miércoles, 27 de noviembre de 2024

 Soberbia actuación de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación junto al Coro

Municipal de 3 de Febrero


NO CABÍA UN ALFILER


Martha CORA ELISEHT


Elegida en 3 oportunidades consecutivas como mejor orquesta de cámara del

país por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina, la Orquesta de Cámara del

Congreso de la Nación continúa con su ciclo de conciertos temáticos durante el

transcurso del corriente año. En este caso, con un programa denominado “POR

AMADEUS” íntegramente compuesto por obras de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-

1791), que tuvo lugar en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional el

pasado lunes 25 del corriente bajo la dirección de su titular -Sebastiano De Filippi-, con

la participación de los siguientes invitados: el organista Javier Escobar y el Coro

Municipal de Tres de Febrero, dirigido por Débora Maccarone para interpretar el

siguiente programa:

- Divertimento n°3 en Fa mayor, K.138

- Divertimento n°1 en Re mayor, K.136

- Te Deum (himno) en Do mayor, K.141

- Inter natos mulierum (ofertorio) en Sol mayor, K.72

- Misericordias Domini (ofertorio) en Re menor, K.222

- Ave Verum Corpus (motete) en Re mayor, K.618

- Sancta María (gradual) en Fa mayor, K.273

Debido un ligero contratiempo con los horarios de los medios de transporte para

llegar a destino, quien escribe se encontró con un Salón de los Pasos Perdidos

atiborrado de gente, motivo por el cual el personal de sala tuvo que sacar sillas del

recinto de la Cámara de Diputados para que el numeroso público que se dio cita esa

tarde en el Congreso Nacional pudiera tomar asiento y así dar comienzo al concierto,

que constó de dos partes: la primera, con dos obras emblemáticas del genio de

Salzburgo como sus Divertimentos para cuerdas y la segunda, integrada por obras

religiosas con participación de órgano y coro.

En 1771, la familia Mozart se traslada a Italia con el objetivo que una corte

respetable le otorgara al joven Wolfgang Amadeus un puesto de Kapellmeister. Pese a

que el objetivo no se cumplió, el genio de Salzburgo no se amilanó, sino que hizo

exactamente todo lo contrario: compuso sus tres Divertimentos para cuerdas en los

primeros tres meses de 1772. Se trata de una forma musical sin una estructura concreta,

que cumplía la misión de divertir a la sociedad durante la época del clasicismo.

Posteriormente, se dejaron de componer después de 1790 y todos poseen tres

movimientos: Allegro/ Andante/ Presto. En el caso del Divertimento n°3 en Fa mayor,

K.138, el presto final se transforma en un rondó, mientras que el celebérrimo

Divertimento en Re mayor, K.136 conserva la estructura anteriormente mencionada.

Ambos son una especialidad de la agrupación, donde De Filippi impuso una


correctísima y rigurosa marcación de los tempi – sobre todo, en el Presto final-, al

mismo tiempo que contagiaba su entusiasmo a los músicos, logrando una versión de

excelencia de ambas piezas.

Seguidamente, el Coro de la Municipalidad de Tres de Febrero y Javier Escobar

tomaron sus puestos sobre el escenario para iniciar la segunda parte del concierto junto

a la orquesta con la primera de las obras de música religiosa: el himno Te Deum en Do

mayor, K.141, compuesto en Viena en 1769 originalmente para coro a 4 voces, órgano y

dos violines. Posteriormente, se realizó la versión par orquesta de cuerdas y se notó

desde los primeros compases la excelente preparación del coro, con un equilibrio vocal

perfecto y bien marcado. Lo mismo sucedió con el ofertorio Inter natos mulierum en Sol

mayor K.72, compuesto originalmente en 1771 para soprano, alto, tenor y bajo, órgano

y orquesta de cuerdas y dedicado a San Juan Bautista. A medida que transcurría la

segunda parte del concierto, el Coro fue creciendo en calidad y brindó una estupenda

versión del ofertorio Misericordias Domini en Re menor, K.222, que data de 1775 y que

se inicia con la introducción de la melodía por parte del órgano, seguida por un canon a

4 voces: en primer lugar, las graves y luego, las agudas. Posteriormente, se incorporan

los violoncellos y contrabajos y luego, el resto de las cuerdas, logrando un muy buen

efecto de profundidad sonora. El celebérrimo motete Ave Verum Corpus en Re mayor

K.618 sonó de manera angelical. Fue compuesto en 1791 con motivo de la festividad de

Corpus Christi sobre el himno eucarístico homónimo atribuido al Papa Inocencio VI.

Uno de los platos fuertes de la noche y también, uno de los más aplaudidos. Por último,

la orquesta y el Coro brindaron una versión sublime del gradual Sancta María en Fa

mayor K.273, compuesto con motivo de la fiesta de la Natividad de la Virgen María en

1777. En la misa católica, el gradual es un canto que se canta -o se lee- después de la

Epístola, previamente al aleluya. Esta tradición tuvo su apogeo durante la Edad Media

en Francia y en Hungría, durante el Renacimiento. Lamentablemente, se ha perdido

mucho material en este último país tras la invasión del Imperio Otomano, pero aún se

conservan algunos graduales en la biblioteca nacional húngara, que inspiraron a Anton

Bruckner a escribir su célebre Locus iste. Tras los aplausos, se entregaron los

tradicionales diplomas a Javier Escobar y Débora Maccarone por parte de los

encargados de Asuntos Culturales del Senado y de la Cámara de Diputados de la Nación

-Dr. Daniel Abate y Sra. Andrea Barbieri, respectivamente-.

A pesar de haber sido un concierto muy exitoso, al cierre de la presente crónica

transcurrió una información por la cual, aproximadamente la mitad de los integrantes de

la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación se encuentran cumpliendo el horario

reglamentario de 7 horas laborales diarias de lunes a viernes por una disposición

meramente burocrática como empleados del Senado Nacional. Algo completamente

absurdo, si se tiene en cuenta que se trata de músicos profesionales que han ganado sus

respectivos cargos por concurso y, además, son profesores en el Conservatorio o la

Universidad Nacional de las Artes (UNA). Son horas que se le restan al estudio y las

posibilidades de perfeccionamiento, lo cual no sólo resta mérito a la calidad del

organismo, sino que puede hacer que -a largo plazo- peligre su continuidad. Ojalá que

las autoridades del Senado recapaciten acerca del tema antes que sea demasiado tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario