lunes, 16 de octubre de 2023

 

SIEMPRE HAY UNA PRIMERA VEZ

 

Teatro Argentino de La Plata, temporada 2023. Opera: “Falstaff” Comedia en Tres actos y seis escenas con música de Giuseppe Verdi y Libreto de  Arrigo Boito, basada en “Las Alegres Comadres de Windsor” de William Shakespeare. Elenco: Héctor Guedes (Sir John Falstaff), Juan Salvador Trupia y Rodriguez (Ford), Virginia Tola (Alice Ford), Rocío Arbizu (Meg Page), Eugenia Fuente (Mrs. Quickly), Ana Sofía Romagnoli (Nanetta), Santiago Martínez (Fenton), Sergio Spina (Dr. Cajus), Lautaro Chaparro (Bardolfo), Víctor Castells (Pistola), Miguel Rausch (Actor: Posadero), Luís Caballero (Actor: Paje de Fastaff), Coro Estable del Teatro Argentino de La Plata (Preparador: Santiago Cano), Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata, Figurantes de escena. Escenografía y Vestuario: Jorge Ferrari, Iluminación: Gonzalo Córdova, Coreografía: Marina Svartzman. Dirección Musical: Diego Censabella Farré. Dirección de Escena: Rubén Szuchmacher. Sala Alberto Ginastera, función del 15 de Octubre de 2023, última del espectáculo, de la temporada lírica y del homenaje del Teatro Argentino al 210º aniversario del nacimiento de Giuseppe Verdi. Título representado por primera vez en el Teatro Argentino a lo largo de sus 132 años de existencia.

 

NUESTRA OPINION: BUENO.

 

  Y después de 132 años de historia el queridísimo “Pancione” llego a la Sala Ginastera del primer coliseo bonaerense y lo hizo de la mano de una puesta renovada de Rubén Szuchmacher , en la que podrá estarse o no de acuerdo con la estética empleada, pero de la que no puede dudarse que se ha mantenido fiel a la línea argumental hasta el último centímetro. Una simple disposición de tabiques fue dando vida a cada espacio. Aún con colorido más aproximado a la época actual, la posada es la posada. La casa Ford tiene sus biombos, su ventanal y el canasto de la ropa femenina usada y el bosque es el bosque. Si hay algo que debo reconocer a Ntros. realizadores escénicos, aún en la innovación, es que se está viendo el título tal como lo plantean los compositores y sus  libretistas. En cambio la mayoría de los productos importados de famosos directores de escena responden a las ideas del puestista sin importarles las indicaciones de la mismísima partitura.

 

  La acción ha sido situada en este caso en el período de finales de los años 60 y comienzos de los 70 del pasado siglo. Estética multicolor casi “psicodélica” dada la forma en que cada tabique fue revestido, alguno de ellos con telas diferentes en cada cara  para poder ser empleados en las correspondientes escenas. Los cambios de ambientación se hicieron mayoritariamente a telón abierto y es esa funcionalidad la que permitió que el espectáculo sea ofrecido con un solo intervalo entre el segundo  y tercer acto. Ropas de colorido estridente en el protagonista, contrastando con las de tipo “guerrillero” que se divisan en sus sirvientes Bardolfo y Pistola. Fulgurante traje para el Dr. Cajus. Vestimenta más formal en Ford que derivará  en un vestuario típico de bajo fondo cuando va a ver al protagonista haciéndose llamar Fontana. Trajes para jóvenes de época con solapas anchas para Fenton y una formidable realización de vestuario para el elenco femenino, acorde a la elevada posición de los Ford y las amigas. Aquí la realización de Jorge Ferrari no escatimó en el empleo de materiales textiles de alto valor. El propio Ferrari es quién diseñó los tabiques y dispuso el colorido empleado y Gonzalo Córdova el autor de una iluminación muy efectiva, que resaltó dicho colorido y  el movimiento escénico.

 

  Rubén Szuchmacher logró que cada personaje rinda al máximo escénicamente, hubo acción en todo el escenario. No hubo bache alguno, la trama se mantuvo activa todo el tiempo y extrajo de cada intérprete vocal lo mejor de cada uno de ellos en la actuación.

 

  Entrando ya de lleno en la faz musical, Héctor Guedes dio lo mejor de sí para la caracterización del protagonista, compensando muchas veces con oficio en lo actoral. Tuvo presencia, soltura escénica y llegó a algunas notas casi con registro tenoril. Fue efectivo. Aun cuando en algunas notas agudas no tuvo mayor extensión, Juan Salvador Trupia y Rodriguez fue un buen intérprete de Ford. Con sólida presencia escénica logró transmitir las atribulaciones que le deparaba la supuesta infidelidad de su esposa en el célebre monólogo. Virginia Tola aportó buena figura para Alice Ford resolviendo con oficio sus partes vocales. Rocío Arbizu aportó gracia, desparpajo y buena voz para Meg Page. Eugenia Fuente se movió con soltura escénica y correcta voz como Mrs. Quickly. Sergio Spina aportó histrionismo y solidez vocal en la composición del Dr. Cajus. Simpáticos en escena tanto Lautaro Chaparro como Bardolfo y Víctor Castells como Pistola. En cuanto a  la joven pareja que conforman Nanetta y Fenton, es la primera vez que escucho a Ana Sofía Romagnoli. Es una voz joven, fresca, correctamente timbrada y tiene buena presencia vocal. A mi entender debe perfeccionar un poco más su emisión en el registro más agudo. Santiago Martínez como Fenton fue de lejos el mejor de la función. Grata y solvente línea de canto , muy buena escena. Ya habíamos podido apreciarlo en ocasión de su protagónico en “Candide” de Bernstein bajo la tutela escénica de Szuchmacher y no cabe duda del entendimiento con el Director escénico. Bien ajustado el Coro  Estable, preparado por Santiago Cano, en la fuga final.

 En cuanto a las coreografías de Marina Svartzman, fue muy eficaz en la escena del bosque en donde las integrantes del Cuerpo de Baile Platense (Quienes además venían de hacer “Giselle”) se movieron con soltura, gracia y expresividad. En otros momentos hubo tendencia a adoptar movimientos de ritmos populares tan vistos hoy en muchísimas puestas, lo que ya casi es rutinario.

 

  La Orquesta Estable lució magnífica en las manos de Diego Censabella Farré. Hubo, brillo, agilidad, precisión en las entradas y mucha atención sobre el palco escénico.

 

 En esta primera incursión de Falstaff por La Plata tuvimos correctas voces, una sólida Orquesta, momentos de brillo en la danza y una propuesta visual solvente, aun cuando es lógico que muchos disientan. Después de seis años hubo temporada lírica, probablemente breve, pero sumamente bienvenida.

 

Donato Decina

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