Una regocijante velada rusa
Concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional
Viernes 15 de marzo
Auditorio Nacional
Director; Jeruham
Scharovsky
Solista: Irina
Dichkovskaia
Opinion; Muy Bueno
En una brillante elección, la Dirección
Nacional de Organismos Estables convocó para este concierto dos artistas
especialistas en el repertorio de Sergei Rachmaninoff.
En el podio tuvimos la presencia del
maestro argentino israelí Jeruham Scharovsky , quien ya nos visitara en otras
ocasiones y justificadamente tuvo a su cargo la concertación de la velada.
El maestro es un especialista en el
repertorio ruso siendo el primer director de orquesta israelí, invitado a
dirigir la Orquesta Filarmónica de Moscú, la Filarmónica de Kírov en St.
Petersburgo cuando a{un no había relaciones entre ambos países.
Se ofreció un programa interesantemente
diseñado el cual es una autobiografía musical del enorme compositor ruso.
La apertura fue el célebre Concierto para
piano n.º 2 Op. 18 en do menor contando
como solista a la pianista rusa Irina Dichkovskaia, quien desde hace más de una
década reside en nuestro país.
Pocas obras presentan un inicio tan
conmovedor como esta partitura….para este oyente solo comparable con el
Concierto de Grieg o el Cuarto de Beethovenn.
Los primeros acordes del piano solo nos
introducen al interior de una persona en un profundo proceso interno….nos abre
la puerta de su alma atribulada lo cual es transmitido en el primer movimiento
Moderato, a través de las melodías que la orquesta y el solista transitan
durante unos diez minutos. Marchas rusas que se recapitulan en varias ocasiones
muestran al hombre que asume su historia y su pasado en construcción de su
propia identidad.
Desembocamos al emocionante segundo
movimiento Adagio sostenuto. Por la delicadeza de sus melodías se ha convertido
en un favorito de los auditorios. Aquí el autor nos abre la profundidad de su
alma, su vida se encuentra en reconstrucción. Esta en calma y en paz , lo cual
se expresa en las notas que intercambian el piano con los solistas de la
orquesta.
Y llegamos al tercer movimiento donde surge
con fuerza el hombre que renace, se recrea y comienza a andar; plasmado en un
Allegro scherzando y un contrapunto entre oboes y violas que con la fuerza de
la orquesta suman tensión y fuerza.
En la interpretación de Irina Dichkovskaia
se mostraron todos los climax y colores posibles, técnica impecable y un
perfecto entendimiento con el conjunto orquestal que fue un digno marco
musical.
Quede gratamente impactado por la
delicadeza de la solista y todo lo que fue extrayendo del piano….fue un
redescubrir al instrumento….
Su alma rusa encontró el cenit cuando
regalo dos bises memorables, el Preludio Op 23 num 5 y el Preludio en Do menor;
en agradecimiento al aplauso sostenido de los asistentes.
La segunda parte nos permitió disfrutar de
la Sinfonía Numero 1 en Re menor Op 13 que el maestro Jeruham dirigió de
memoria.
Escrita durante el último año de
Rachmaninoff en el Conservatorio de Moscu , muestra desde su primer movimiento Grave
– Allegro non troppo la herencia de los grandes rusos, con reminiscencias de
Tchaicovsky y Rimsky Korsakov. El segundo movimiento Allegro animato fue la
oportunidad para que el maestro Gustavo Mule, concertino de la orquesta en la función,
pudiera desplegar su arte interpretativo en el aire zíngaro, perfectamente
secundado por la masa orquestal .
El tercer movimiento Larghetto dio su lugar
al clarinete solista en simples melodías acompañados por las trompas con
sordina.
El cuarto movimiento Allegro con fuoco fue
donde la dupla orquesta director llevaron la interpretación a niveles superlativos,
entendiendo el estilo y dejando brillar a cada una de las filas, metales,
maderas, cuerdas y percusión.
El maestro Scharovsky logro un
entendimiento y concertación superlativos. Se noto el trabajo intenso para
interpretar esta obra no habitual en los repertorios.
Justifica el haberlo convocado y también
que lo volvamos a contar entre nosotros en un futuro cercano
Sostenida ovación merecida y reconocimiento
a una entrega total. El director invitado tuvo la delicadeza de que el público
aplaudiera a cada línea y solistas , haciéndolos poner de pie para que se les
pueda reconocer el trabajo
Al no tener programas de mano en donde
tradicionalmente accedíamos al nombre y apellido de cada uno de los integrantes
no nos permite destacar como seria justicia a los interpretes. Me permito
recomendar a la Dirección que haga un flyer con una foto y los nombres.
Hoy la Orquesta Sinfónica Nacional tiene más
del 50% de miembros nuevos, algunos conocidos por su paso en otros Organismos y
otros con los cuales nos tenemos que familiarizar.
Este escenario de recambio generacional
requiere también un director estable ( desde el retiro del maestro Calderón la
orquesta trabaja con directores invitados) a fin de que trabaje en la sintonía
fina y las sutilezas. Es un trabajo de amalgado y ensamblado entre los
históricos y nuevos integrantes; necesario para este momento.
En síntesis, una noche plenamente rusa, con
interpretaciones llenas de lirismo y emoción; y tuvimos el privilegio de estar
allí!
Ing. Andres Berretta
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