Excelente y soberbia actuación de Anne- Sophie
Mutter y los Mutter Virtuosi en el Colón
EL TALENTO Y LA
GENEROSIDAD DE UNA GRAN ARTISTA
Martha CORA ELISEHT
Es la segunda vez que la prestigiosa
violinista alemana Anne- Sophie Mutter se presenta en la Argentina durante el
transcurso del corriente año: la primera, como solista invitada dentro del
Festival Barenboim en el Centro Cultural Kirchner (CCK) y la actual, dentro del
Ciclo de Grandes Intérpretes Internacionales organizado por el Teatro Colón,
donde el pasado viernes 1° del corriente se presentó junto a su conjunto – The
Mutter Virtuosi-, en calidad de solista y directora, dentro del marco de una
gira sudamericana.
El programa comprendió las
siguientes obras: el Octeto para cuerdas
en Mi bemol mayor, Op.20 de Félix Mendelssohn- Bartholdy (1809-1847), el Concierto para dos violines, cuerdas y bajo
continuo en Re menor, BWV 1043 de Johann Sebastian Bach (1685-1750) y Las Cuatro Estaciones, Op. 8 n° 1-4 de IL CIMENTO DELL’ARMONÍA E DELL’ INVENZIONE de
Antonio Vivaldi (1678-1741).
El proyecto The Mutter Virtuosi nació en 2011 para jóvenes músicos becarios de
la Fundación homónima que lleva el nombre de esta gran artista con el objetivo
de familiarizarlos con la vida de un músico profesional y presentarlos a un
público más amplio por medio de conciertos y giras. Está compuesto por 13 músicos de cuerdas (7
violines, 2 violas, 3 cellos y 1 contrabajo) y cuenta con el apoyo del
clavecinista noruego Knud Johannessen. Ya se han presentado en Europa, Asia y
Estados Unidos y ésta es su primera gira latinoamericana. Derramaron todo su
talento y –valga la redundancia- virtuosismo sobre el escenario del Colón desde
los primeros compases del mencionado Octeto
de Mendelssohn. Esta obra cuenta con 4 movimientos (Allegro moderato ma con fuoco/ Andante/ Scherzo.Allegro leggerissimo/
Presto), donde todos se destacaron. En el Scherzo, Annne- Sophie Mutter
y los dos segundos violines ejecutaron un espléndido canon a tres voces,
mientras que los dos cellistas desarrollaron un perfecto trémolo que fue desde lo grave hacia lo más agudo en la apertura
del 4° movimiento (Presto), en una
cadencia iniciada por los cellos, seguida por las violas, segundos y primeros
violines, respectivamente, que sonó de forma magistral.
Acto seguido, la violinista alemana
demostró que posee la humildad de los grandes, ya que en su carácter de
directora y docente de la agrupación hizo que cada uno de los violinistas
tocara un movimiento del Concierto para
dos violines, cuerdas y bajo continuo en Re menor de Bach (Vivace/ Largo ma non tanto/ Allegro). Pero
además, ella actuó inclusive como segundo violín en vez de ser solista, lo que habla más y
mejor aún del talento y generosidad de esta gran artista. Fue una lástima que
no se anunciara el nombre de cada uno de los solistas, ya que son muy
talentosos. Por su parte, Knud Johannessen ha sido un magnífico intérprete del
bajo continuo, de destacadísima actuación en los movimientos lentos de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi (Adagio e piano. Presto e forte de “El Verano” y Adagio molto de “El Otoño”).
La mencionada obra de Vivaldi forma
parte de un gran catálogo denominado IL
CIMENTO DELL’ARMONÍSA E DELL’INVENZIONE, y comprende 4 conciertos para
violín y orquesta compuestos en 1725.
Constituyen un ejemplo de música descriptiva, donde se hace alusión al canto de
las aves y la siesta de un pastor (La
primavera), el agobiante calor estival y la tormenta (El verano), la danza de los campesinos celebrando las cosechas y
el descanso de los mismos (El otoño) y
las magníficas disonancias que representan la caída de los copos de nieve y la
alusión al frío y al viento (El
invierno).
Cada uno de los
cuatro conciertos consta de tres movimientos y está escrito en una tonalidad
diferente. Comienza por el Concierto n° 1
en Mi mayor, RV 269 “La Primavera”, done el violín adquiere un rol
protagónico. Independientemente de sus impecables fraseo y técnica, Anne-
Sophie Mutter ofreció una versión excelsa de este clásico del barroco italiano,
interpretándolo al estilo de la escuela de Helmut Rilling. Si bien The Mutter
Virtuosi no utilizan instrumentos originales de la época, lo hicieron a la
usanza antigua, logrando una versión caracterizada por un sonido fresco,
prístino, ágil y vivaz. En el Allegro hubo
un excelente contrapunto entre el violín solista y los cellos en el Presto. Por otra parte, los trinos, las
cadencias, el trémolo y los arpegios de Mutter han sido soberbios, logrando una
interpretación exquisita y con un sonido majestuoso. En el Concierto n° 2 en Sol menor, RV 315 “El Verano”, Knud Johannessen
se lució logrando un contrapunto espléndido junto al resto del
conjunto in crescendo en el 2°
movimiento (Adagio e piano. Presto e
forte), mientras que la excelencia sonora llegó a su clímax en el
celebérrimo Presto final. Johannessen
también se lució en el 2° movimiento (Adagio
molto) del Concierto n° 3 en Fa
mayor, RV 293 “El Otoño” con un solo brillante en contrapunto con los
arcos, dando ese efecto claroscuro tan
característico del barroco. Y en el 1°
movimiento (Allegro non molto) del Concierto n° 4 en Fa menor, RV 297 “El
Invierno”, el hecho de frotar las cuerdas bajo el puente de todos los
instrumentos logró el efecto de caída de los copos de nieve antes del solo de
violín. La versión fue in crescendo hacia el Allegro final, donde el Colón se vino
abajo en aplausos al finalizar el concierto.
El ensemble ofreció varios bises: de
Las Cuatro Estaciones, el mencionado Presto de “El Verano” y el Allegro ma
non molto de “El Invierno” más la célebre Aria
en La mayor de Bach, donde una vez más Anne- Sophie Mutter se destacó por
su jerarquía y la exquisitez en la interpretación, con un pianissimo que será recordado por su excelso sonido.
Si bien
se han brindado numerosísimas versiones de la celebérrima obra de Vivaldi,
desde un punto de vista personal, una no escuchaba una versión tan sublime
desde sus primeras épocas de habitué, cuando Los Solistas de Zagreb la
interpretaron bajo la conducción del legendario Antonio Janigro. Por lo tanto,
se vivió una auténtica noche de Colón de la mano de los Mutter Virtuosi, como
hacía mucho que no sucedía. Y con una versión excelsa, que quedará grabada de
manera imborrable en la memoria de los oyentes
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