sábado, 1 de septiembre de 2018

Presentación de la VIII Gala Internacional de Ballet en el Teatro Coliseo ESTÉTICA, PLASTICIDAD Y ACROBACIA Martha CORA ELISEHT Entre los días 24 y 25 de Agosto pasado se llevaron a cabo las funciones de la VIII Gala Internacional de Ballet en el Teatro Coliseo, organizadas por el Grupo ARS y que contaron con la presencia de numerosos solistas nacionales e internacionales, provenientes de las siguientes compañías de danza: Melissa De Oliveira y Ciro Tamayo (Ballet del SODRE, Montevideo, Uruguay); Craig Dionne (Peridance Contemporary Dance Company, Estados Unidos); Adiarys Almeida y Taras Domitro (Ex Ballet Nacional de Cuba y actualmente, San Francisco Ballet); Amir Getta y Hemda Ben Zvi (Israel); Kateryna Shalkina (Ballet du Capitole de Toulouse, Francia) y Oscar Chacón (English National Ballet y Béjart Ballet, Suiza), mientras que la Argentina estuvo representada por Luciano Perotto, quien se desempeña actualmente en el Cleveland Ballet (Ohío, Estados Unidos) y que ganó el Premio Revelación mediante una beca otorgada por el Grupo ARS en 2014 para desarrollar sus estudios en Filadelfia, en “The Rock School for Dance Education”. En la Gala correspondiente al sábado 25, la primera parte abrió con un clásico de August Bournonville: Festival de las Flores en Genzano, a cargo de Melissa De Oliveira y Ciro Tamayo. Este gran bailarín español demostró sobre el escenario por qué ocupa el cargo de Primer Bailarín del SODRE: sus trucos, piruetas y solages sobre el escenario fueron estupendos y los ejecutó con una perfección absoluta. Hasta tal punto que, quizás, la actuación de su partenaire lució un tanto opacada, pero Melissa De Oliveira lo compensó con su gracia y su delicadeza en la interpretación. A continuación, se presentó el joven Craig Dionne, quien bailó nada más ni nada menos que el Ave María de Franz Schubert, con coreografía de Débora Levit. Apenas iluminado sobre una tenue luz sobre el escenario, dio una magnífica lección de danza contemporánea- empleando la técnica desarrollada por Martha Graham y perfeccionada por José Limón-, haciendo uso de una perfección absoluta en las contracciones, relajaciones, giros y vuelos. Si a esto se le suma su impresionante plasticidad, fue uno de los highlights de la noche. Se retiró bajo una auténtica ovación de aplausos, ya que no pudo estar presente para el saludo final junto a todos los demás artistas. (Posteriormente, quien escribe supo que debió retirarse antes porque justo tenía vuelo de regreso a Estados Unidos). Seguidamente, la pareja integrada por los cubanos Adiarys Almeida y Taras Domitro hicieron su presentación con otro clásico, que resultó sumamente efectivo: Aguas Primaverales, de Sergei Rachmaninov, donde la pareja ejecuta trucos muy jugados: piruetas que alternan con developées y solages, que requieren de mucho ensayo y una interpretación sumamente prolija, donde un error de un milímetro puede llegar a ser fatal. En este caso, dicho golpe de efecto fue muy bien logrado y se retiraron bajo una lluvia de aplausos. Sin embargo, cuando les tocó interpretar el clásico Pas de Deux de Sigfrido y Odette de El Lago de los Cisnes para cerrar la primera parte, la misma careció del brillo de su antecesora. Si bien fue correcta y no hubo errores de técnica, la interpretación fue fría, carente de emoción y, por ende, no deslumbró ni al público ni al periodismo especializado. La canción Kiss- interpretada por el recordado Prince- fue el marco para la presentación de Amir Getta y Hemda Ben Zvi. Estos geniales acróbatas israelíes bailan juntos desde hace muchos años, formando el dúo Amir & Hemda, que ha ganado numerosos premios en todo el mundo desde 2012 hasta la actualidad. Él es un experto en capoeira y danza afro- brasileña, mientras que ella es una acróbata excepcional. Si bien su actuación se centralizó más en la acrobacia que en la danza- incluso, actuaron con muy poca música para lograr un mayor efecto visual- , lo hicieron con una gran idoneidad. Por momentos, ella lo sostenía, mientras él se apoyaba en sus hombros para realizar trucos y piruetas. Muchos se habrán preguntado por qué se los incluyó en el marco de una Gala Internacional de Ballet- por momentos, parecían desentonar respecto del resto-, pero