientras que en la primera es Finale: prestissimo (en 2/2). El criterio historicista típico del CONCENTUS se puso de manifiesto por el empleo de cuerdas de tripa y réplicas de instrumentos de época como los oboes, los fagotes y las trompas. Debido a la alta humedad reinante en el día del concierto ocasionada por las inclemencias climáticas, se apreció cierta imprecisión en las maderas, pero que no opacó la muy buena labor del conjunto, que recibió numerosos aplausos.

Seguidamente, Pablo Saraví hizo su presentación sobre el escenario para presentar dos obras de juventud de Beethoven: sus Romanzas para violín y orquesta, compuestas durante su juventud entre 1798 y 1802. La primera fue su Romanza en Fa mayor, Op.50, pero lleva el n°2 porque recién se publicó en 1805, mientras que la n°1 en Sol mayor. Op.40 fue compuesta en 1802 y se publicó al año siguiente. Ambas están escritas en un único movimiento (Adagio cantábile) en rondó con dos espacios contrastantes. La interpretación fue brillante, con una actuación impecable por parte de Pablo Saraví y una marcación muy precisa y segura de Ricardo Sciammarella, quienes se retiraron sumamente aplaudidos y ovacionados.

Como obra de cierre, el Ensamble brindó una magnífica versión de la celebérrima Sinfonía n°40 en Sol menor, K.550, denominada también Gran Sinfonía en Sol menor para diferenciarla de la Pequeña Sinfonía en Sol menor, n°25. Fueron las dos únicas sinfonías que Mozart compuso en modo menor y en la misma tonalidad. Compuesta en 1788 junto con sus homónimas n°39 y 41 (“Júpiter”), también posee dos versiones: en la segunda, el genio de Salzburgo introduce dos clarinetes y modifica definitivamente la orquestación vienesa típica de la época. El claroscuro característico de esta pieza predomina en sus 4 movimientos (Molto allegro/ Andante/ Menuetto- Allegretto- Trío / Allegro assai) y la versión ofrecida fue un broche de oro por su alta calidad y jerarquía interpretativa. Representó lo mejor de la noche y el público ovacionó a los intérpretes.

A pesar de haber sido un espectáculo de alta calidad con intérpretes de primer nivel y entrada libre y gratuita, el mal tiempo reinante jugó en contra con respecto de la asistencia de público. Una pena, porque no es fácil organizar un programa con criterio historicista con instrumentos de época. La excelencia del conjunto amerita mucho más.          

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