jueves, 23 de marzo de 2023

 

LA FUERZA DE LA MUSICA TODO LO PUEDE

 

“Violins of Hope” (Violines para la Esperanza), concierto realizado en colaboración con  la UNESCO y el Ministerio de Cultura de la Nación en el marco del Foro Mundial de Derechos Humanos. Presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional, Solista y Director: Shlomo Mintz (violín).  Participación de  Marcelo Lombardero (Recitante) e Integrantes de la Sección Masculina del Coro Polifónico Nacional, Director: Antonio Domeneghini. Programa; Obras de Schömberg, Mendelsohn y Brahms. Centro Cultural Kirchner (Auditorio Nacional), 22 de Marzo de 2023.

 

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  “Violins of Hope” (Violines para la Esperanza) es una iniciativa llevada adelante por los luthiers Ammon y Avshalom Weinstein quienes residen en Tel Aviv,  los que han rescatado  violines pertenecientes a instrumentistas de religión judía que integraron orquestas en los campos de concentración Nazis durante la segunda guerra mundial. Algunos de esos músicos lograron sobrevivir (los menos) y por supuesto la mayoría perecieron en esos terribles sucesos. Cada instrumento rescatado tuvo su historia. Algunos de Luthería antiquísima, otros hasta del mismo siglo veinte. Los Sres. Weinstein (Padre e Hijo) se encargaron de restaurar cada instrumento en su taller y algunos de los mismos se facilitan para que sean utilizados en conciertos. Ocho fueron los violines que vinieron a la Argentina para que ocho violinistas de la Orquesta Sinfónica Nacional interpreten sus partes del concierto. Fueron entregados por Avshalom Weinstein a cada intérprete y Martín Wullich, con su reconocida autoridad y sobriedad, contó al público el origen y la historia de cada instrumento. Shlomo Mintz, el apreciado violinista que tantas veces vino a Ntro. País a ofrecer su arte y su docencia es quien artísticamente comanda la iniciativa. Tras las voces de la diplomacia  (enmarcada en el Foro Mundial de los Derechos Humanos dentro de una semana cargada de dramáticos recuerdos para los argentinos) y de la historia, sobrevino la música.

 

 El concierto se inició con la interpretación de “El Sobreviviente de Varsovia” de Arnold Schömberg. Obra de un autor ya veterano, pero con la suficiente fuerza e inteligencia para describir el horror de lo ocurrido y la esperanza de sobrevivir aferrado a su credo. Sorprendió gratamente Shlomo Mintz como Director. Buscó extraer todos los detalles y expresar la enorme carga dramática que conlleva la música a partir del texto. Aquí ocupó un rol fundamental Marcelo Lombardero con una magnífica actuación, enfatizando los pasajes fundamentales del texto de manera estupenda. Muy buen aporte de los integrantes de la Sección Masculina del Coro Polifónico Nacional en donde Antonio Domeneghini le dio el justo matiz a la breve y muy potente intervención.

 

  Mucho hemos escrito sobre el Concierto para Violin y Orquesta Op. 64 de Félix Mendelsohn en esta página. Obra capital para el instrumento solista, con pasajes de bravura, otros de carga dramática y otros enmarcados en una belleza superlativa. Shlomo Mintz acometió el doble desafío de ser solista y director. Contó también en José Daniel Robuschi (Concertino de la Sinfónica Nacional) con un aliado fundamental para que el control orquestal sea completo. El cristalino sonido que Mintz le extrajo a su instrumento, los detalles de jerarquía ofrecidos, que son los que hacen a un grande, dan por resultado que la versión haya sido muy lograda. El tempi que Mintz empleó fue tal vez un tanto más lento del habitual, pero la entrega y la belleza del sonido del solista compensaron cualquier objeción que pudiera hacerse.

 

   Tras la impresionante ovación que el público tributó a los intérpretes, Mintz ofreció como bis una formidable versión de una Balada de Eugene Ysaye que logró captar la mayor atención de la concurrencia.

  Luego de unas breves palabras del Maestro acerca de la significación que tenían para El  “Violins of Hope” y su presencia entre Ntros., se interpretó la Obertura Trágica Op. 81 de Johannes Brahms en donde Mintz extrajo lo mejor en los momentos de mayor cargazón dramática de la partitura. Aquí los Maestros de la Sinfónica Nacional lucieron de manera formidable y demostraron a lo largo de todo el Concierto estar a la altura del compromiso.

 

  Para poder presenciar este concierto, muchos colegas como yo mismo debimos superar los escollos de una evidente desorganización, que incluyó la búsqueda de Ntras. acreditaciones en tres listas diferentes de invitados y acreditados y retirar las mismas en un único mostrador junto con las reservas del público en general. Dada la importancia y la gratuidad del evento, era evidente que el público se volcaría masivamente al Centro Cultural Kirchner y la extensísima fila que recorría desde la escalera mecánica por la que se accede al Auditorio Nacional hasta la otra por la que se sale del mismo era la evidencia palpable. El retraso era considerable, y hasta se llegó a un punto en que el personal debió dar la cara y decirle al público que aún conformaba la hilera que no había más lugar en el Auditorio Nacional y que no se podría  ingresar ya que se habían entregado más entradas de las correspondientes. Hubo protestas, afortunadamente sin incidentes, y finalmente antes de comenzar la música, se optó por dejar ingresar a quienes quedaron afuera y que se sentaran en las escalinatas de la sala. Realmente muy desafortunado. Por suerte la música obró de bálsamo para el muy mal trago.

 

Donato Decina

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