UN
PRE-ANUNCIO DE LOGROS MAYORES
“Orquesta de
Cámara del Congreso de la Nación”, Director: Sebastiano de Filippi. Solistas:
Oriana Favaro (Soprano), Graciela Oddone (Soprano), Mariana Rewerski
(Mezzosoprano), Osvaldo Ledesma (Tenor), Gustavo Gibert (Barítono), María Inés
Natalucci (Organo), Ensamble Vocal Nubia, Ensamble Vocal Elí, Director de ambos
conjuntos: Pablo Zartmann. Programa: Obras de Gilardi, Palmeri y Häendel.
Palacio del Congreso Nacional (Salón de los Pasos Perdidos), 26 de Marzo de 2018.
NUESTRA OPINION: MUY BUENO.
Iniciando su quinta temporada consecutiva de
conciertos en los diferentes salones del Edificio del Congreso Nacional, la
agrupación musical del Poder Legislativo se presentó con un interesantísimo
programa que marca una vez mas el compromiso con el público y el esfuerzo
permanente del Director y todos sus jóvenes integrantes por presentar un nivel
de excelencia en cada concierto.
En el inicio
mismo de la Semana Santa fueron ofrecidas obras de tres creadores, dos de ellos
argentinos y el otro un gigante universal, con el aditamento de que en la
mayoría de las presentaciones la creación argentina de cualquier época está
presente en los atriles. Sumado a ello, la participación de relevantes figuras
vocales de Ntro. Medio, algunas con amplísima experiencia en el repertorio
ofrecido, mas el aporte como Organista de una reconocidísima preparadora lírica
y dos ensambles manejados sabiamente por un muy buen Director Coral, aumentaron
mas el interés de una concurrencia que desbordó el Célebre “Salón de los Pasos
Perdidos” hasta ocupar los pasillos laterales con público de pie.
En el
comienzo, el Director De Filippi anunció que esta presentación marcaba la
despedida del guía de segundos violines Emilio Díaz Garat, quien tras catorce
años de desempeño en la agrupación se alejaba del conjunto tras ganar por
concurso un cargo titular en la Orquesta Sinfónica Municipal de General Pueyrredón
(Mar del Plata). Tras la consabida ovación al instrumentista y luego de un
breve silencio para superar las intensas emociones, la música nos deparó la
primera sorpresa del atardecer, “Mística” para cuerdas y órgano de Gilardo
Gilardi, el gran compositor de comienzos de siglo veinte, integrante de una
corriente renovadora de raigambre nacional. Se trata de una obra de inocultable
estilo post-romántico con un tratamiento melódico interesantísimo y de momentos
reflexivos y reconcentrados, breve, concisa
y muy efectiva. Prácticamente desconocida para la mayoría del público
actual, fue un acierto su programación.
Luego otra
obra Argentina de un creador actual, reconocido no solo en Ntro. Medio, sino en
importantes plazas del mundo: Martín Palmeri. Compositor, Director de Orquesta,
Director de Coro, su “Misa Tango” ha sido interpretada en Europa (Francia,
Austria) con notable éxito. Se trata de un “Ave María” de sencilla melodía y de
escritura para el lucimiento de la voz tenoril. Osvaldo Ledesma fue quien tuvo
a su cargo esa parte solista y salió airoso del desafío, exhibiendo grato
timbre, voz bien colocada y mucho oficio en el decir. La Orquesta y el órgano
brindaron un magnífico acompañamiento y el resultado fue de un impacto certero
para el público.
La primera
parte culminó con un Recitativo y Aria
de “El Mesías” de Häendel, “For Behold. The People That Walked in
Darkness"”(La gente que camina en la oscuridad). Y aquí el oficio y la
sabiduría en el decir de Gustavo Gibert se hicieron notorios para obtener una
versión digna del mayor encomio, poniéndole el clima justo al comienzo de esta,
la mayor semana para la cristiandad.
Tras un
brevísimo intervalo, que permitió acomodar a todas las fuerzas que
intervendrían en la obra de fondo, tuvimos la magnífica posibilidad de escuchar
el “Dixit Dominus” del catálogo HWV 232 para solistas, coro, órgano y orquesta
de un jovencísimo Häendel de ¡Veintiun años!, quien la compuso en Roma a pedido
de la celebérrima familia Colonna, mecenas importantísimos de la época. La
versión escuchada fue sencillamente estupenda a partir de la solidez del
conjunto orquestal, el firme sostén dado por María Inés Natalucci desde el
órgano, el aporte vocal coral de los
Ensambles “Vocal Nubia” y “Vocal Eli”, muy bien preparados por Pablo Zartmann,
quienes brindaron una emisión muy homogénea, ajustada, logrando un sonido magnífico.
Cinco solistas de excepción dieron marco vocal a las comprometidas partes
solistas, partiendo de la frescura en la voz y el gratísimo tímbre de Oriana
Favaro, quien se movió con absoluta comodidad en su tesitura, la inmensa
experiencia en este repertorio para Graciela Oddone y Mariana Rewerski,
verdaderas especialistas para esta obra, una vez mas la sapiencia de Gibert y
el grato timbre de Ledesma. De Filippi condujo a todas las fuerzas con pulso
firme, gran pericia y notable sentido del “tempi” interpretativo. Una vez mas
salimos del Congreso plenamente satisfechos, la música se impuso
defintivamente. La programación que se irá abordando abarcará momentos de sumo
interés. Se recomienda estar atentos y no dejar de concurrir.
Donato Decina
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