Vista de uno de los momentos del concierto homenaje al Papa Francisco en el Auditorio Nacional. Fotografía de la propia Martha Cora Eliseht.
Estreno mundial de la “Misa Mestiza” en el Auditorio Nacional del Palacio Sarmiento
APROBADA POR ACLAMACIÓN Y UNANIMIDAD
Martha CORA ELISEHT
El Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio (1936-2025), quien pasó a la
posteridad como el Papa Francisco I no solamente fue el 266° Papa de la iglesia católica
y el 8° soberano del Estado Vaticano desde 2013 hasta su muerte, sino que también -
entre otras cosas- un amante de la música clásica y un gran melómano. En el año 2015,
los compositores argentinos Hugo Figueras, Bernardo Latini y Oscar Allorio le
presentaron al Sumo Pontífice su Misa Mestiza para orquesta reducida, coro y solistas,
que presenta los números tradicionales de la composición religiosa (Kyrie/ Gloria/
Credo/ Sanctus- Benedictus/ Agnus Dei/ Comunión/ Legado) fusionados con ritmos
latinoamericanos. El proyecto contó con la aprobación total y la bendición papales.
Posteriormente, se compuso la versión para orquesta sinfónica, coro y solistas que,
lamentablemente, el Papa no pudo escuchar debido a su fallecimiento, ocurrido el 21 de
Abril del corriente año luego de haber oficiado la Misa correspondiente al Domingo de
Pascua en el Vaticano.
La Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto” (ONMA) y
el Coro Polifónico Nacional decidieron rendir homenaje a Su Santidad c on el estreno
mundial de la versión definitiva de la Misa Mestiza en un concierto denominado
“Homenaje a la Memoria del Papa Francisco”, hecho que tuvo lugar el pasado viernes
28 del corriente en el Auditorio Nacional del Palacio Domingo F. Sarmiento bajo la
dirección de Fernando Tomé y la participación de los siguientes artistas: Claudio
Santoro (piano), Clara Pinto (soprano), Elisa Giraldo Gärtner (contralto), Esteban
Garreta (tenor), Felipe Carelli (barítono) y Martín Caltabiano (bajo).
El programa estuvo integrado por las siguientes obras:
- “Ubi Caritas”- Georgina PERAZZO (1974)
- “La despedida” (cantata para coro, barítono y piano)- Carlos GUASTAVINO
(1912-2000)
- Misa Mestiza (estreno mundial)- Hugo FIGUERAS- Bernardo LATINI- Oscar
ALLORIO
Durante la primera parte del concierto, se interpretaron las obras para coro y piano y,
posteriormente, los integrantes de la Orquesta Nacional de Música Argentina ingresaron
al escenario para interpretar la mencionada obra en calidad de estreno mundial.
Luego de la entrada del Coro Polifónico Nacional, Fernando Tomé y Claudio
Santoro tomaron sus puestos sobre el escenario para comenzar con el motete Ubi
Caritas (Donde hay caridad) de la compositora argentina Georgina Perazzo, que se
refiere al amor mediante actos de caridad hacia los más necesitados y los pobres -una de
las principales consignas del Papa Francisco durante todo su mandato-. Oriunda de
Berisso, completó sus estudios en el Conservatorio Gilardo Gilardi y la Facultad de
Bellas Artes de La Plata. Su producción abarca obras para piano, orquesta, ópera,
música de cámara y coral. Este motete posee una bella línea melódica de corte
impresionista, donde el coro ofrece un canon a 4 voces que estuvo muy bien balanceado
merced a una adecuada preparación. Como siempre, el acompañamiento al piano de
Claudio Santoro fue magnífico y a su término, Fernando Tomé saludó a la compositora-
quien se encontraba presente en sala- en medio de numerosos aplausos.
Seguidamente, el barítono Felipe Carelli se presentó para interpretar La Despedida,
cantata compuesta por Carlos Guastavino en 1972 para coro mixto, piano y barítono con
texto de León Benarós. La obra se inicia con una extensa introducción a cargo del
piano, donde Guastavino fusiona su tradicional estilo impresionista con ritmos del
folklore argentino previamente a la entrada del coro al unísono. Posteriormente, el
barítono solista entabla una serie de diálogos con el coro: primero, con las voces
femeninas; luego, con las masculinas y finalmente, con todo el coro. El solista tuvo un
gran desempeño, magníficamente acompañado por el coro y el piano. La cantata cierra
con otro solo de piano y la interpretación fue soberbia.
Tras un breve intervalo y la tradicional afinación de instrumentos por parte de la
ONMA, el director y el cuarteto de solistas se ubicaron sobre el escenario para
interpretar la versión orquestal de la Misa Mestiza en calidad de estreno mundial. Se
inicia con el Kyrie -cantado por el coro a cappella junto al bajo- hasta la entrada del
corno, fagot y, posteriormente, el resto de la orquesta. La línea melódica -de carácter
solemne- fusiona la música tradicional religiosa europea con elementos del folklore
latinoamericano introducidos por la marimba, el bongó y las tumbadoras. Por el
contrario, el Gloria es majestuoso y brillante y se caracteriza por ritmos como el
malambo, el taquirari en el aria de la contralto y el joropo en la parte del coro, cuyos
integrantes marcaron el ritmo con palmas y pisadas. El Credo se inicia con ritmos de
marcha y cuatro interpretados en forma conjunta por el cuarteto de solistas, el coro y la
orquesta. Luego de un poderoso tutti, los ritmos cambian a son y gato. Pero el más
impactante de los números que integran esta obra es el Santo/ Bendito, que abre con un
gran solo de clarinete y fagot previamente a la marcación de un intenso candombe por
las maracas, el güiro, claves y otros instrumentos de percusión antes de la entrada del
coro y los solistas. La orquestación de este número fue formidable e incluye un gran
solo de bandoneón y piano previos a su cierre. Las maracas y el güiro marcan también
la entrada del Cordero de Dios (Agnus Dei) a cargo del coro, donde las cuerdas y los
vientos toman la melodía en ritmo de zamba fusionado con música europea, donde el
piccolo imita el sonido de la quena. La música de la Comunión es un vals criollo en ¾
introducido por la soprano, seguida por el bandoneón y el resto de las cuerdas, que
desemboca en una magistral sucesión y fusión de ritmos como la samba, la guaracha y
la salsa cubana que acompaña al coro -cuyo desempeño fue tan magistral como dicha
fusión de ritmos-. Finalmente, el Legado se inicia con el cuarteto de voces solistas y las
cuerdas en ritmo de malambo seguido por el resto de la orquesta y el coro. La
marcación y dirección por parte de Fernando Tomé fueron espléndidas y culmina con un
final brillante. La obra gustó mucho y fue muy bien recibida con numerosos aplausos
por parte del público hasta tal punto, que el director decidió invitar al público a
acompañar con palmas indicando el ritmo de candombe para hacer un bis del cuarto
número de la misa (Santo/ Bendito). El entusiasmo del público no se hizo esperar y se
logró el efecto deseado. De los tres compositores, dos de ellos estuvieron presentes y, al
igual que el público, disfrutaron de su éxito al máximo.
El hecho de estrenar una obra dentro de un concierto es algo maravilloso y mucho
más, si se trata de un estreno mundial. No solamente ha sido un concierto magnífico,
sino, además, un merecido homenaje a un líder espiritual y un auténtico jefe de Estado
cuyo papado se caracterizó por incluir a los pobres, las minorías étnicas y el respeto por
la diversidad de género. De haber escuchado este concierto, Francisco lo hubiera
aprobado.
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