Logrado tributo mistraliano…
Por Jaime Torres Gómez
El tercer Programa Familiar de la actual temporada de la Sinfónica Nacional de
Chile (segundo en la Gran Sala Sinfónica Nacional) estuvo confiado a un tributo por
los 80 años de conferido el Premio Nobel de Literatura a Gabriela Mistral, la primera
mujer latinoamericana en recibirlo.
Cabe destacarse los exitosos programas familiares previos -en contenido y cobertura
de público-, el primero llevado a cabo en la antigua sede del Teatro de Universidad de
Chile y los siguientes en la actual sala de la decana sinfónica nacional.
Titulado “Gabriela. Tierra, Palabra, Silencio”, se trató de una orgánica propuesta
temática que evoca la vida y legado de la gran poetisa chilena, basada en una
narración y actuación de la actriz Claudia Cabezas, quien además trabajó en la idea
original de la misma, asimismo colaborando en el guion junto a Mariana Muñoz.
Sobre la curatoría musical, acertada la inclusión de variopintas piezas conforme el
requerimiento temático, hilvanándose un relato del todo conectado desde las
vivencias de infancia de Gabriela en el Valle del Elqui, su experiencia docente inicial,
sus ideales doctrinarios más su consagración como escritora universal.
Con inteligente criterio, se destaca haber contemplado, como inicio, la “Pavana de la
Bella Durmiente”, de “Mi Madre la Oca”, de Maurice Ravel (etapa de infancia),
continuando con la “Conga”, de la Suite Latinoamericana, de Luis Advis (etapa de
los viajes por Latinoamérica), luego un extracto de El Moldava, de Smetana
(recordando el Rio Elqui), buena parte de “La Bruja del Medio Día (Polednice)”, de
Dvorak (aludiendo a cierto esoterismo en la vida de la Mistral), la Marcha Fúnebre del
segundo movimiento de la “Sinfonía Eroica”, de Beethoven (aludiendo a la muerte
de Yin Yin), un estupendo arreglo de Guillermo Riffo de la canción “Si somos
Americanos”, de Rolando Alarcón (evocando el americanismo de Gabriela), el
segundo movimiento de la Sinfonía Pastoral, de Beethoven (recordando, en clave
retrospectiva, los bucólicos paisajes de su tierra natal) y El jardín de las hadas, de “Mi
Madre la Oca” (como inmortalización de la gran poetisa al estadio de las grandes
figuras de la intelectualidad mundial), esto último bien engarzado previamente con la
voz en off de la misma Gabriela.
Magnífico trabajo de actuación de Claudia Cabezas, logrando recrear con entera
naturalidad las distintas facetas de la historia y aporte de Gabriela Mistral, proveyendo
una narrativa de celebrada organicidad con la música, asimismo, un continuum de
permanente atención.
En cuanto a la preparación musical, del todo grato el debut en Chile del maestro
colombiano Jorge Mario Uribe González (actual titular de la prestigiosa Sinfónica de
Salta, Argentina), con un trabajo que denotó completo dominio de las obras, y
obteniendo un buen rendimiento de los sinfónicos nacionales.
Formidables versiones en las piezas de Ravel y especialmente en La Bruja del
Mediodía, al parecer debut en la Sinfónica (se recuerda sólo haberla presenciado con
la Filarmónica años atrás). Sin duda, una obra fabulosa con no menores exigencias
musicales, y que debiera ser ofrecida con más frecuencia. Asimismo, del todo
apreciable contar con más colaboraciones del maestro Uribe González, ante sus
buenas capacidades musicales y calidad de resultados.
Por último, sólo lamentar la poca llegada de público para una presentación a todas
luces consistente y transversal a una amplia diversidad generacional, en esta
oportunidad seguramente por la víspera del fin de semana largo, esperándose en lo
pronto una reposición de esta lograda propuesta temática no sólo en Santiago, sino
extendida a otras regiones.
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