sábado, 18 de mayo de 2024

 

 

 

YA NO ES MAS LA CENICIENTA

 

Orquesta Sinfónica Nacional, Temporada 2024. Concierto. Director: Pablo Boggiano. Solistas: Alejandro Carreño (Violín), Ismel Campos (Viola). Programa: Obras de Mílici, Mozart y Schiuma. Auditorio Nacional, 17 de Mayo de 2024.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

 

  Si observamos las programaciones de los últimos años de la Orquesta Sinfónica Nacional, podremos apreciar que con cada vez mayor preponderancia la música argentina fue asumiendo un protagonismo que pasó de encabezar el concierto, cumpliendo una cuota asignada a los creadores nacionales, hasta ser lo que hoy es, obra de fondo en los programas. De ahí que considero que dejo de ser la “cenicienta” del programa para pasar a cautivar al público seguidor de los conciertos al punto de que el Auditorio Nacional muchas veces rebalsó de público en dichas ocasiones. Una vez más la sala estuvo virtualmente cubierta para presenciar una velada en que las obras de “punta” fueron de compositores nacionales dejando en el centro a un compositor de fama universal:  Mozart. Pablo Boggiano, difusor de Ntra. Música en el viejo continente (sobre todo en el centro europeo) fue el encargado de llevar adelante el concierto.   

 

  La apertura estuvo reservada para la aparentemente primera interpretación en Buenos Aires del poema sinfónico “Anyay” de Don Luís Milici, compositor nacido en 1910 en Rosario y fallecido en 1999. Basado en historias Incas, describe la espera de una princesa de esa raza para  que se cumpla una profecía que le vaticinaba que un hombre blanco vendría a declararle su amor. Un guerrero de su tribu intentaba sin éxito conquistarla, los hechiceros sostenían que los hombres blancos solo traerían ruina y destrucción. Llegan los hombres blancos, triunfan en el combate y más allá de la devastación, el líder blanco queda prendado de la belleza de la joven y de manera efectiva toma a esta por su mujer. La música es muy descriptiva. Ritmos folckloricos, enlaces de tinte post-romántico se van entrelazando de manera tal que llegan a un enfático remate. Pablo Boggiano guió a la Orquesta de manera precisa, alcanzando instantes de notable belleza tal las respuestas que todos los sectores del conjunto brindaron a las indicaciones del Maestro.

 

 El núcleo central del concierto lo constituyó la siempre bienvenida Sinfonía Concertante para Violín y Viola Kv. 364 de Mozart.   Obra que en Ntro. Medio siempre ha sido objeto de versiones de alto fuste, una vez más se logró otra semejante gracias al concurso de dos estupendos valores oriundos de Venezuela: el Violinista Alejandro Carreño y el Violista Ismel Campos. Ambos con inicio en la Sinfónica Simón Bolivar del sistema venezolano y luego con trayectorias en Europa, Estados Unidos y Centroamérica. Bellísima, intensa, reconcentrada en su centro tomando como base una melodía, llega a un vivaz movimiento de cierre. Carreño es portador de un sonido bellísimo, dueño de una estupenda veta interpretativa, plenamente integrado con el conjunto y  con su compañero. Justamente Campos exhibió técnica muy sólida y logró que su instrumento estuviera a la par en toda la versión. Boggiano con un acompañamiento formidable llevó a la orquesta a tempi exacto, dinámico y sumamente vivo. Entre los tres, sumados al conjunto, construyeron una labor estupenda. Los generosos aplausos del público, provocaron que los dos intérpretes retribuyeran con un bis también de Mozart  en gratitud a  los Argentinos que recibieron a los Venezolanos llegados en busca de nuevos horizontes, provocando una cerrada ovación de la concurrencia.

 

  La obra de fondo elegida fue la Sinfonía Nº 3 “Incaica” de Alfredo Schiuma, página estrenada en la década del cuarenta del pasado siglo. Como se ve, el pueblo Inca fue fuente de inspiración de compositores nacionales y aquí se entremezclan temas de carácter folcklórico con una llamativa influencia de creadores rusos como Glazunov o Mussorgsky. Al igual que en la obra de Mílici, Schiuma alterna momentos de gran intensidad con pasajes de carácter introspectivo. Boggiano guió de manera maestra a la Sinfónica con pasajes brillantes de los bronces, maderas de intervención exquisita, percusión en absoluto equilibrio y cuerdas de noble tersura. Tres veces llamado a saludar al escenario por parte del público fue muestra elocuente de la categoría de su labor, y es también gratificante que no decaiga el rol de difusora de Ntra. Música de la Sinfónica Nacional, la que coloca a Ntro. Patrimonio musical en el sitial que por derecho propio le corresponde.

 

Donato Decina

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