lunes, 22 de marzo de 2021

 

Homenaje a compositoras argentinas de todas las épocas en el CCK

 

CON  ALMA, ESPÍRITU Y ESENCIA DE MUJER

Martha CORA ELISEHT

 

            Durante el mes de Marzo se rendirán homenajes a la mujer con la consigna “NOSOTRAS MOVEMOS EL MUNDO”, que abarca una serie de muestras, conciertos y exhibiciones en todo el territorio nacional y en todos los organismos oficiales. El Centro Cultural Kirchner (CCK) adhirió a la convocatoria y decidió brindar un concierto el pasado domingo 21 del corriente en la Sala Sinfónica –Auditorio Nacional- con obras de compositoras argentinas de todas las épocas denominado CREADORAS EN EL TIEMPO, bajo la coordinación y dirección general de Lucía Zicos.

            El ensamble instrumental estuvo integrado por las siguientes intérpretes: Lucía Herrera (violín), Julieta Bril (violín), Dolores López Mac Kenzie (viola), Paula Pomeraniec (cello), Diana Lopszyc (piano), Cecilia Carriza (flauta), Estefanía Schanton (saxo) y la soprano Marina Silva, quienes interpretaron el siguiente repertorio:

-          “Pampa en sus cuerdas”- Viviana DAL SANTO

-          “Idilio”- Ana CARRIQUE

-          “Mocqueur Polyglotte”- Marta LAMBERTINI

-          “Cajita de música” de “De mi infancia”- Isabel ARETZ

-          “Vocalise” de “Cánticos para vivir y soñar”- Irma URTEAGA

-          “Saltos transparentes- Teresa LUENGO

-          “El espíritu de la montaña” (dúo para flauta y saxo)- Silvina WAINSZELBAUM

-          “Adiós” de “Prohibido suicidarse en primavera”- Mailén UBIEDO MYSKOW

-          “Toccata”- Alicia TERZIÁN

 

Tras anunciar el propósito del concierto, Lucía Zicos hizo su presentación en escena munida de un micrófono para comentar las obras y hacer una breve reseña sobre las compositoras y cada una de las obras comprendidas en el programa. Se trató de armar una especie de caleidoscopio con miniaturas de diferentes géneros y tendencias musicales. La primera de las obras pertenece a una compositora actual –que estuvo presente en la Sala- y es el último movimiento de la suite “Tres piezas sobre cuerdas pampeanas”, donde el cuarteto de cuerdas comienza con un ostinato a cargo del cello en ritmo de malambo, que es retomado posteriormente por los violines. Posteriormente, el primer violín ejecuta un cantábile que refleja la quietud de la pampa. El contrapunto logrado por la cellista Paula Pomeraniec y la violista Dolores López Mac Kenzie fue estupendo, al igual que el solo de violín a cargo de Lucía Herrera. Acto seguido, se presentó una canción de Ana Carrique (1886-1979), donde Diana Lopszyc brindó un muy buen acompañamiento para que Marina Silva ofreciera una exquisita versión de “Idilio”. La soprano se encuentra atravesando un gran momento en su carrera profesional y recibió numerosos aplausos.

Marta Lambertini fue una compositora que no sólo poseía un magnífico sentido del humor, sino también una muy sólida formación musical. Prueba de ello es su pieza para flauta “Mocqueur Polyglotte” (Políglota que se mofa), donde no sólo explora los matices agudos y graves escritos para dicho instrumento, sino que en un momento determinado, el solista debe vocalizar la letra O en el medio de la ejecución. Posee reminiscencias de La Consagración de la Primavera de Stravinsky y del Concierto para flauta y orquesta de Carl Nielsen y culmina con una fuga en agudo. La interpretación de Cecilia Carriza fue magistral y se retiró sumamente aplaudida por el público. Le siguió Diana Lopszyc con una exquisita versión de Cajita de música, de Isabel Aretz. Esta compositora recorrió todo el país en busca de los sonidos característicos de cada región y los plasmó en una denominada “De mi Infancia”, al cual pertenece este fragmento. Los glissandi al piano producen un efecto sonoro similar al de una caja musical, donde –por momentos- suena más similar a una celesta. En cambio, Irma Urteaga se caracterizó por ser una compositora de vanguardia. Marina Silva cantó a capella el Vocalise de los Cánticos para vivir y soñar de dicha compositora, con un estilo muy expresivo y libre donde debió vocalizar solamente la letra A. Su interpretación fue estupenda y le valió nuevamente el aplauso del público.

A continuación, Diana Lopszyc interpretó Saltos transparentes, de Teresa Luengo. Se trata de una serie de consonancias y disonancias sin seguir un ritmo determinado, que ofrece un efecto de desvanecimiento. Es una miniatura para piano de tinte impresionista, que brinda ese efecto de transparencia mediante arpegios y trinos en crescendo y diminuendo. Fue la más atonal de todas las obras que se interpretaron durante el concierto, pero no por ello dejó de ser agradable al oído del espectador. Seguidamente, se interpretó El espíritu de la montaña para saxo y flauta de Silvina Wainszelbaum, quien también estaba presente en la sala. Durante una víspera de Año Nuevo Judío en San Juan, la compositora tomó contacto con el paisaje y según sus propias palabras, “fue la montaña quien me dictó cómo componer la música”.  Consta de dos movimientos: el primero, compuesto en escala pentatónica en ritmo de carnavalito, que narra el paisaje montañoso y el espíritu que lo rodea. Mientras la flauta da los tonos agudos, el saxo barítono hace lo mismo con los graves en alternancia melódica. El efecto impresionista está muy bien logrado y sucede lo mismo con el segundo movimiento, en ritmo de zamacueca. El tema está introducido por el saxo y es retomado por la flauta, muy bien ensamblado. Tras los aplausos, su autora agradeció al público.

Basada en el drama de Alejandro Casona “Prohibido suicidarse en primavera”, Mailén Ubiedo Myskow compuso una ópera homónima que se estrenó en Buenos Aires en 2018. El aria “Adiós” –a cargo de la soprano- está escrita en ritmo de baguala. En este caso, Lucía Zicos dirigió el cuarteto de cuerdas, donde el efecto de percusión se logró mediante golpes en el cello. La interpretación de Marina Silva fue excelsa y recibió numerosos aplausos y vítores por parte del público, al igual que la compositora. El programa cerró con Toccata de Alicia Terzián, una obra de juventud de esta compositora argentina reconocida a nivel mundial por su estilo de vanguardia. Es un auténtico desafío para el pianista por su gran virtuosismo, pero una intérprete de los quilates de Diana Lopszyc supo sortearla sin mayor dificultad y se retiró sumamente aplaudida.

Es un auténtico placer y un privilegio gozar de este tipo de conciertos con obras inéditas o muy poco conocidas, que permiten valorar y apreciar el talento de la mujer argentina en materia de composición musical. Tras haber sido injustamente relegadas durante mucho tiempo, sus obras no han tenido la difusión que se merecen. Afortunadamente, hoy en día existe una reivindicación de la mujer en todos los aspectos, a lo cual las compositoras de música no constituyen la excepción a la regla. Al fin y al cabo, la música también posee esencia y espíritu de mujer.

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