Una nueva vista del concierto del Ensamble Concentus, en este caso la aportada por la autora del presente comentario.
Gran cierre del ciclo Conciertos del Mediodía en el Palacio Sarmiento
A BUEN ENTENDEDOR, POCAS PALABRAS
Martha CORA ELISEHT
No es casual que el refrán que forma parte del título de esta nota sea
precisamente la dedicatoria que Franz Joseph Haydn escribió al Príncipe Esterházy al
principio de la partitura de su Sinfonía n°45 en Fa sostenido menor (“Los adioses”),
que formó parte del programa del concierto de cierre del Ciclo “Conciertos del
Mediodía” organizado por el Mozarteum Argentino en la Sala Argentina del Centro
Cultural Palacio Domingo F. Sarmiento. Dicho concierto tuvo lugar el pasado miércoles
26 del corriente, donde participó el Ensamble CONCENTUS bajo la dirección de
Ricardo Sciammarella para interpretar las siguientes obras:
- Sinfonía n°29 en La mayor, K.201- Wolfgang A. MOZART (1756-1791)
- Sinfonía n°45 en Fa sostenido menor, Hob.I:45 (“Los adioses”)- Franz
Joseph HAYDN (1732-1809)
Fundado en 2019 por un prestigioso grupo de músicos argentinos bajo la
dirección de Ricardo Sciammarella, el Ensamble CONCENTUS es el primer conjunto
orquestal argentino con carácter historicista dedicado a la interpretación de la música
clásica y romántica europea y sudamericana. Sus integrantes provienen de todo el país y
son especialistas en la ejecución de instrumentos de época, lo que se traduce en
interpretaciones de alta calidad. Durante 2021 se presentó en las salas de conciertos más
importantes del país y tuvo a su cargo el estreno de la obra integral para orquesta del
compositor vasco Juan Crisóstomo de Arriaga en 2023 en el Salón Dorado del Colón.
Durante 2024 presentó el ciclo “Románticos y revolucionarios” en el Teatro Avenida en
cooperación con Betty Gambartes, donde participaron figuras de la talla de Pablo
Saraví, Lina Tur Bonnet, Alejandra Malvino y Víctor Torres, entre otros. Asimismo, se
presentó durante el transcurso de ese mismo año por primera vez en Uruguay, con gran
éxito de público y crítica.
Durante el presente concierto, el ensamble adoptó la tradicional formación de
cámara -violines y violas de pie y el resto de los integrantes, sentados- guiados por el
concertino Fabricio Zanella hasta que Ricardo Sciammarella se presentó sobre el
escenario para tomar su lugar en el podio y dar inicio al concierto.
La Sinfonía n°29 en La mayor es una obra que cada vez se toca más asiduamente
y marca la madurez de Mozart como compositor de este género -pese a que sólo tenía
18 años cuando la escribió-. Sus cuatro movimientos (Allegro moderato/ Andante/
Menuetto- Allegretto- Trío/ Allegro con spirito) ofrecen una mayor amplitud al
tratamiento de la orquesta, con texturas más complejas en las cuerdas y mayor presencia
de los instrumentos de viento, entrelazando dos temas bien definidos en el 1°
movimiento (Allegro moderato), mientras que el Andante se caracteriza por gran
variedad de articulaciones. El Menuetto se distingue por su énfasis en ritmos y por el
diálogo entre los instrumentos de cuerdas y vientos para desembocar en el poderoso
Allegro con spirito final. La presente versión se caracterizó por estar muy bien
temperada y afinada, con ese sonido cristalino y diáfano típicamente mozartiano. El
hecho de ser interpretada con criterio historicista le aporta un valor agregado mediante
un sonido de época perfectamente equilibrado. El numeroso público que se dio cita en la
Sala Argentina respondió positivamente con un aplauso cálido y sostenido.
En Octubre de 1772 y, debido a la gestión del Príncipe Esterházy para comprar
dos accesorios que permitieron bajar un semitono más a los cornos, Haydn emprendió la
difícil tarea de componer una sinfonía en Fa sostenido menor -una tonalidad
completamente atípica para dicha época-, ya que la afinación de los cornos en Do y Sol
lo permitía mediante el agregado de estos adminículos. Posee 4 movimientos (llegro
assai/ Adagio/ Minuet. Allegretto- Trío y Finale: Presto- Adagio. Precisamente, la otra
particularidad que posee la Sinfonía n°45, Hob. I:45 (“Los adioses”) es la culminación
del movimiento final con un Adagio - que se va desvaneciendo paulatinamente- en vez
de un presto. El nombre “los adioses” no sólo se refiere a un fin cercano, sino a una
situación particular vivida por los músicos de la corte durante el verano. La estadía
estival de la corte de Esterházy en el palacio de Eisenstadt se había prolongado mucho
más de la cuenta y los músicos estaban ansiosos por regresar a sus hogares. Esto inspiró
a Haydn a trasladar el mensaje de sus dirigidos a la música en sí. En el movimiento final
(presto en Fa sostenido menor), Haydn interrumpió la obra e insertó un adagio en modo
mayor, donde los músicos se fueron retirando gradual y paulatinamente tras apagar las
velas de sus atriles. Sólo quedaron el concertino Luigi Tomasini y el propio Haydn. En
la presente versión, la interpretación fue estupenda: no sólo por el profesionalismo de
los integrantes del ensamble, sino por la concepción y el enfoque temático acordes al
título de la sinfonía. Tras un brevísimo 3° movimiento, el presto del movimiento final
tuvo un muy buen ataque seguido por la breve interrupción previa al inicio del adagio,
donde los músicos se fueron retirando hasta que sólo quedaron el concertino y el solista
de viola. El público aplaudió y vitoreó a rabiar, lo que motivó a Sciammarella a realizar
un encore: el Final: presto de la Sinfonía n°49 en Fa menor de Haydn, que sonó muy
melódico y concentrado. Una nueva ovación para los intérpretes y un final de ciclo al
mejor estilo del Mozarteum: interpretación de alta calidad y gran jerarquía por la mejor
agrupación con criterio historicista del país.
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