Soberbia actuación de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación junto al Coro
Municipal de 3 de Febrero
NO CABÍA UN ALFILER
Martha CORA ELISEHT
Elegida en 3 oportunidades consecutivas como mejor orquesta de cámara del
país por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina, la Orquesta de Cámara del
Congreso de la Nación continúa con su ciclo de conciertos temáticos durante el
transcurso del corriente año. En este caso, con un programa denominado “POR
AMADEUS” íntegramente compuesto por obras de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-
1791), que tuvo lugar en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional el
pasado lunes 25 del corriente bajo la dirección de su titular -Sebastiano De Filippi-, con
la participación de los siguientes invitados: el organista Javier Escobar y el Coro
Municipal de Tres de Febrero, dirigido por Débora Maccarone para interpretar el
siguiente programa:
- Divertimento n°3 en Fa mayor, K.138
- Divertimento n°1 en Re mayor, K.136
- Te Deum (himno) en Do mayor, K.141
- Inter natos mulierum (ofertorio) en Sol mayor, K.72
- Misericordias Domini (ofertorio) en Re menor, K.222
- Ave Verum Corpus (motete) en Re mayor, K.618
- Sancta María (gradual) en Fa mayor, K.273
Debido un ligero contratiempo con los horarios de los medios de transporte para
llegar a destino, quien escribe se encontró con un Salón de los Pasos Perdidos
atiborrado de gente, motivo por el cual el personal de sala tuvo que sacar sillas del
recinto de la Cámara de Diputados para que el numeroso público que se dio cita esa
tarde en el Congreso Nacional pudiera tomar asiento y así dar comienzo al concierto,
que constó de dos partes: la primera, con dos obras emblemáticas del genio de
Salzburgo como sus Divertimentos para cuerdas y la segunda, integrada por obras
religiosas con participación de órgano y coro.
En 1771, la familia Mozart se traslada a Italia con el objetivo que una corte
respetable le otorgara al joven Wolfgang Amadeus un puesto de Kapellmeister. Pese a
que el objetivo no se cumplió, el genio de Salzburgo no se amilanó, sino que hizo
exactamente todo lo contrario: compuso sus tres Divertimentos para cuerdas en los
primeros tres meses de 1772. Se trata de una forma musical sin una estructura concreta,
que cumplía la misión de divertir a la sociedad durante la época del clasicismo.
Posteriormente, se dejaron de componer después de 1790 y todos poseen tres
movimientos: Allegro/ Andante/ Presto. En el caso del Divertimento n°3 en Fa mayor,
K.138, el presto final se transforma en un rondó, mientras que el celebérrimo
Divertimento en Re mayor, K.136 conserva la estructura anteriormente mencionada.
Ambos son una especialidad de la agrupación, donde De Filippi impuso una
correctísima y rigurosa marcación de los tempi – sobre todo, en el Presto final-, al
mismo tiempo que contagiaba su entusiasmo a los músicos, logrando una versión de
excelencia de ambas piezas.
Seguidamente, el Coro de la Municipalidad de Tres de Febrero y Javier Escobar
tomaron sus puestos sobre el escenario para iniciar la segunda parte del concierto junto
a la orquesta con la primera de las obras de música religiosa: el himno Te Deum en Do
mayor, K.141, compuesto en Viena en 1769 originalmente para coro a 4 voces, órgano y
dos violines. Posteriormente, se realizó la versión par orquesta de cuerdas y se notó
desde los primeros compases la excelente preparación del coro, con un equilibrio vocal
perfecto y bien marcado. Lo mismo sucedió con el ofertorio Inter natos mulierum en Sol
mayor K.72, compuesto originalmente en 1771 para soprano, alto, tenor y bajo, órgano
y orquesta de cuerdas y dedicado a San Juan Bautista. A medida que transcurría la
segunda parte del concierto, el Coro fue creciendo en calidad y brindó una estupenda
versión del ofertorio Misericordias Domini en Re menor, K.222, que data de 1775 y que
se inicia con la introducción de la melodía por parte del órgano, seguida por un canon a
4 voces: en primer lugar, las graves y luego, las agudas. Posteriormente, se incorporan
los violoncellos y contrabajos y luego, el resto de las cuerdas, logrando un muy buen
efecto de profundidad sonora. El celebérrimo motete Ave Verum Corpus en Re mayor
K.618 sonó de manera angelical. Fue compuesto en 1791 con motivo de la festividad de
Corpus Christi sobre el himno eucarístico homónimo atribuido al Papa Inocencio VI.
Uno de los platos fuertes de la noche y también, uno de los más aplaudidos. Por último,
la orquesta y el Coro brindaron una versión sublime del gradual Sancta María en Fa
mayor K.273, compuesto con motivo de la fiesta de la Natividad de la Virgen María en
1777. En la misa católica, el gradual es un canto que se canta -o se lee- después de la
Epístola, previamente al aleluya. Esta tradición tuvo su apogeo durante la Edad Media
en Francia y en Hungría, durante el Renacimiento. Lamentablemente, se ha perdido
mucho material en este último país tras la invasión del Imperio Otomano, pero aún se
conservan algunos graduales en la biblioteca nacional húngara, que inspiraron a Anton
Bruckner a escribir su célebre Locus iste. Tras los aplausos, se entregaron los
tradicionales diplomas a Javier Escobar y Débora Maccarone por parte de los
encargados de Asuntos Culturales del Senado y de la Cámara de Diputados de la Nación
-Dr. Daniel Abate y Sra. Andrea Barbieri, respectivamente-.
A pesar de haber sido un concierto muy exitoso, al cierre de la presente crónica
transcurrió una información por la cual, aproximadamente la mitad de los integrantes de
la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación se encuentran cumpliendo el horario
reglamentario de 7 horas laborales diarias de lunes a viernes por una disposición
meramente burocrática como empleados del Senado Nacional. Algo completamente
absurdo, si se tiene en cuenta que se trata de músicos profesionales que han ganado sus
respectivos cargos por concurso y, además, son profesores en el Conservatorio o la
Universidad Nacional de las Artes (UNA). Son horas que se le restan al estudio y las
posibilidades de perfeccionamiento, lo cual no sólo resta mérito a la calidad del
organismo, sino que puede hacer que -a largo plazo- peligre su continuidad. Ojalá que
las autoridades del Senado recapaciten acerca del tema antes que sea demasiado tarde.
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