sábado, 15 de noviembre de 2025

 


La Soprano So Young Park, el Maestro Emmanuel Siffert y la Sinfónica Nacional durante la interpretación de "Las Cuantro Ultimas Canciones" de Richard Strauss en el Auditorio Nacional del Palacio Libertad.Fotografía de la autora del Presente Comentario.



Gran desempeño de Emmanuel Siffert al frente de la Sinfónica en el Palacio Sarmiento


CONJUNCIÓN PERFECTA ENTRE SENSIBILIDAD ARTÍSTICA Y


CALIDAD INTERPRETATIVA


Martha CORA ELISEHT


Nacida en Pusan (Corea del Sur), So Young Park es una de las sopranos ligeras

del momento que ha tenido actuaciones de gran relevancia en diferentes escenarios de

su país y del mundo. Debutó como la Reina de la Noche en LA FLAUTA MÁGICA nada

más ni nada menos que en el Metropolitan Opera House de New York y realizó

numerosas giras por Estados Unidos cantando los principales roles de su cuerda: Julieta

(ROMEO Y JULIETA), Zerbinetta (ARIADNA EN NAXOS), Gilda (RIGOLETTO) y

Blondchen (EL RAPTO EN EL SERALLO). También participó en conciertos sinfónico-

corales bajo la dirección de Gustavo Dudamel y Esa- Pekka Salonen en Estados Unidos

y fue condecorada en su país de origen en 2024 con el Korea New Artist Award.

Con motivo de cumplirse 60 años de inmigración coreana en el país, la Asociación

Civil de Coreanos en Argentina decidió actuar como sponsor para que la soprano

pudiera presentarse y actuar junto a la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección de

Emmanuel Siffert, hecho que sucedió el pasado viernes 7 del corriente en el Auditorio

Nacional del Palacio Domingo F. Sarmiento dentro del ciclo de conciertos del

organismo, donde se interpretó el siguiente programa:

- “ESTAMPAS”- Pía SEBASTIANI (1925- 2015)

- Cuatro últimas canciones- Richard STRAUSS (1864-1949)

- “Macbeth”, Op.23- Richard STRAUSS (1864-1949)

Asimismo, el concierto contó con el auspicio de la Fundación Beethoven con

motivo de rendir un homenaje a la pianista, pedagoga y compositora argentina Pía

Sebastiani en el centenario de su nacimiento. Para ello, se decidió interpretar

ESTAMPAS, cuyo estreno se produjo en el Teatro Colón en 1946 por la Orquesta Estable

bajo la batuta de Erich Kleiber. Se trata de tres bocetos sinfónicos compuestos para gran

orquesta (Fiesta- Nocturno- Carnaval), donde se fusionan elementos de la música

académica europea con ritmos folklóricos argentinos. En el caso de Fiesta, predominan

el gato y la huella en un primer tema de carácter dinámico que alude al título, donde los

violoncellos desarrollan una muy buena cadencia en contrapunto con los metales. Luego

del solo de arpa, el tema principal adquiere un tempo más lento -en coincidencia con el

tutti orquestal- para que, posteriormente, las cuerdas y las maderas introduzcan un

segundo tema de carácter lírico. Seguidamente, se retoma el primer tema con un

desarrollo contrapuntístico brillante, donde Emmanuel Siffert demostró su maestría

mediante una perfecta marcación y dominio de tempi. En cambio, el Nocturno es un

triste en tono menor introducido por clarinetes y arpas seguido de los violines y violas

hasta la entrada del corno, que lleva la melodía. Los matices en cuerdas le dan esa

sensación de misterio en la oscuridad, acentuada por el oboe y un magnífico solo de

violoncello con ribetes de vidalita – magistral interpretación de Esdras Campos-. La


melodía se desvanece hacia el final. El último (Carnaval) se inicia con un glissando en

maderas y contrapunto en cuerdas de carácter festivo, impetuoso, con ribetes de ritmos

del norte argentino como el carnavalito o el taquirari hasta la introducción de un

segundo tema por el corno inglés, mucho más lento y romántico. Finalmente, se

recapitula sobre el primer tema in crescendo, impetuoso y dinámico seguido de una fuga

antes de un tutti orquestal brillante que cierra la obra. Permitió el completo lucimiento

de los músicos y fue intensamente aplaudida al final. Un placer poder apreciar esta

pieza y la labor de Pía Sebastiani como compositora, ya que quien escribe siempre la

escuchó y admiró como la eximia pianista que fue.

