domingo, 1 de octubre de 2023

 Excepcional concierto de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación


UNA METAMORFOSIS QUE HARÁ HISTORIA


Martha CORA ELISEHT


En griego, la palabra metamorfosis significa transformación. Según la mitología

grecorromana, era un proceso mediante el cual, los hombres -e inclusive, los dioses- se

transformaban en animales o plantas. En biología, las larvas o pupas se transforman en

insectos, mientras que, en geología, se define como transformación de las rocas (más

conocido como metamorfismo). Dentro de la literatura universal, numerosos autores se

han referido a este proceso -desde Ovidio hasta Franz Kafka- y, en música, su mayor

exponente ha sido Richard Strauss (1864-1949), cuya Metamorfosis (Metamorphosen,

según su original en alemán) ha sido el eje temático del último concierto del ciclo de la

Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación, denominado METAMORFOSIS

GERMANAS, que tuvo lugar el pasado viernes 29 de Septiembre en el Espacio Cultural

El Molino bajo la dirección de Sebastiano De Filippi, con la participación de Stanimir

Todorov como solista invitado.

El programa comprendió las siguientes obras:

- Romanza Triste, Op.2, n°2- Alfredo SCHIUMA (1885-1963)

- Concierto en Do mayor para violoncello y orquesta, Hob.VIIb;1- Franz Joseph

HAYDN (1732-1809)

- Metamorfosis, estudio para cuerdas solistas, TrV290/ Av 142- Richard

STRAUSS (1864-1949)

Dentro del repertorio de la agrupación, siempre se incluye una obra de compositores

argentinos. En este caso y, con motivo de cumplirse 60 años del fallecimiento de

Alfredo Schiuma, se interpretó su Romanza Triste, Op.2, n°2. Compuesta originalmente

para piano en 1908, es una obra producto de sus años de aprendizaje, ya que, en aquel

entonces, estudiaba dicho instrumento junto a su hermano José. Pertenece a la primera

etapa de la producción del músico ítalo- argentino -había nacido en Spinazzola (Bari) y

emigrado a la Argentina cuando era un niño- y es una obra de tendencia universalista,

de bella línea melódica, cuya apertura está a cargo de violas, violoncellos y contrabajo

hasta la entrada de los violines. El, primer tema posee reminiscencias del 3° movimiento

de la Sinfonía n°3 de Brahms, mientras que el segundo es más lírico y profundo. Una

muy buena versión y un rescate más de la producción de este gran compositor, cuya

obra está siendo revalorizada por numerosos intérpretes en la actualidad. El público la

recibió de muy buen agrado, lo que se tradujo en numerosos aplausos.

A continuación, Stanimir Todorov hizo su presentación en el escenario para

interpretar uno de los más bellos conciertos para violoncello que se hayan escrito: el n°1

en Do mayor de Haydn, compuesto en 1765 para su amigo Joseph Franz Weigl, quien

era el principal cellista de la orquesta del príncipe Nicolaus Esterházy. Sin embargo,

recién se descubrió el manuscrito original en 1961 en el Museo Nacional de Praga, ya

que se creyó que se había perdido. Es la obra que mejor marca la transición del


ritornello del concierto barroco hacia la forma sonata, emergente en aquel entonces.

Consta de tres movimientos (Moderato/ Adagio/ Allegro presto), que fueron

interpretados de manera sublime y magistral, con una perfecta correspondencia entre el

solista y la orquesta, al igual que una musicalidad absoluta. Por su parte, Todorov puso

pasión y entrega en su interpretación, con un estupendo fraseo en general, pero con

especial enfoque y maestría al ejecutar los pasajes en cascada. Es uno de los mejores

cellistas del país e hizo gala de su interpretación en este concierto. Las entradas por

parte de la orquesta fueron sumamente precisas y muy bien marcadas, demostrando un

auténtico trabajo en equipo. El público que se dio cita en El Molino estalló en aplausos

y vítores tras esta brillante interpretación.

Acto seguido, Sebastiano De Filippi tomó un micrófono para dirigirse al público y

brindar un breve comentario sobre la obra de Richard Strauss. A diferencia de su

homónimo en castellano, la palabra alemana Metamorphosen es plural y se refiere a una

serie de transformaciones. Fue compuesta a fines de la Segunda Guerra Mundial en los

primeros meses de 1945 para 23 instrumentos solistas de cuerda y comisionada por Paul

Sacher, quien era director del Collegium Musicum de Zürich y la Orquesta de Cámara

de Basilea. Su estreno tuvo lugar al año siguiente por la mencionada agrupación en

Zürich bajo la batuta de Sacher. Para que el público la pudiera comprender, De Filippi

decidió realizar una ilustración musical de los 5 temas principales que posee esta obra

cumbre del siglo XX para orquesta de cuerdas. El primer tema es lírico (cantábile) a

cargo de los cellos, mientras que el segundo, de las violas. A su vez, éste se divide en

dos: uno, de 4 notas y el otro, de dos compases, tomados de la Sinfonía n°5 de

Beethoven. Strauss era un profundo admirador de la obra del genio de Bonn y, al final

de la partitura, escribió “In memoriam” a modo de homenaje. El tercer tema es de

carácter lírico y el cuarto, más dramático. Por último, el quinto hace alusión a la Marcha

Fúnebre de la Sinfonía n°3, “Heroica” de Beethoven y está a cargo de los contrabajos.

La otra particularidad que posee esta obra es que todos y cada uno de los instrumentos

actúan como solistas dentro de los 5 movimientos que la integran (Adagio ma non

troppo- Aguisto- Piú allegro- Adagio, tempo primo- molto lento) y que se ejecutan sin

interrupción. Era la primera vez que la orquesta la interpretaba y lo hizo con creces

desde los primeros compases, donde se pudo apreciar un notable e intenso trabajo de

afinación, compaginación y ensayo mediante la pureza del sonido emanado de los

instrumentos de forma muy compacta. La conjunción de los 5 temas previamente

mencionados mediante el efecto de cuerdas divididas crea ese efecto de devastación,

desolación y cansancio causados por la guerra y el desánimo de la postguerra. Al actuar

todos los instrumentos como solistas, se crean numerosos contrapuntos que fueron

ejecutados a la perfección. Una versión histórica y un logro más en la historia de la

orquesta, que fue recibida con un aplauso unánime por parte del público.

Al finalizar el concierto, Sebastiano De Filippi le comentó a quien escribe que justo

ese día se cumplían 10 años de su titularidad al frente de la orquesta. ¡Un excelente

programa para festejar tan grato aniversario y ojalá que se mantenga por muchos,

muchos años más!

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