miércoles, 25 de octubre de 2023

 Muy buena reposición de “NORMA” por Música en Escena en el Teatro Empire


UNA VERDADERA CÁTEDRA DE BEL CANTO


Martha CORA ELISEHT


A menos de dos meses para terminar el año, las compañías de ópera

independiente siguen presentando proyectos y reponiendo títulos. Bajo la dirección

general de Antonio Leiva y musical a cargo de Silvana D’Onofrio, la compañía

MÚSICA EN ESCENA repuso uno de los títulos más representativos del bel canto:

NORMA, de Vincenzo Bellini (1801-1835), hecho que tuvo lugar el pasado sábado 21

del corriente en el teatro Empire con puesta en escena de Antonio Leiva, vestuario de

Mirta Liliana Palacio, iluminación de Stefany Briones Leyton y subtitulado electrónico

de Ana María Rizzi. Participaron la orquesta y el coro de la compañía, con el siguiente

elenco: Monserrat Maldonado (Norma), Juan G. Cueto (Pollione), Daniela Prado

(Adalgisa), Jorge Balagna (Oroveso), Martina Gioiosa (Clotilde) y Matías Klemm

(Flavio).

Compuesta en 1831 con libreto de Felice Romani sobre la tragedia homónima de

Alexandre Soubet (Norma, òu L’Infanticide), es la primera tragedia lírica escrita por

Bellini y pone de manifiesto las excepcionales dotes del compositor para encarar el

drama romántico. La protagonista se debate entre su deber como sacerdotisa de los

druidas y el amor que siente por el procónsul romano Pollione, quien, a su vez, es

enemigo de su pueblo y, al mismo tiempo, padre de sus dos hijos. Al mismo tiempo, es

madre y suma sacerdotisa; amante abandonada y rival vengativa. Todo en una sola

persona y su final trágico es la catarsis que realiza al no poder cumplir con sus votos

religiosos, el amor no correspondido y el deber hacia su pueblo. La maravillosa

ornamentación y la riqueza de las melodías compuestas por Bellini traducen a la

perfección los sentimientos contradictorios de la protagonista, donde la celebérrima

Casta diva es su carta de presentación. Al respecto, Richard Wagner decía lo siguiente:

“Hubiera dado mi obra entera por haber compuesto una sola aria de NORMA”. La

popularidad de este clásico del bel canto a nivel universal es inmensa y la mencionada

aria forma parte del repertorio de toda soprano lirica.

Para la presente versión, Antonio Leiva empleó un telón de fondo sobre el cual,

se realizó una proyección de video representando al bosque, permitiendo ampliar las

escenas mediante un zoom de acercamiento o alejamiento, mientras una estructura

vertical de base triangular rematada en dos brazos simétricos similar a un majström (en

sueco, palo o vara que termina en una estructura triangular de la cual, penden dos

círculos que se adornan con cintas y flores, que marca el inicio de la primavera en dicho

país nórdico) se erguía sobre el escenario. El tronco representó a Yggdrasil (árbol de la

vida, en la mitología celta) y los brazos, al poderío y al yugo romano sobre la Galia.

Sobre el telón de fondo, un círculo representaba a la luna, mientras se emplearon un par

de tarimas dispuestas convenientemente sobre el escenario para recrear las escenas en el

bosque, la casa de Norma y la cama sobre la cual, reposan sus hijos. También

permitieron que el coro se colocase convenientemente sobre el escenario. El resto de las


escenas se logró mediante muy buenos efectos de iluminación. El vestuario fue

sumamente sencillo: pantalones negros y chaquetas grises para los guerreros druidas y

túnicas de diferentes colores para el coro femenino y las principales protagonistas,

quienes usaron aros y collares plateados. Los romanos, vestidos de negro y con las

características caligas, mientras el resto del elenco cantó descalzo. Sólo Norma y

Oroveso estaban ataviados con túnicas de color diferente y ricamente ornamentadas,

dada su condición de suma sacerdotisa y su padre, jefe de los druidas.

Es indiscutible la labor de Silvana D’Onofrio como pedagoga, preparadora y

directora de orquesta. En esta ocasión, contó con el apoyo incondicional de Mario

Dardis, quien acompañó a los músicos brindando apoyo desde el piano. Sin embargo,

hubo numerosas imperfecciones en las cuerdas y parte de los vientos. La orquesta se fue

recién afianzando hacia el final del 1° acto y mejoró durante el 2°. En cambio, el coro

de la entidad estuvo muy bien balanceado y preparado, con un perfecto equilibrio entre

todas las voces. En el bel canto, es un protagonista más y juega un rol esencial en las

escenas más importantes, lo que se logró en la presente representación. En cuanto a los

roles secundarios, tanto Matías Klemm (Flavio) como Martina Gioiosa (Clotilde)

tuvieron una muy buena actuación. Son dos cantantes muy jóvenes que están

desarrollando una carrera prometedora y lo demostraron sobre el escenario. Por su parte,

Jorge Balagna encarnó muy bien a Oroveso y Juan G. Cueto hizo lo mismo con

Pollione; fundamentalmente, en los dúos con Adalgisa, Norma (“In mia man al fin…

¿Preghi al fine?”; “Qual cor tradisti”) y en el monumental trío que cierra el 1° acto

(“¡Ah! Non tremare, o pérfido”). Y, en cuanto a los roles femeninos, Daniela Prado fue

la Adalgisa ideal: dramática, segura, con voz potente, perfecta coloratura, brillo y

legato. Sobresalió vocal y actoralmente durante toda la ópera y descolló en el dúo del 1°

acto con Pollione (“Va, crudele, al Dío spietato”) y con Norma (“¡Oh,

rimembranza!”). Se retiró ovacionada, al igual que Monserrat Maldonado como Norma.

La soprano paraguaya es una de las mejores voces del momento actual y supo encarar a

la protagonista con brillo y maestría desde la mencionada Casta diva hasta los

mencionados dúos junto a Adalgisa y Pollione, al igual que en la escena de más hondo

dramatismo (“Teneri, teneri figli”), donde debe separarse de sus hijos. Una actuación

digna de representación en la temporada de un teatro oficial y una ovación de aplausos

al final.

Al cierre de esta crónica, lamentablemente, se anunció que se han cancelado las

representaciones programadas para los sábados 28 del corriente y los días 4 y 5 de

Noviembre próximo por razones de fuerza mayor, acorde a la información brindada por

el Teatro EMPIRE. Es una pena que el público no pueda disfrutar de este clásico, ya que

ha sido una auténtica maestría en materia de actuación y bel canto, digna del escenario

del Colón.

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