La Inquietud de Nuestros Jovenes lleva a que se formen agrupaciones como la Camerata Arsis, al que aquí se la aprecia actuando en la Fundación Beethoven. Fotografía de la autora del presente comentario.
Muy buena actuación de la Camerata ARSIS en la Fundación Beethoven
A PURO TALENTO Y PASIÓN JUVENIL
Martha CORA ELISEHT
Fundada en Noviembre de 2024, la Camerata ARSIS es un conjunto de músicos
jóvenes cuyo principal objetivo es difundir el repertorio de cámara a todo nivel. Sus
integrantes pertenecen en su mayoría a la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil
“Libertador Gral. San Martín” y la Académica del Instituto superior de Arte del Teatro
Colón (ISATC) y se presentaron el pasado jueves 27 del corriente en un concierto que
tuvo lugar en el auditorio de la Fundación Beethoven, donde se interpretaron las
siguientes obras:
- Divertimento en Fa mayor, K.138 – Wolfgang A. MOZART (1756-1791)
- Intermezzo de CAVALLERÍA RUSTICANA- Pietro MASCAGNI (1863-1945)
- Serenata para cuerdas, Op.48- Piotr I. TCHAIKOVSKY (1840-1893)
Luego de la tradicional afinación de instrumentos a cargo de la concertino Sofía
Herman, la violoncelista Trinidad Gutiérrez actuó como presentadora y agradeció tanto
al maestro Mario Benzecry por el asesoramiento en materia de repertorio como a la
presidente de la Fundación Beethoven – “Pupi” Sebastiani- por el apoyo brindado para
la realización del concierto.
En 1771, la familia Mozart se traslada a Italia con el objetivo que una corte
respetable le otorgara al joven Wolfgang Amadeus un puesto de Kapellmeister. A pesar
de que el objetivo no se cumplió, el genio de Salzburgo no se amilanó, sino que hizo
exactamente todo lo contrario: compuso sus tres Divertimentos para cuerdas en los
primeros tres meses de 1772. Se trata de una forma musical sin una estructura concreta,
que cumplía la misión de divertir a la sociedad durante la época del clasicismo.
Posteriormente, se dejaron de componer después de 1790 y todos poseen tres
movimientos: Allegro/ Andante/ Presto. En el caso del Divertimento n°3 en Fa mayor,
K.138, el presto final se transforma en un rondó, mientras que el celebérrimo
Divertimento en Re mayor, K.136 conserva la estructura anteriormente mencionada. En
este caso, la agrupación ofreció una versión correcta de la mencionada pieza.
De todas las óperas de Pietro Mascagni, CAVALLERÍA RUSTICANA fue
compuesta en 1890 como parte de un concurso organizado por el editor de música
milanés Edoardo Sonzogno para compositores noveles que jamás habían montado una
ópera en escena. Una de las condiciones era que debía ser un melodrama en un único
acto. Tan sólo dos meses antes de la fecha del concurso, Mascagni le pidió a su amigo
Giovanni Targioni- Tozzetti que le proporcionara un libreto. Éste eligió la novela
homónima de Giovanni Verga y junto con su colega Guido Menasci fueron enviándole
el libreto por partes. Finalmente, sobre un total de 73 óperas participantes resultó electa
entre las tres finalistas y se estrenó en el Teatro Constanzi de Roma en Mayo de ese
mismo año, con un suceso notorio de público y crítica que perdura hasta nuestros días.
Su célebre Intermezzo es un bellísimo interludio orquestal que separa ambas escenas y
que forma parte del repertorio habitual de los programas de conciertos. La orquesta
brindó una muy buena versión, que se caracterizó por tener un sonido compacto y
equilibrado.
Compuesta en 1880, la Serenata para cuerdas en Do mayor, op.48 de
Tchaikovsky consta de 4 movimientos: Pezzo in forma di sonatina: Andante non
troppo-Allegro moderato/ Vals: moderato- Tempo di valse/ Elegía: Larghetto elegíaco/
Finale (tema ruso): Andante- Allegro con spirito. Se estrenó en privado en Diciembre
de ese mismo año y su primera ejecución pública fue al año siguiente en Moscú, bajo la
dirección de Eduard Napravnik. El tema inicial del 1° movimiento actúa como leitmotiv
o hilo conductor, que posteriormente, se repite no sólo al final de dicha parte, sino
también, de la obra, otorgándole un carácter cíclico. La versión ofrecida fue muy
compacta, versátil y con un sonido propio, con un muy buen desempeño de los violines
y violas en las dobles cuerdas de la introducción, mientras que la labor de los
violoncelos y las violas se destacó en el cantábile de la Elegía, de corte netamente rusa.
Lo mismo sucedió con el tema folklórico que el compositor introduce en el 4°
movimiento, donde el pizzicato en violines sonó en bloque, mientras las violas, cellos y
contrabajos ejecutan la melodía hasta volver al tema de la introducción. Si se tiene en
cuenta que es una obra de repertorio de las principales orquestas de cámara del país, la
Camerata ARSIS sorprendió por el buen nivel de la interpretación y la calidad del
sonido. Un cierre perfecto, donde los músicos se retiraron muy satisfechos y
agradecidos ante los aplausos del público.
Es maravilloso ver el grado de profesionalismo que tienen estos jóvenes músicos
y el entusiasmo con el que encaran este proyecto. Sería muy bueno contar con maestros
que los asesoren y los perfeccionen en este tipo de repertorio. Una nueva agrupación de
música de cámara que todavía tiene un largo camino que recorrer y mucho para dar.
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