sábado, 20 de septiembre de 2025

 



Escena de la Profecía de "Macbeth" de Giuseppe Verdi con Puesta de Ana D'Anna y Concertación de André dos Santos para "Juventus Lyrica", fotografía de la Sra, Liliana Morsia.


Muy buena versión de una magnífica creación verdiana

Macbeth por Juventus Lyrica

Teatro Avenida

Viernes 12 de septiembre de 2025

Escribe Graciela Morgenstern

Fotos: Liliana Morsia


“Macbeth”, de Giuseppe Verdi.

Libreto: Francesco M. Piave

Elenco: Juan Salvador Trupia, María Belén Rivarola, Mario De Salvo, Ramiro Pérez,

Santiago Delpiano, Elisa Gartner, Agustín Albornoz, Giorgio Zamboni, Manuel Brenner,

Nicolás Tumini.

Escenografía e iIluminación: Gonzalo Córdova

Vestuario: María Jaunarena

Directora de escena: Ana D’Anna

Director del Coro: Pablo Manzanelli

Director musical: André Dos Santos


Juventus Lyrica presentó una versión muy buena de Macbeth, la magnífica ópera de

Verdi, que siempre implica un riesgo, debido a su dificultad vocal, musical y escénica. Su

estreno tuvo lugar en Florencia, en el Teatro della Pergola, el 14 de marzo de 1847, con

éxito, y luego fue revisada y modificada por su compositor para París, donde fue

estrenada en el Teatro Lírico Imperial, el 21 de abril de 1865. La Scala la tuvo por primera

vez en 1874, tras lo cual fue poco frecuentada por muchos años pero, luego de que

subiera a escena en el Metropolitan Opera House, en 1959, pasó a integrar el repertorio

de los principales teatros del mundo, debido a sus múltiples méritos.

Macbeth es la primera ópera que Verdi compuso basada en una obra de Shakespeare por

quien sentía una profunda admiración, a la que siguieron Otello y Falstaff, además del

frustrado proyecto de componer El rey Lear. El libreto de la creación verdiana es casi una

traducción literal de la shakespereana, respetada no sólo en las palabras que


corresponden a cada personaje, sino también en la concepción isabelina. Excepto por el

hecho de que las tres brujas en la obra de teatro se convierten en un coro femenino, Verdi

respeta al dramaturgo inglés casi al pie de la letra.

En el plano musical, uno de los aspectos más destacados de esta versión, fue la

excelente actuación de María Belén Rivarola como Lady Macbeth. Su voz caudalosa,

facilidad tanto en el registro agudo como grave, ricos en matices, su perfecto legato y

canto comunicativo, fueron cualidades que le permitieron destacarse en las tres arias que

Verdi le ofrece, en las que las posibilidades de lucimiento son múltiples. Tanto en "Vieni,

t'affretta", como en "La luce langue" y "Una macchia", pudo sorteó las dificultades de la

partitura con solvencia. Su desenvoltura escénica también contribuyó a delinear el

personaje con perfecta consistencia. En el saludo final, recibió una cerrada ovación.

Juan Salvador Trupia en el rol protagónico, exhibió voz caudalosa, buen fraseo verdiano y

canto debidamente matizado. Cumplió con todas las exigencias de la partitura e hizo

evidente en cada frase, cada cambio en el estado de ánimo de Macbeth, a través de los

diferentes tintes de su voz y de su actuación, que se adaptaron a cada circunstancia. A

pesar de que algunas frases perdieron volumen y se oyeron inseguras en la escena del

banquete y en su aria "Pietá, rispetto, amore", evidenció algunos signos de cansancio,

realizó una muy buena composición del protagonista y fue muy aplaudido por la

concurrencia.

Mario De Salvo fue un buen contrapunto como Banquo, con buen fraseo y musicalidad

especialmente en su aria "Come dal ciel precipita". Aunque sus graves tienden a

“destimbrarse” un poco, realizó una muy buena labor desde todo punto de vista.

Muy buena la actuación de Ramiro Pérez en el rol de Macduff. Su romanza "Ah, la

paterna mano ", estuvo muy bien interpretada, con virtuosismo vocal y expresividad

dramática.

El resto del elenco se manejó dentro de un nivel de eficacia con los personajes asignados,

destacándose el Malcolm de Santiago Delpiano y el Médico/Sicario de Agustín Albornoz,

dos cantantes jóvenes con voces que prometen.

El Coro, bajo las órdenes de Pablo Manzanelli, cumplió de manera sobresaliente, con las

diferentes instancias, muy variadas tanto en el plano actoral como musical, con que Verdi

los enfrenta.

Dado que su tema principal es la ambición por el poder, una de las debilidades humanas

de todos los tiempos, y que la idea de la apariencia y la realidad está siempre subyacente

en el libreto, la ópera ha sufrido una gran variedad de puestas en escena, tanto

tradicionales como aquéllas que la trasladan a otra época y lugar. Por lo tanto, la

producción escénica creada por Ana D’Anna, respetuosa del libreto y de las convenciones

que caracterizaban el teatro de la época isabelina, pudo ser disfrutada. A pesar de la

introducción de parlamentos que no existen en la ópera, aunque no estaban reñidos con

la obra, la puesta mostró un gran trabajo de elaboración en la marcación que evitó el

estatismo. La escenografía e iluminación de Gonzalo Cordova fueron funcionales y de


muy buena realización. El vestuario creado por Maria Jaunarena se adecuó al efecto

general. Fueron especialmente interesantes las escenas de las brujas, que normalmente

son difíciles de resolver.

Finalmente, cabe destacar la dirección musical de André Dos Santos, que resaltó el brillo y

dramatismo de la partitura, sin descuidar las sutilezas que también tiene. Aunque con

algunos pequeños desajustes con el coro en el tercer acto, supo mantener la tensión de la

obra durante toda la función.

Al finalizar, un público entusiasta prodigó estruendosos aplausos a todo el elenco.


CALIFICACIÓN: MUY BUENO

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