lunes, 1 de marzo de 2021

 

Excelente concierto a cargo de la agrupación “Cinco en Ensamble” en el CCK

 

UNA PERFECTA TABLA DEL CINCO

Martha CORA ELISEHT

 

            De un tiempo a esta parte, la Sala Sinfónica (Auditorio Nacional) del Centro Cultural Kirchner (CCK) se ha transformado en la catedral de los conciertos en Buenos Aires. No sólo por ser una de las pocas que ofrece espectáculos en forma  presencial desde la apertura de actividades culturales luego de la pandemia, sino también por su excelente acústica, el majestuoso órgano Kreis que alberga en su interior y por haber mantenido abiertas sus puertas desde Noviembre de 2020 hasta la fecha en forma ininterrumpida, ofreciendo espectáculos de alta calidad. Prueba de ello ha sido el numeroso público que asistió el pasado 28 de Febrero al Auditorio Nacional a escuchar el concierto ofrecido por el conjunto de cámara 5inco en Ensamble, integrado por los siguientes músicos: Fernando Rojas Huespe (violín), Julio Domínguez (2° violín/ viola), Stanimir Todorov (cello), Horacio Cabarcos (contrabajo, en reemplazo de Oscar Carnero) y Santiago Rojas Huespe (piano) dentro del Ciclo Fin de Semana a Puertas Abiertas de la mencionada institución.

            Se interpretaron las siguientes obras: la Sonata en Sol mayor n° 1 de Gioacchino Rossini (1792-1868) y el Quinteto en La mayor para piano y cuerdas Op, 114 D 667 (“La Trucha”) de Franz Schubert (1797-1828).

            Cumpliendo con las disposiciones sanitarias vigentes, los músicos entraron al escenario con sus respectivos barbijos –que se quitaron luego de haber tomado su ubicación-, mientras Fernando Rojas Huespe anunció las obras munido de un micrófono y explicó el contexto dentro del cual fueron escritas las mismas, debido a la ausencia de programas de mano. La mencionada Sonata de Rossini forma parte de las Seis Sonatas para Cuerdas, que fueron  compuestas cunado el músico sólo tenía 12 años para el contrabajista Agostino Troisi –en cuya residencia en Ravenna solía pasar los veranos-. Rossini compuso el ciclo de sonatas en sólo 3 días y la instrumentación consta de dos violines, cello y contrabajo, dado que dos de los primos de Troisi tocaban dichos instrumentos, mientras que el compositor lo hizo en calidad de segundo violinista. La obra consta de tres movimientos (Moderato/Andante/Allegro) y comienza con un moderato en tempo di minueto a cargo de los dos primeros violines, mientras que el cello y el contrabajo  realizan el correspondiente contrapunto. El grupo mantuvo un sonido muy compacto, con buenos matices, destacándose la magnífica labor de Stanimir Todorov y Horacio Cabarcos en el continuo. La labor de este gran contrabajista se puso de manifiesto en el Andante, donde el instrumento alcanza su máxima expresión en el bellísimo solo compuesto para el mismo, mientras que Rojas Huespe y Todorov brindaron un impecable contrapunto. El movimiento finaliza con un canon a 4 voces, introducido por el primer violín y posteriormente seguido por el resto de manera solemne. El último movimiento (Allegro) es en realidad un Scherzo giocoso, donde ambos violines se destacan en sus respectivas cadencias. Una muy buena labor de Julio Domínguez y Fernando Rojas Huespe para concluir con otro espléndido solo de contrabajo a cargo de Cabarcos.

            En 1819, Franz Schubert viajó a Steyr (norte de Austria) en compañía del cantante Johann Michael Vogl. El cellista aficionado Sylvester Paumgarter le encarga un quinteto para piano, violín, viola, violoncelo y contrabajo para ser interpretado en forma conjunta con el del compositor Johann Nepomuk Hummel, que poseía la misma base instrumental. Pero además debía incluir el lied “Die Forelle” (La Trucha) compuesto por Schubert en 1817 y que era el predilecto de Paumgarter, donde narra las desventuras sufridas por dicho pez. En aquel entonces, Schubert tenía sólo 22 años y su música se caracterizaba por ser plácida y cristalina –características de la primera época del compositor-. Comprende cinco movimientos: Allegro vivace/ Andante/ Scherzo y trío/ Tema con variaciones- andantino/ Allegro giusto, que se encuentran conectados por un seisillo en La mayor, que actúa como motivo unificador durante toda la obra. El 1° movimiento se caracteriza por la entrada de los instrumentos en forma conjunta, para luego seguir con una cadencia en cascada a cargo de la viola en contrapunto con el violín, mientras el piano ejecuta la melodía de base y los instrumentos graves, el continuo. La labor del conjunto fue magnífica, logrando un sonido puro, compacto y sumamente versátil en el canon a 4 voces por parte de las cuerdas –muy destacada actuación de Stanimir Todorov- y en el crescendo, donde se destaca la labor del pianista en los arabescos y glissandi. En el Andante, el cello y el piano introducen el tema y mientras las cuerdas ejercen el continuo, el piano mantiene la melodía. El Scherzo se caracteriza por una línea melódica de neta influencia beethoveniana, donde el violín y la viola marcan un canon respondido por el cello y el piano, mientras el contrabajo mantiene la melodía. El 4° movimiento (Tema con variaciones) es la joya de este quinteto, donde las cuerdas introducen la melodía en forma ondulante -simulando los movimientos de la trucha- que es retomada posteriormente por el piano. Cada uno de los solistas se destacó en cada una de las variaciones compuestas para sus respectivos instrumentos, brindando una versión de gran jerarquía. Por último, el cuarteto de cuerdas lleva la melodía en el último movimiento (Allegro giusto), que el piano retoma posteriormente. El resultado final fue una ejecución impecable, que el público recibió de muy buen agrado respondiendo con numerosos vítores y aplausos.

            Hacía rato que quien escribe no escuchaba una versión tan perfecta y compacta de este célebre quinteto, merced a la calidad de los intérpretes y al magnífico marco brindado por el Auditorio Nacional para albergar a tan talentosos artistas. Ojalá que este tipo de espectáculos persista por el resto del año y que dentro de poco pueda escucharse –con las correspondientes medidas sanitarias y normas de bioseguridad- a los organismos sinfónicos de la Dirección Nacional de Música en su ámbito natural. 

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