UN CIERRE DE
AÑO QUE FUE SIN ESCALAS DEL RESPLANDOR AL CLAROSCURO
Teatro Colón: Temporada 2017,
Ballet: “El Cascanueces” Música de Piotr Illich Tchaickovsky. Coreografía:
Rudolf Nureyev en reposición de Aleth Francillion. Protagonistas: Macarena
Gimenez (Clara), Maximiliano Iglesias (Drosselmeyer/Mago/Príncipe), Edgardo
Trabalón (Fritz/Danza Española), Emilia Peredo Aguirre (Luisa/Danza Española),
Norma Molina (Abuela/Danza Arabe), Julian Galván (Abuelo/Danza Arabe), Marta
Desperés (Madre/Danza Rusa), Sergio Hochbaun (Padre/Danza Rusa), Facundo Luqui
(Cascanueces), Guillermo Pérez (Rey de los Ratones), Paula Cassano-Alejo Cano
Maldonado (Solistas Danza Arabe), Martín Vedia-Emiliano Falcone-Jiva Velázquez
(Danza China), Ludmila Galaverna-Eliana Figueroa-Facundo Luqui (La Pastoral).
Ballet Estable del Teatro Colón, Directora: Paloma Herrera. Alumnos de la
Carrera de Danza del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, Coro de Niños
del Teatro Colón, Director: Cesar Bustamante. Orquesta Filarmónica de Buenos
Aires, Director: Enrique Arturo Diemecke. Escenografía y Vestuario: Nicholas
Georgiadis. Iluminación: Rubén Conde. Función del 28 de Diciembre de 2017.
NUESTRA OPINION: REGULAR
Y llegamos a la última
función del Colón para este año de la mano de “El Cascanueces”, la joya con
música de Tchaickovsky que marca la
vuelta de la Coreografía de Rudolf Nureyev en reposición de Aleth Francillon
(Integrante de la Fundación que lleva el nombre del Gigante Ruso de la Danza),
luego del lamentable entredicho que la repositora tuviera con la entonces
Directora del Ballet Estable, Lidia Segni y con el también por entonces
Director General del Teatro, Pedro Pablo García Caffi. Esperemos que sea desde
ahora el comienzo de un mutuo reencuentro que concluya en un beneficio para
todos. Sin embargo, al sentarme en mi ubicación y comenzar a leer mi programa
de mano, mi vecino de butaca me advirtió que no se hallaban las semblanzas de
la pareja protagónica. Fui a esa zona de la publicación y efectivamente veo que
se hallaban impresas las trayectorias de otros dos integrantes del Ballet
Estable, en lugar de las correspondientes a quienes bailarían en esta función,
a pesar de que ya desde hace quince días atrás contábamos con la información
que proporciona la oficina de prensa en el sentido de que Macarena Giménez y
Maximiliano Iglesias serían la pareja protagónica. Es de esperar que este
lamentable suceso no vuelva a ocurrir.
La versión de Nureyev (Obviamente que pensada en primer lugar para
si mismo), le otorga al protagonista
masculino tres roles a saber: Drosselmeyer (Padrino de Clara), el Mago que
anima la fiesta de Nochebuena y el Príncipe en que muta el Cascanueces (el que
como tal en su apariencia “viva” está a cargo de otro Bailarín). En el Sueño de
Clara, Los hermanos se transforman en los bailarines de la Danza Española, los
Abuelos dirigen la Danza Arabe, los Padres son la pareja principal de la Danza
Rusa y hasta los pequeños amigos se transforman en Ratones y Soldados al mando del
Cascanueces. Por ello hay una cierta
coherencia en la narración de la fantasía con la transformación de los seres
queridos de Clara en protagonistas del sueño.
En la función presenciada, se vio un muy buen primer acto, con un buen
comienzo de Macarena Giménez en el protagónico, una soberbia presencia de
Maximiliano Iglesias en los tres roles, y fundamentalmente un estupendo Fritz
de Edgardo Trabalón, bien secundado por
Emilia Peredo Aguirre como Luísa. Tambien se vió a Facundo Luqui luciéndose
como el “Cascanueces” de forma humana, de la misma forma que a Guillermo Pérez
en la encarnación del “Rey de los Ratones” Muy buena faena les cupo a los
alumnos de la Carrera de Danza del Instituto Superior de Arte del Teatro con un
formidable ensamble en los momentos de conjunto. Y el Ballet Estale mostrando
un accionar muy ajustado tal como se lo viera en “La Bella Durmiente del
Bosque” que tanto elogié en esta misma página.
En el segundo acto pudimos apreciar una estupenda Danza Española con
Trabalón y Peredo Aguirre mostrando impecables desplazamientos y desplegando
una fomidable técnica. Un muy simpático cuadro para la Danza Arabe con Julián
Galván transformado de Abuelo en Dueño del Harem y Norma Molina transformada de
Abuela a Esposa Principal, mientras observaban la cuidada actuación y las
estupendas figuras desarrolladas por Paula Cassano y Alejo Cano Maldonado. Muy
simpáticos Marta Desperés y Sergio Hochbaun en la mutación que los llevó de
Padres de Clara a Comandar la Danza Rusa que contiene hasta una cierta
acrobacia muy bien resuelta. La Danza China tuvo la destacadísima
interpretación de Martín Vedia, Emiliano Falcone y Jiva Velázquez, mientras que
con mucha gracia y lucimiento Ludmila Galaverna, Eliana Figueroa y Facundo
Luqui animaron “La Pastoral”. En el cuadro del célebre “Vals de las Flores”
observé un cuidado desplazamiento del cuerpo de baile, sin embargo, algún
desencuentro con el foso provocó que algunos bailarines quedaran desacoplados
con el restó tardando bastantes compases en recomponer la coreografía.
Precisamente, Enrique Arturo Diemecke concertó con mucha pericia la función,
llegando a picos notables como ocurre con su conducción de los Conciertos de la
Filarmónica y una vez mas el aporte muy cuidado
del Coro de Niños preparado por su titular, Cesar Bustamante, lo que
ocurre es que a veces el reconocido temperamento que aflora en la
interpretación del Conductor Mexicano hace que el conjunto lo siga como en el
escenario y es allí donde en algunos pequeños momentos algunos bailarines se
perdían dada la alteración del ritmo con el que venían haciéndolo desde los
ensayos. Huelgan los elogios para la escenografía y el magnífico vestuario de
Nicholas Georgiadis, sumado al impecable marco lumínico desarrollado por Rubén
Conde.
Y entonces entremos de lleno en el fondo: Los Protagonístas. Maximiliano
Iglesias mantuvo la impecable línea que se le vió a lo largo de todo el primer
acto. Tiene presencia, técnica muy solvente, gracia y expresividad. Muy buen
“Partenaire” de Clara, acompañando perfectamente en los “Pas” y formidables
intervenciones solistas. En cambio a Macarena Giménez se la vio algo tensa, muy
preocupada por que salga todo bien y esa preocupación derivó en algunas
pronunciadas imprecisiones que afectaron
su desempeño, fundamentalmente en el “Pas de deux” y en su solo, y sin
una Clara a pleno, la función no termina de cerrar. Si bien el público recibió
con agrado el producto final, la sensación que quedó en los habitués de la
danza y a mi mismo es que no nos terminó de convencer esta versión. Y el
contraste se evidenció con los
Bailarines muy contentos recibiendo el aplauso, Diemecke exultante y
extrovertido como siempre y una gran ausente: Paloma Herrera, que no salió a
saludar. Evidentemente también percibió todo esto.
Donato Decina
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