domingo, 11 de abril de 2021

 

Excelente concierto de inauguración de la Temporada del Colón por la Orquesta Estable

 

EL PLACER DEL REENCUENTRO

Martha CORA ELISEHT

 

            Tras el Ciclo de Conciertos en homenaje al centenario del nacimiento de Astor Piazzolla, el Teatro Colón inauguró su Temporada Oficial 2021 con el primer concierto del ciclo de la Orquesta Estable de dicho organismo, que tuvo lugar el sábado 10 del corriente bajo la dirección de Alejo Pérez, donde se interpretaron las siguientes obras: Sinfonía n° 40 en Sol menor, K.550  de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y la Sinfonía n° 3 en Mi bemol mayor (“Heroica”) Op.55 de Ludwig van Beethoven (1750-1827).

            Este concierto no sólo contó con una mayor afluencia de público en comparación con la función cubierta oportunamente por esta cronista hace exactamente un mes atrás, sino que fue transmitida simultáneamente por streaming para todos aquellos que no pudieron adquirir sus localidades. Además, contó con todas las medidas de protección desde el punto de vista sanitario –control de temperatura, alcohol en gel, cumplimiento de 2 metros de distancia entre asistentes previamente al ingreso a la sala y la distancia correspondiente entre asientos habilitados-, tanto para el público como sobre el escenario. Los instrumentos de cuerdas contaron con la distancia suficiente, mientras que los de viento estuvieron protegidos mediante mamparas de acrílico transparente. Se colocaron micrófonos para captar adecuadamente el sonido para la transmisión conjunta por streaming y se dejaron libres las dos primeras filas de asientos de la platea para cumplir con las disposiciones sanitarias vigentes a fines de resguardar el contacto entre los músicos y los espectadores.

            Tras una pausa de aproximadamente 5 minutos, finalmente Alejo Pérez hizo su presentación en escena y tomó posición en el podio para dar comienzo al concierto con la mencionada obra del genio de Salzburgo. Compuesta en 1788, consta de 4 movimientos: potentísimo acompañante a cargo de las violas en la obertura del 1° movimiento fue una innovación para su época, que rompe con el estilo tradicional de composición del compositor al introducir la figura acompañante en un tono fuerte y el tema principal, con un motivo más débil que brinda su típico carácter efímero. Sin embargo, cambia drásticamente al final con un acorde de séptima dominante al final de la composición, para luego retornar al tema principal en la coda y la recapitulación. Para ese entonces, Mozart tomó la idea de Friedrich Kunze: “Un motivo posee el significado tanto del principio como del final de una obra”. En cambio, el Andante se desarrolla en una sucesión de frases en 6/8, que aumentan de intensidad a medida que transcurre la obra. Por otra parte, el Menuetto- Allegretto en ¾ rechaza el estilo superficial y entretenido de las danzas de moda de la época mediante una melodía ascendente, sincopada y una estructura temática asimétrica que ofrece contraste en los coros de instrumentos, mientras que el Trío contrasta con la melodía anterior.  Por último, el potentísimo Allegro assai que cierra la obra posee un carácter vibrante, expresivo mediante una línea melódica ascendente que contrasta con una figura descendente. Si bien la versión ofrecida por la Estable sonó muy compacta desde el principio hasta el fin, fue creciendo en intensidad a medida que se iban desarrollando los movimientos. Probablemente, el hecho de ofrecer una versión con menor cantidad de instrumentistas pudo haber influido, pero no le restó mérito a la magistral dirección de Pérez. Los instrumentos de cuerda sonaron muy bien y los vientos también, aunque en menor medida; quizás, por efecto de las mamparas protectoras. No obstante, la labor de los dos cornistas fue impecable, al igual que la de Rubén Albornoz en oboe.

            La Sinfonía n° 3 en Mi bemol mayor, Op.55 “Heroica” es una de las obras más bellas que se han compuesto y que marca el surgimiento de Beethoven como compositor netamente sinfónico. El genio de Bonn era un ferviente admirador de los ideales de la Revolución Francesa y originariamente, estaba dedicada a Napoleón Bonaparte como libertador de Europa. Sin embargo, cuando éste se corona como Emperador de Francia en 1804, Beethoven tacha su nombre de la dedicatoria y la titula “Heroica” en homenaje a un héroe inexistente, porque lo que le interesaba era el heroísmo en sí, sin atribuirlo a una figura en particular. Compuesta entre 1802 –coincidente con la estancia del músico en Heilegenstadt- y 1804, fue estrenada en el Theater an der Wien de Viena en 1805, con el mismo compositor en el podio. Consta de 4 movimientos: Allegro con brío/ Marcha fúnebre- Adagio assai/ Scherzo- Allegro vivace/ Finale: Allegro molto, que fueron ejecutados de manera impecable. Fue una de las mejores versiones de dicha sinfonía que una pudo apreciar sobre el escenario del Colón, donde Alejo Pérez hizo gala de su maestría en materia de dirección, logrando un equilibrio sonoro perfecto, imprimiendo su sello personal a los músicos y logrando la profundidad sonora en los crescendi tan característicos de Beethoven. La Marcha fúnebre del 2° movimiento sonó muy solemne y brillante a la vez. Pese a contar sólo con dos contrabajos, el contrapunto que realizaron los mismos fue magistral, al igual que los cellos. Lo mismo sucedió con los cornos en el Scherzo del 3° movimiento, logrando un sonido prístino. Los tempi se respetaron perfectamente para dar lugar a una versión vibrante, poderosa y con un brillo inusitado. Naturalmente, el público estalló en aplausos hacia el final del concierto.

            Tras un largo compás de espera, la Temporada Oficial 2021 abrió con un concierto digno del Colón, donde ha sido un auténtico placer volver a reencontrarse con los artistas. En el caso particular de quien escribe, ha sido la primera vez que una fue invitada como periodista especializada y agradece profundamente a la Dirección de Prensa del Teatro. Ojalá que el público pueda seguir disfrutando de los espectáculos anunciados para el corriente año y que no se interrumpa como consecuencia de la drástica situación sanitaria imperante en el país y en todo el mundo. La cultura es esencial y alimenta el espíritu.

1 comentario:

  1. La version de la 40 fue aceptable ,la 3 fue casi insoportable,la orquesta era literalmente arrastrada por el director quien pedia mucho mas que lo que el instrumento podia responder,sin dudas Alejo Perez es nuestro mejor director su Parsifal y Rosenkavalier seran inolvidables,pero en este caso necesitaba una docena mas de ensayos para empezar.

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