viernes, 30 de marzo de 2018


UNA VERSION DE EXCELENCIA EN EL INICIO DE UN NUEVO Y PROMETEDOR CICLO

Teatro Colón, Temporada 2018, Primer Concierto del Ciclo Sinfónico-Coral. Orquesta y Coro Estables del Teatro Colón, Director del Coro: Miguel Martínez, Director de Orquesta: Silvio Viegas. Solistas: Montserrat Maldonado (Soprano), Adriana Mastrángelo (Mezzo-soprano), Santiago Martínez (Tenor), Riccardo Zanellatto (Bajo). Programa: Gioacchino Rossini: “Stabat Mater”, Himno Litúrgico para Cuatro Voces Solistas, Coro y Orquesta. 28 de Marzo de 2018.

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

“El Colón se debía desde hace mucho tiempo un ciclo donde el Coro Estable pudiera ofrecer toda su calidad artística, junto a los Músicos del Teatro Colón, en los grandes frescos sonoros concebidos para Coro y Orquesta, con solistas vocales”, así reza el zócalo informativo del programa general de año 2018 que el Teatro nos entregara en ocasión de la presentación de su temporada anual. Y evidentemente estas expresiones vertidas se hicieron notoriamente realidad en este primero de los tres conciertos programados en la sala principal (a los que se sumará en la Usina del Arte la Novena de Beethoven bajo la dirección de Diemecke). Mas allá de que no se informaron los motivos del reemplazo del Brasileño Luíz Fernando Malheiro y la convocatoria a su compatriota Silvio Viegas para la concertación, lo cierto es que el producto final vertido en el escenario fue de una suprema excelencia. En primer lugar, por la disposición de la Orquesta de 50 músicos en el escenario, ideal para Rossini, sin ninguna clase de sobredimensionamientos. En segundo lugar, la presencia de un cuarteto solista que demostró estar al nivel de la obra y al nivel de la propuesta sonora que el Concertador plasmó  en el escenario. En tercer lugar por un Coro Estable impecablemente preparado y ajustado, emitiendo como nunca con una homogeneidad que hace mucho no le podíamos apreciar. Y finalmente la estupenda concepción de Silvio Viegas con una concertación impecable, sin mácula alguna, con una estable que respondió magníficamente, por lo que el  empaste fue óptimo y este mensaje de reflexión, homenaje y adoración a la figura de la sufrida Madre que acepta con valentía la muerte de su hijo y acompañarlo hasta la última exhalación, llegó pleno al espectador. Coronaron la labor, una estupenda Montserrat Maldonado con timbre de insuperable frescura, impecable emisión y soberbias notas altas, la sobriedad y el buen decir de Adriana Mastrángelo, la revelación de la estupenda voz de Santiago Martínez, de quien ya nos había sorprendido su breve pero muy eficiente aporte junto a Pablo Pollitzer en el dúo de oficiales de “Tres Hermanas” de Eötvos tan solo dos semanas antes. Su “Cujus Animam” fue de una imponente factura, estupendo timbre, muy buena emisión, gratísimo decir. Si sabe manejar y administrar de manera inteligente sus recursos vocales, estaremos en presencia de una figura a la que solo cabe augurarle un muy grato porvenir.   Y finalmente, la imponencia en la voz y en la presencia en el escenario del muy apreciado internacionalmente Riccardo Zanellatto, con un “Pro Peccatis” de notable factura, continuado con un “Eja Mater” acompañado con el Coro de un permanente Ida y Vuelta, en donde demostró el porque es tan requerido por importantísimos directores y muy importantes casas de ópera en el mundo entero.

  Ojalá encontremos el mismo nivel en los restantes conciertos y que se pueda mantener el extraordinario nivel de público presente que con sepulcral silencio acompañó la interpretación, estallando en el final con una justiciera ovación que premió una versión de superlativa excelencia.

Donato Decina

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