fueron muy bien recibidos por parte del público en su primera performance en Argentina. Previo al cierre de la primera parte, el dúo formado por la ucraniana Kateryna Shalkina y el colombiano Oscar Chacón brindaron un extracto del ballet Cantata denominado Serenata, con música del grupo Azzurd y coreografía de Mauro Bigonzetti. Ambos demostraron ser no sólo bailarines de excelente formación clásica, sino además, en danza contemporánea. Ambos brindaron una gran interpretación y demostraron no sólo poseer buena técnica, sino también plasticidad y calidad interpretativa. Al igual que en la primera parte, la segunda parte de la Gala también estuvo a cargo de los solistas del Ballet del SODRE- Ciro Tamayo y Melissa De Oliveira- , que interpretaron el Pas de Deux de El Corsario de Tchaikowsky, donde ambos se lucieron y demostraron sus dotes de Primeros Bailarines. Aquí, Melissa De Oliveira no sólo deslumbró con su gracia y su simpatía, sino además, con su técnica- impecables sus cambré, developées y arabesques- . Unido esto a un partenaire de la talla de Ciro Tamayo, fue una de las grandes revelaciones de la noche. Por su parte, él no sólo se lució en las piruetas y los solages, sino que además, los ejecutó a la perfección. Y, desde ya, se retiraron ovacionados. Posteriormente, él bailó en calidad de solista el Gopak de la película Taras Bulba, con música de Vasili Soloviev- Sedoy y coreografía de Rostislav Zakharov. La mencionada danza ucraniana y el vestuario típico permitieron el lucimiento de este gran artista, quien brilló sobre el escenario y deslumbró a todos con sus acrobacias. Acerca de este último tema, el dúo Amir & Hemda volvieron a deslumbrar con sus piruetas al público con un fragmento de Zoog- que, precisamente, significa “pareja” en hebreo-. Para ello emplearon un mix de música de La Grande y René Aubry, adaptada especialmente para que esta pareja realizara todo tipo de acrobacia sobre el escenario. El público volvió a acompañarlos con un cálido aplauso. Seguidamente, el binomio Almeida- Domitro ofreció un número de danza contemporánea denominado Wunderland, con música de Philip Glass y coreografía de Edward Lang, en una correcta interpretación. Pero la auténtica revelación de la noche fue el joven Luciano Perotto, en su interpretación de Lacrymosa del Réquiem de Mozart, con coreografía de Edward Stierle. Con tan sólo 21 años ganó el Youth America Grand Prix en 2017, en un evento en el Lincoln Center de New York. Tras ganar una beca de formación y perfeccionamiento en Filadelfia, hoy es uno de los Primeros Solistas del Cleveland Ballet (Ohío, Estados Unidos) y retornó a la Argentina para presentarse como Revelación en esta Gala. Y lo logró con creces: desplegó sobre el escenario excelente técnica, interpretación, plasticidad y gracia. Fue otro de los highlights de la noche y se retiró ovacionado por el público. Finalmente, el dúo integrado por Kateryna Shalkina y Oscar Chacón bailaron una pieza de Jacques Brel, denominada Quand on a quel amour, con coreografía de Maurice Béjart. Ambos demostraron por qué son solistas y Primeros Bailarines de sus respectivas compañías, y lo corroboraron al final de la Gala interpretando el consabido Pas de Deux de Don Quijote, de Ludwig Minkus, sobre coreografía original de Marius Petipa. Ella posee la escuela y la disciplina del ballet ruso; él, una técnica y una plasticidad perfectas, con un excelente desarrollo de trucos, piruetas y solages. Y en el número final, ella bailó el developée con abanico. Es una coreografía difícil, pero mucho más, con elementos. Y supo salir con técnica, disciplina y a la vez, con elegancia. Al final de la Gala, todos los artistas salieron a saludar en el escenario, donde no faltaron los tradicionales ramos de flores a las Primeras Bailarinas. Si bien no reunió la jerarquía artística de otros años anteriores, la Gala Internacional de Ballet sigue convocando y descubriendo a auténticos talentos. Una espera poder apreciarlos en el escenario del Colón algún día, tal como ocurrió con artistas de la talla de Damil Simkin, Marianela Núñez o Isabella Boylton. Ojalá que el Grupo ARS siga funcionando como un auténtico telescopio, que ayude a descubrir nuevas estrellas.

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