sábado, 2 de noviembre de 2024

 

UN MUY INTERESANTE ESTRENO ARGENTINO

 

Orquesta Sinfónica Nacional, temporada 2024: Concierto, Directora: Ligia Amadio. Programa: Obras de Lopszyc y Rachmaninoff. Centro Cultural Domingo  Faustino Sarmiento, Auditorio Nacional. 01 de Noviembre de 2024.

 

NUESTRA OPINION: BUENO.

 

 Este concierto ha tenido sumo valor ya que el centro del mismo y a su vez el punto más alto de la velada lo constituyó el estreno mundial de “Háblame de Dios… y el Almendro Floreció”  de Eva Lopszyc, acaso la más prolífica de las compositoras nacionales actuales. Escrita para cuerdas con un suave final de triángulo, nos muestra a una Lopszyc distinta, con un manejo muy fino de la tensión y la intensidad en el centro de su obra, como tal vez muy pocas veces se la ha apreciado en ese estilo.  Surgida de un episodio de la vida de San Francisco de Asis, aquel en que parado frente a un almendro en reiteradas oportunidades le pide que le hable de Dios, finalmente el florecer de ese árbol es lo que el almendro le corresponde a ese pedido. Una frase melódica citada en varios pasajes de la obra, al estilo de “La Pregunta sin Respuesta” de Charles Ives , arropada por pasajes de la ya citada intensidad musical y un calmo final en donde desde las entrañas mismas del conjunto de cuerdas surge un violinista, en este caso reemplazando al percusionista para graficar con un sutil toque de triángulo el florecer del almendro. La conducción de la Maestra Ligia Amadio (Acaso la conductora con mayor trayectoria y experiencia en esta parte de Sudamérica) fue impecable, demostrando su compromiso con la obra de esta gran creadora argentina y obteniendo por parte de las secciones de cuerdas de la sinfónica un rendimiento superlativo.

 

  El concierto se completó con una correcta versión de la sinfonía Nº 2, op.27 de Serguei Rachmaninoff, en donde deben rescatarse  las intervenciones decisivas de algunos sectores de la orquesta a lo largo de sus cuatro movimientos, fundamentalmente cuerdas y vientos los que respondieron en buena forma a las marcaciones de la maestra Amadio con lógico epicentro en el tercer tiempo en donde fluyó a pleno la belleza de la música.

 

  Un público que llamativamente no colmó las instalaciones del Auditorio Nacional como en otras ocasiones, batió palmas de manera sostenida al final de la obra mostrándose conforme con  la labor de la Directora y los músicos. Justamente estos últimos también la aplaudieron, demostrando su afinidad con los directores con los que el conjunto tiene plena empatía. Todo dicho.

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