Seguidamente, So Young Park hizo su presentación sobre el escenario para

interpretar una muy buena versión de las Cuatro últimas canciones de Richard Strauss,

compuestas en 1948 cuando el músico alemán decide establecerse en Suiza luego de

finalizar la Segunda Guerra Mundial, con textos de Hermann Hesse en las tres primeras

(Frühling (Primavera), September (Septiembre), Beim Schlafhengen (Al irme a dormir)

y de Joseph von Eichendorff en la última (Im Abendrot /Al atardecer). Posee un

hermoso timbre y color vocales al igual que una buena línea de canto, pero costó mucho

poder apreciarla en las notas graves. Si bien Emmanuel Siffert acompañó perfectamente

a la soprano en cuanto al balance sonoro y los ajustes necesarios para permitir el

lucimiento de la voz -esta cronista observó que cantaba las letras junto con la solista-,

hubo momentos donde apenas se la escuchó, mientras que en otros se apreció mucho

vibrato. Sí se destacó por los matices y el buen gusto en materia de interpretación para

lograr ese carácter íntimo e introspectivo de la obra. La orquesta sonó magnífica, con

lucimiento de los principales solistas de las diferentes secciones de instrumentos, donde

se destacaron el concertino Daniel Robuschi y el flautista Guillermo Irusta, cuyos trinos

en la última (Im Abendrot) sonaron estupendos. El público coronó la labor de la

intérprete, el director y los músicos con numerosos aplausos.

MACBETH fue el primer poema sinfónico compuesto por Richard Strauss entre

1886 y 1888, luego de que el músico asistiera a una representación teatral de la obra de

William Shakespeare. Sin embargo, no tuvo la contundencia temática de otras obras de

este género de su autoría compuestas durante esa misma etapa tales como Don Juan,

Op.20 y Tod und Verklärung (Muerte y Transfiguración), Op.24. Por dicho motivo, lleva

el Op.23 de su producción y fue sometido a numerosas revisiones en cuanto a su

orquestación a fines de resaltar los temas principales y restringir las voces internas antes

de su estreno, sucedido en 1890 en Weimar. Escrito en forma de sonata, su duración

aproximada es de 21 minutos y la orquestación lleva cuerdas, 3 flautas (la 3° alterna con

piccolo), 2 oboes, corno inglés, 2 clarinete, clarinete bajo, 2 fagotes, contrafagot, 4

corno, 2 trompetas, trompeta baja, 3 trombones, tuba, bombo, timbales, caja, platillos y

gong. La apertura está a cargo de la trompeta baja, que introduce el tema de Macbeth

(Allegro un poco maestoso), de carácter fogoso y trágico, donde Siffert puso alma y

vida en la interpretación desde los primeros compases para continuar con el tema de

Lady Macbeth en La mayor, introducido por las maderas y seguido por las cuerdas. Un

sempre piú furioso describe el diálogo entre los cónyuges y su proyecto de matar al rey

Duncan seguido de un presto que anuncia el asesinato del rey en alternancia con el

leitmotiv del protagonista y su ambición de poder. Las fanfarrias a cargo de los metales

y los tutti orquestales sonaron perfectos, al igual que el tema de las alucinaciones

(moderato maestoso), muy bien desarrollado y atemperado, al igual que el furioso que


narra la locura del protagonista. Los matices sonoros fueron estupendos, al igual que la

impecable marcación por parte del director, logrando una versión de gran calidad. Los

solos de corno inglés y clarinete bajo anuncian el desenlace, donde la reexposición

deformada del tema de la locura aparece antes de la muerte del protagonista (un poco

allargando e molto tranquilo). Una obra que se representa en escasísimas ocasiones y

que una pudo disfrutar merced a la soberbia labor del director y los músicos, quienes se

retiraron sumamente aplaudidos y vitoreados tras finalizar el concierto.

Entre las múltiples virtudes que tienen los conciertos de la Sinfónica Nacional, la

versatilidad, el rescate y la incorporación de este tipo de obras al repertorio son las que

más se destacan. Fue un auténtico acierto incorporar Macbeth de Strauss y despertarla

de un largo letargo, al igual que rendir un justo y merecido homenaje a Pía Sebastiani

como compositora al cumplirse el centenario de su nacimiento. El sentido de

sensibilidad artística y la calidad interpretativa al frente del organismo por parte de

Emmanuel Siffert lo hicieron posible.

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