domingo, 18 de marzo de 2018


DESLUMBRO ELSCHENBROICH EN UN RARO PROGRAMA INGLES

Teatro Colón, Temporada 2018: Segundo Concierto de Abono a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Neil Thomson. Solista: Leonard Elschenbroich (Violonchelo). Programa: Obras de Bach/Elgar, Walton y Vaughan Williams. Teatro Colón, 15 de Marzo de 2018.

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

  En este extraño calendario que el Colón impuso para su abono de conciertos sinfónicos, con tres de ellos en Marzo y de ahí pasar sin escalas a Mayo, continuando luego en fechas salteadas, eso sí, siempre en días Jueves hasta llegar a Noviembre, prescindiendo de esta manera de las tradicionales temporadas de verano y las recordadas pre temporadas de otoño, para dar paso en esta estación estival que esta finalizando a recitales populares que dejaron como saldo a la vista la necesidad de restaurar algunas molduras del sector de platea, deterioradas evidentemente en esos citados conciertos, llegamos de este modo al segundo encuentro de Marzo. La excusa del sexagésimo aniversario del fallecimiento de Ralph Vaughan Williams, al que se lo venera en mayor modo que a Ntro. Juan Jose Castro, impulsor de la creación de los cuerpos estables del Teatro, creador de tres notables óperas y un sinfín de obras sinfónicas y solistas, al que solo se lo recordará en una sesión de cámara en el Salón Dorado, provocó la programación de tres obras inglesas de diferentes compositores de la primera mitad del siglo XX, ninguno de ellos enrolados en el Dodecafonismo y ni siquiera  en el atonalismo, sino al igual que Rachmaninoff para los Rusos, integrantes de una corriente de expresión que prolongó el Post-Romanticísmo. Y mas allá de que William Walton, compositor abordado en segundo término, posea una línea melódica mas atrevida y comprometida que los dos restantes, no pasan de ser las tres obras ejemplos para grata audición del oyente, que lo que para el caso del público que mayoritariamente se dio cita el Jueves pasado en la sala de la calle Libertad fue mas que evidente. Mucho turismo extranjero, que es bienvenido, pero no el de neófitos que ni siquiera van a las salas de conciertos de sus propios países en donde se ofrecen conciertos de categoría infinitamente superior a las que aquí se les puede brindar. Resultado previslble: Aplausos fuera de lugar, desconocimiento de lo que se escucha, toma de fotografías y/o filmaciones durante el transcurso de las interpretaciones, lo que está absolutamente prohibido. Deberá hacerse un profundo replanteo de esta temática. Es evidente que así no se debe continuar.

  La velada, confiada al Director Ingles Neil Thomson, titular de la Orquesta Filarmónica de Goias (Brasil), se inició con una orquestación de Sir Edward Elgar de la “Fantasía y Fuga en Do menor para Organo” del número de catálogo BWV 537 de Johann Sebastian Bach. En estos tiempos que corren, en donde las audiciones actuales hechas con instrumentos construidos a la usanza de la época de Bach, contribuyen a establecer las dinámicas, los tempi y las sonoridades que terminan constituyendo redescubrir en si mismas a las obras, la orquestación hecha por Elgar para instrumentos de la orquesta actual, resulta hoy absolutamente ampulosa y desmesurada y hasta los tempi elegidos por Thomson fueron desacertados. Habiendo tantos otros trabajos formidables del padre de la música inglesa de fin de siglo XX, esta audición resultó francamente descartable.  Si en cambio tomamos la otra obra “de punta” del programa, la Sinfonía Nº 2 en Sol mayor, “Londres” de Ralph Vaughan Williams, encontraremos aquí un interesante trabajo de un compositor que en ese tiempo se hallaba a la búsqueda de  su definitiva identidad. Son evidentes y trasuntan en la partitura, las referencias e influencias de Elgar, Holst y hasta Dvorak que surgen desde allí, pero con un aire inconfundiblemente inglés que hace totalmente llevadero a este trabajo, preámbulo de sinfonías mucho mas logradas como la “Antartica” escuchada a fines del año pasado.  Thomson aquí hizo gala de buen fraseo, dominio de la Orquesta, de elección de tiempos justos para cada movimiento y logró una muy buena respuesta del conjunto.

  Lo que constituyó el punto mas alto de la noche, fue la presentación del Violonchelista Alemán Leonard Elschenbroich, para asumir la parte solista del Concierto de William Walton. Aquí encontramos a un interprete de exquisita técnica, refinadísimo sonido, magnífica sonoridad y máxima expresividad, prolongando la tensión de cada frase hasta la extinción misma del acorde, con un monumental dominio del instrumento. La Orquesta fue conducida por Thomson con muchísima inteligencia, construyendo entre todos una versión para el mayor recuerdo. Y por supuesto hubo un bis, un fragmento Bachiano que hizo el deleite del público, el que despidió con una justiciera ovación a un interprete perfecto.

Donato Decina

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