lunes, 7 de julio de 2025

 TRIUNFAL INICIO CON M. BUTTERFLY EN EL MUNICIPAL


Por Jaime Torres Gómez

Inusualmente, recién comenzando julio, arrancó la temporada lírica del Teatro

Municipal de Santiago, esta vez con una de las óperas más amadas del repertorio

como es Madama Butterfly, de Giacomo Puccini.

Luego de ocho años de ausencia en el Municipal, retorna Butterfly como un título

lógico y estratégico para reencantar a los operáticos tradicionales y a la vez para las

nuevas audiencias, estas últimas como público del futuro.

Aún por recuperar los tradicionales seis títulos de ópera pre-pandemia, se ha avanzado

gradualmente, destacando -a la luz de sus estupendos resultados artísticos y

económicos- la incorporación del musical “La Novicia Rebelde” en abril pasado, al ser,

de alguna forma, un derivado del género lírico tal como la opereta y la zarzuela, y por lo

tanto, compatibles de ofrecerse en el patrimonial coliseo artístico nacional. Sólo advertir

a futuro no desproporcionar la programación de este tipo de género en perjuicio de la

cantidad histórica de títulos de ópera, so pretexto de cautivar a nuevas audiencias,

propendiendo así a un natural equilibrio.

Con tan sólo anunciar este título pucciniano, es esperable disponer de una masiva

concurrencia, al punto que se han contemplado varias funciones adicionales ante la

alta demanda de público, validándose así el interés por el cultivo de la ópera como

género.

Cabe señalar los potentes referentes de M. Butterfly en el Municipal, como en 1968 con

la gran Raina Kabaivanska, la recordada y recientemente fallecida Gilda Cruz-Romo

(1977), la legendaria Renata Scotto en 1985, Yoko Watanabe (1990), como la

aclamada producción de Keita Asari en 2001 y 2007, asimismo la provocativa puesta

de Hugo de Ana en 2015.

La presente producción estuvo encabezada por la afamada soprano chilena Verónica

Villarroel, en su debut como regisseur, el destacado diseñador Pablo Núñez en la

escenografía y vestuario, y Ricardo Castro como iluminador. En esta oportunidad, a

diferencia de las producciones de Asari y De Ana, discurrió en una lograda visión

tradicional y libre de mayores alambicamientos discursivos propios de extemporáneas

bases estéticas, que terminan desdibujando la esencialidad de la obra. Empero, hubo

momentos de caprichosas libertades lindantes en lo brutal e inexacto respecto al libreto

original, como caracterizar el personaje de Kate de manera hiperbólicamente altiva,

asimismo, al umbral de lo imperdonable, exacerbar el final con la presencia del niño

mirando el cuerpo de su madre fallecida…

Tal como fue concebida, la acción se situó a finales del siglo 19, respetándose lo macro

de la obra de teatro original de David Belasco más el complemento de los libretistas

Illica y Giacosa, de notable correlación músico-drama. Así, con celebrada limpidez, del

todo logrado el contraste cultural oriente-occidente, sin caer en lo panfletario ni

caricaturesco. Y con certera empatía la caracterización de cada personaje, dándose

natural fluidez al desarrollo del discurso teatral sin rayar en naturalismo.

La disposición espacial, con esenciales elementos corpóreos sin adscribir a lo

minimalista, se mostró proporcionado para el cometido, facilitando un eficaz


desplazamiento de masas. Sin perjuicio de ello, no fue acertado emplazar la casa muy

a un costado, privando total visión al público ubicado en ese flanco, ante lo cual

siempre es deseable situar mejor los puntos de fuga en aras de una mayor

“democratización visual”… Y de refinado gusto la tenue policromía de colores de la

escenografía y vestuario, apostando por una celebrada amabilidad visual,

estupendamente apoyada por un acertado (y empático) apoyo lumínico.

En lo musical, gran concertación de Paolo Bortolameolli, completamente idiomática y

entendiendo a cabalidad las claves del lenguaje pucciniano, de refinada riqueza

armónica, tímbrica y colorística (no es fácil abordar Puccini, por su compleja simbiosis

entre lo peninsular, en lo melódico y expresivo, y lo galo, de exquisito tratamiento de

texturas instrumentales). De equilibrada lectura, con inteligente administración de la

contención y el desgarro, hubo una galería de certeros matices, acentos y

transparencias más una celebrada adopción de tempi. Gran apoyo a las voces,

logrando una interpretación bien integrada entre foso y palco escénico. Completa

adhesión de la Filarmónica de Santiago a la autorizada batuta de Bortolameolli, su

actual Director Titular Designado.

Excelente servicio general de los roles protagónicos y comprimarios, principiando por

una notable Erika Grimaldi como Cio Cio San, de consumada inteligencia y

profundidad interpretativa; sin duda, de las más grandes Butterfly que se tenga

recuerdo en el Municipal. De pareja línea de canto, con fortalezas en firmes agudos

más una formidable administración de las medias voces, compone un physique du rôle

de penetrante psicología enfatizado en una idealización del contexto no

necesariamente de una adolescente de 15 años, sino expandido a toda persona

obsesionada por una causa…

De los demás roles, con hermoso timbre y buenos medios vocales y de actuación, el

tenor José Simerilla Romero logra un entregado Pinkerton, aunque, en momentos, de

proyección errática y ciertas sinuosidades en el passaggio. La mezzo Kai Rüütel-

Pajula, de importante material, ofrece una acertada Suzuki, aunque a ratos poco

audible. Notable como Sharpless el barítono Eleomar Cuello, con una entrega del todo

creíble en musicalidad y actuación. Notable y justificada la venida desde Europa del

tenor Mikeldi Atxalandabaso para el ingrato rol de Goro, normalmente atendido por

cantantes locales, explicándose esta presencia ante, quizás, la escasez de voces

nacionales para dicho rol. De los demás roles comprimarios, acertados resultados de

Matías Moncada como Bonzo, Ismael Correa en un extraordinario Yamadori, Pilar

Garrido como Kate y Pedro Alarcón como Comisario Imperial.

En suma, un triunfal inicio de la temporada lírica del Teatro Municipal de Santiago, y

buen referente para proyectar las futuras temporadas de ópera del decano coliseo

artístico nacional.

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