Espectacular cierre del ciclo de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación
SOPLAN VIENTOS DE JÚBILO Y VIRTUOSISMO
Martha CORA ELISEHT
Culmina el año y, por ende, los ciclos de las principales orquestas del país. En el
caso particular de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación, el organismo
decidió cerrar la temporada de su 35° aniversario con un concierto temático
denominado “VIENTO DE FIESTAS”, que tuvo lugar en el Salón de los Pasos Perdidos
del Parlamento Nacional el pasado lunes 22 del corriente, que contó con la participación
del clarinetista Mariano Rey en su doble rol de director y solista.
El programa estuvo compuesto por las siguientes obras:
- Concierto en La mayor para clarinete y orquesta. K.622 (adaptación de Marnix
van der Berg)- Wolfgang A. MOZART (1756-1791)
- Página de álbum- Michele MANGANI (1966)
- La fiesta del diablo (estreno mundial)- Roberto LÓPEZ (1957)
- Tema de “CINEMA PARADISO” (adaptación de Roberto López y Mariano
Rey)- Ennio MORRICONE (1928-2020)
- Adiós, Nonino (arreglo de Roberto López)- Astor PIAZZOLLA (1921-1992)
- Allegro tangabile (arreglo de Cristian Zárate)- Astor PIAZZOLLA (1921-1992)
Tras la tradicional presentación a cargo de la locutora, Mariano Rey tomó su lugar
en el escenario ante un Salón de los Pasos Perdidos atiborrado de público para dar inicio
al concierto con una de sus especialidades: el célebre Concierto en La mayor para
clarinete y orquesta. K.622 de Mozart, ampliamente difundido en todo el mundo y que
forma parte del repertorio habitual de un clarinetista de prestigio. Dedicado a Anton
Stadler, fue compuesto en Viena en 1791 -el mismo año de la muerte del compositor- y
consta de tres movimientos: Allegro (en La mayor), Adagio (en Re mayor) y Rondó (en
La mayor). Originalmente, estaba escrito para clarinete di bassetto -que llega al Do en
vez de los clarinetes comunes, que llegan al Mi-, pero Stadler hizo un arreglo para poder
ejecutarlo con un clarinete en La. Otra de sus particularidades es que la cadenza se
ejecuta en el Adagio central -a diferencia de los demás conciertos de Mozart, que se
ejecuta en el 1° movimiento-. Por desgracia, el manuscrito original de Mozart no se
conserva y lo que se escucha hasta la actualidad es la transcripción realizada por Stadler.
A diferencia de otras orquestaciones -donde participan dos flautas, dos fagots y dos
cornos-, aquí se empleó la adaptación para cuerdas de Marnix van der Berg, logrando
una perfecta amalgama entre orquesta y solista. Mariano Rey no sólo es un virtuoso del
instrumento, sino que aquí demostró sus dotes como director de cámara para ofrecer una
versión sublime, llena de sutilezas y exquisitez en su interpretación. Una ha escuchado
infinitas versiones de este clásico por intérpretes de la talla de Martín Tow, Mariano
Frogioni o Rolando D’Hellemes, pero la interpretación de Mariano Rey fue de calidad
superior. El público estalló en aplausos y vítores hacia el final y la ovación fue total.
La segunda parte del concierto comenzó con una obra del compositor, director de
orquesta y clarinetista italiano Michele Mangani: Página de álbum, compuesta
originalmente para clarinete y piano en 2007, de la cual posteriormente se realizó la
transcripción para instrumento solista y orquesta de cuerdas que se pudo apreciar en este
concierto. Se inicia con una breve introducción en las cuerdas antes del solo de
clarinete, con una muy buena línea melódica. Seguidamente, el músico anunció que la
próxima obra se representaría en calidad de estreno mundial: La fiesta del diablo de
Roberto López -quien se encontraba presente en sala-, ganadora del Premio Carlos
Gardel de Música durante el transcurso del corriente año, que fue grabada y era la
primera vez que se representaba en público. El glissando de apertura a cargo del
clarinete en tono menor previo al pizzicato a cargo de las cuerdas en 2/4 sonó
sumamente romántico y, a medid que se desarrolla la obra, posee síncopa, ribetes
tangueros y de otros ritmos que remeda -por momentos- al Danzón n°2 de Arturo
Márquez. Luego de un silencio, el clarinete realiza una serie de variaciones y arabescos
en ritmo de baguala hasta que se retoma el primer tema. Una obra de bella línea
melódica escrita para un virtuoso como lo es Mariano Rey, que gustó mucho y que fue
muy bien recibida por el público. Le siguió una sublime versión de la música del film
CINEMA PARADISO de Ennio Morricone en adaptación de Mariano Rey y Roberto
López, que sonó magistral antes de pasar al universo de Astor Piazzolla. No podía faltar
el celebérrimo Adiós, Nonino con un magistral arreglo de Roberto López, donde los
violoncellos y contrabajos arrancan al unísono al ritmo del 2/4 antes que el clarinete
tome la melodía, donde hubo una perfecta correspondencia entre orquesta y solista. Por
último, Mariano Rey interpretó junto a la orquesta el Allegro tangabile de Astor
Piazzolla en adaptación de Cristian Zárate. Escrita originalmente para bandoneón, la
fuga a cargo del clarinete fue magistral y una auténtica demostración de virtuosismo,
que sonó auténticamente piazzoliana y que desencadenó una ovación de aplausos y
vítores hasta tal punto, que Mariano Rey tuvo que volver a bisarla. Otro sinfín de
aplausos para poner punto final a uno de los mejores conciertos del año.
Ha sido un auténtico broche de oro y un excepcional cierre de la temporada del 35°
aniversario de la orquesta de cámara más prestigiosa del país, galardonada por tres
veces consecutivas por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina.
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