Muy buen concierto de la Sinfónica y el Coro de la Municipalidad de 3 de Febrero en la
basílica de Lourdes
ORGULLOSAMENTE BONAERENSES Y A MUCHA HONRA
Martha CORA ELISEHT
Dentro del santoral de la iglesia Católica Apostólica Romana, el 11 de Febrero
se conmemora la celebración de Nuestra Señora de Lourdes, una de las vírgenes más
veneradas en el país. Por dicho motivo, todos los días 11 de cada mes se celebran misas
y diversos eventos en el santuario ubicado en Santos Lugares, donde el pasado lunes 11
del corriente se ofreció un concierto en conmemoración de dicha virgen, prácticamente
coincidente con la celebración de la Inmaculada Concepción de María el 8 de
Diciembre pasado. Participaron la Orquesta Sinfónica y el Coro de la Municipalidad de
Tres de Febrero bajo la dirección de Ezequiel Fautario y Débora Maccarone
respectivamente, junto al conjunto vocal Vox Animæ, bajo la dirección de Santiago
Cano y los solistas Perla Hrynkiewiecz (soprano), Diana Delfino Flood (contralto),
Fabián Frías (tenor) y Emiliano Rodríguez (bajo) para brindar el siguiente programa:
- Stabat Mater en Sol menor, D.175- Franz SCHUBERT (1797-1828)
- Misa en Do mayor, Op.86- Ludwig van BEETHOVEN (1770-1827)
Tras la tradicional afinación de instrumentos y la presentación de los organismos
intervinientes a cargo del locutor oficial del municipio, Ezequiel Fautario hizo su
presentación para realizar una breve reseña sobre las obras debido a la ausencia de
programas de mano. El Stabat Mater (Estaba la Madre) es una composición religiosa
que data del siglo XIII y narra el dolor y el sufrimiento de la Virgen María ante la
crucifixión y posterior muerte de su único hijo, Jesús. Hubo más de 200 compositores
que llevaron los versos de este poema medieval escrito en latín a la música -entre otros,
Giovanni Battista Pergolesi, Antonio Vivaldi, Franz Liszt, Zoltan Kódaly y Antonin
Dvořak-, pero el de Franz Schubert es uno de los menos representados. Compuesto en
1815, es una obra de corta duración -no más de 13 minutos- que se caracteriza por ser
sumamente romántico y cuya música presenta una belleza singular. Sólo incluye 4 de
las 20 estrofas del Stabat Mater original, que se repiten como “variaciones de gran
alcance” en forma continua, luego de una breve introducción orquestal. A diferencia de
otras composiciones religiosas de Schubert, donde un único movimiento se divide en
tres secciones, el Stabat Mater D. 175 se representa como un solo movimiento continuo.
Originalmente, Schubert quiso emplear cornos en vez de trombones en su orquestación,
pero no pudo hacerlo por dos motivos: en primer lugar, las trompas de aquella época
carecían de válvulas para lograr ciertas notas y, en segundo lugar, la tonalidad en Sol
menor hacía imposible su uso. Por lo tanto, decidió emplear trombones en vez de
trompas. Al año siguiente, el genio vienés compone su Stabat Mater en Fa menor,
D.383, de mayor duración en forma de un oratorio breve. En este caso, el coro estuvo
magníficamente preparado y la orquesta sonó muy bien afinada para otorgar una versión
exquisita de dicha obra, caracterizada por ser dramática y, a su vez, romántica.
Seguidamente, el grupo vocal Vox Animæ hizo su presentación junto a los
solistas- quienes integran el Coro Municipal de Tres de Febrero- para brindar una
majestuosa versión de la Misa en Do mayor, Op.86 de Beethoven, compuesta en Viena
en 1807 por encargo del príncipe Nikolas Esterházy. Consta de 5 secciones (Kyrie/
Gloria/Credo/ Sanctus/ Agnus Dei), donde algunas abarcan varios números. Mientras
que el imponente y jubiloso Kyrie inicial es un Andante con moto assai vivace quasi
allegretto ma non troppo en la tonalidad inicial de Do mayor a cargo de los solistas y el
coro en un canon a 4 voces, el Gloria se divide en 3 partes: Gloria (Allegro con brio, a
cargo del tenor), Qui tollis pecsata mundi (Allegro mosso, a cargo de la contralto) y
Quoniam tu solus sanctus (Allegro ma non troppo, con participación de los solistas y el
coro). A su vez, el Credo se divide en 5 partes: Credo (Allegro con brío, coro), Et
incarnatus est (Adagio, con participación de los 4 solistas y el coro), Et resurrexit
(Adagio, con participación del bajo), Et in Spiritum Sanctus (Allegro) y Et vitam Venturi
saeculi (Allegro ma non troppo). Estas dos últimas secciones contaron con una
excelente participación de los dos coros y el cuarteto de solistas, cuyas voces estuvieron
muy bien seleccionadas y preparadas para asumir un compromiso de gran envergadura.
Por su parte, la orquesta sonó espléndida, con muy buen desempeño de los solistas
instrumentales (en especial, el fagot y el cuarteto de maderas). La excelente labor
desempeñada por el coro se hizo sentir en las dos primeras secciones del Sanctus
(Sanctus, adagio y Pleni sunt coeli, Osanna, allegro), mientras que el cuarteto de
solistas descolló en el Benedictus (Allegretto ma non troppo) mediante un canon a 4
voces perfectamente equilibrado. El movimiento se cierra con el Osanna in excelsis
(Allegro) a cargo del coro. En contraste con el jubileo demostrado en el movimiento
anterior, el Agnus Dei abre con un poco andante en Do menor a cargo del coro, mientras
que el Dona nobis pacem se divide en dos partes: la primera, a cargo del cuarteto de
voces solistas (Allegro ma non troppo en Do mayor) y cierra con un andante con moto a
cargo del Coro en la misma tonalidad para recapitular con el tempo del Kyrie inicial.
Una joya sinfónico- coral magistralmente interpretada, donde el numeroso público que
se dio cita en el templo disfrutó a más no poder, culminando con un sinfín de aplausos y
vítores.
Una basílica o una iglesia siempre es el ámbito más apropiado para la ejecución de
música religiosa, donde el sonido se eleva hasta alcanzar alturas celestiales y las voces
suenan angelicales, independientemente que la acústica del templo permita que el
sonido se multiplique y que una orquesta formada por algo más de 40 músicos suene
como si fuese exactamente el doble o el triple. En este caso, se dio una perfecta
conjunción entre orquesta, coro y solistas para lograr una magnífica versión de ambas
obras. Los organismos artísticos de la Municipalidad de Tres de Febrero pueden sentirse
orgullosamente bonaerenses y lo demuestran con creces todo el tiempo sobre los
diferentes escenarios donde les ha tocado participar.
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