lunes, 18 de noviembre de 2024

 Extraordinaria actuación de Teo Gertler con la Sinfónica Juvenil en el Sarmiento


UN PEQUEÑO GRAN VIRTUOSO


Martha CORA ELISEHT


Durante el transcurso de esta semana se llevó a cabo un encuentro de cultura

eslovaca en la Argentina dentro del marco de un convenio de cooperación entre ambos

países. No es casual que se haya elegido el 17 de Noviembre como fecha para

programar un concierto, ya que ese día se celebra la denominada Revolución de

Terciopelo en dicho país -un movimiento pacífico liderado por estudiantes y por el

dramaturgo Václav Havel en 1989- que terminó con la hegemonía del Partido

Comunista de Checoslovaquia tras 45 años de permanencia en el poder. Pese a la

represión policial en primera instancia, las manifestaciones se multiplicaron y se

desarrollaron en forma pacífica en Praga y Bratislava hasta que, finalmente, se produjo

la entrega del poder a fines de 1989, donde Havel asume la presidencia de la república.

Posteriormente, se disuelve la antigua Checoslovaquia en 1993 con la creación de

ambas repúblicas.

A 35 años de la mencionada revolución, se organizó un concierto en el Auditorio

Nacional del Palacio Domingo F. Sarmiento auspiciado por la Embajada de Eslovaquia

en la Argentina el pasado domingo 17 del corriente, con participación de la Orquesta

Sinfónica Nacional Juvenil “Libertador Gral. San Martín” dirigida por Mario Benzecry

y el violinista eslovaco Teo Gertler como solista para ofrecer el siguiente programa:

- Concierto en Re mayor para violín y orquesta, Op.77- Johannes BRAHMS

(1833-1897)

- Danzas sinfónicas, Op.64- Edvard GRIEG (1843-1907)

Previamente al inicio del concierto, el maestro Benzecry se presentó en el escenario

del Auditorio Nacional e invitó al Sr. Embajador de Eslovaquia en Argentina – Ratislav

Hindický-, quien agradeció al público su presencia y explico los acontecimientos

históricos transcurridos en su país natal hace 35 años atrás. Fue quien posibilitó la

presencia del solista, quien es un auténtico niño prodigio. A los 8 años obtuvo el

segundo premio en el 17° Concurso Internacional de Jóvenes Músicos Cascanueces en

Moscú y actuó con la Orquesta Académica de dicha ciudad. Posteriormente, ganó el 1°

premio del Concurso Internacional para Jóvenes Violinistas Lipinski- Wieniawski en

Polonia y el primer premio en el Concurso Internacional de Violín G. Ph. Telemann en

Poznan (Polonia). A partir de allí y con sólo 16 años ha desarrollado una carrera

meteórica que lo impulsó a actuar en los principales escenarios del mundo y

actualmente se perfecciona en el Instituto Liszt de Budapest.

Tras las palabras de agradecimiento y una breve reseña sobre las obras, Mario

Benzecry y Teo Gertler tomaron sus puestos sobre el escenario para ofrecer una

excepcional versión del mencionado concierto de Brahms, donde el solista demostró ser

un auténtico virtuoso del instrumento. Es un concierto que posee pasajes de gran

dificultad técnica en los tres movimientos que lo integran (Allegro non troppo/ Adagio/


Allegro giocoso, ma non troppo vivace). No sólo lo tocó de memoria, sino que su fraseo,

cascada, ejecución de trinos y cadencias fueron de calidad superlativa, logrando un

sonido prístino. El Auditorio Nacional no sólo estalló en aplausos y vítores, sino que,

además, se puso unánimemente de pie tras tan excelsa interpretación. Tal así fue, que

ofreció un bis junto a la orquesta: una transcripción para violín de Oblivion, de Astor

Piazzolla. Se retiró sumamente aplaudido tras la ejecución.

Para la segunda parte del concierto, la Sinfónica Nacional Juvenil brindó una

versión magistral de las Danzas Sinfónicas, Op.64 de Grieg, compuestas entre 1896 y

1897 sobre la recopilación de melodías y danzas folklóricas Ældre og nyere norske

Fjeldemelodier (Viejas y nuevas melodías folklóricas noruegas) realizada por el

compositor y organista Ludvig Mathias Lindeman (1812-1887) y cuyo orden es el

siguiente: Allegro moderato e marcato (Sol mayor, donde se aprecian influencias celtas

en ceilidgh); Allegretto grazioso (La mayor, en ritmo de springar); Allegro giocoso (Re

mayor, en ritmo de halling) y Andante/ Allegro risoluto en La menor. Si bien el sonido

fue muy compacto y brillante en general, se destacaron las solistas de oboe y teclado

(emulando al arpa) en la segunda, al igual que los trombones y la tuba en la última,

logrando una auténtica versión de fuste.

Debido a los recortes presupuestarios en materia de reforma del Estado propulsada

por el actual gobierno, uno de los integrantes de la Orquesta manifestó que no se están

abonando las becas correspondientes a muchos de los músicos desde hace varios meses

y decidieron hacer público su reclamo ante la falta de respuestas. Es una pena que los

fantasmas del pasado retornen una vez más o se pierda la continuidad de un organismo

que representa el sueño de todo músico joven y el semillero del cual se nutren las

principales orquestas sinfónicas de todo el país.

 

UNA MAGNIFICA NOCHE DE CONCIERTO

 

Teatro Colón, temporada 2024. Decimoctavo concierto de abono a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Fabio Mechetti. Solista: Michelle Wong (Corno Inglés). Programa: Obras de Sibelius, Donizetti y Bruckner. 16 de Noviembre de 2024.

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE.

 

  A punto de culminar el ciclo 2024 al que le resta un solo concierto, y con la noticia (para mi sorpresa y la de muchos) dé que a partir de la próxima temporada la Directora de Orquesta griega Zoe Zeniodi será la nueva titular del organismo, la Filarmónica de Buenos Aires contó con la grata presencia de unos de los mejores Directores de Orquesta del Brasil, Fabio Mechetti, quién nos causó inmejorable impresión desde su primera visita con la Filarmónica de Minas Gerais (de la que es su titular) hace algunos años atrás y para el Mozarteum Argentino.  Se desarrolló un programa en cuya primera parte se puso el foco en dos obras de carácter introspectiva la primera y camarística la segunda, para luego pasar a una parte final con una página de imponente presencia.

 

  Con la participación solista de Michelle Wong en corno inglés (titular de ese instrumento en la Orquesta), se ofrecieron en la primera parte una interesantísima versión de “El Cisne de Tuonela” que integra el ciclo “Las Leyendas de Lemminkäinen” del op. 22 de Jean Sibelius. Obra de su etapa nacionalista, sumamente descriptiva, oscura y de fuerte connotación dramática, en la que el Corno Inglés con su timbre de alta melancolía tiene un rol fundamental en la página. Mechetti tomó la muy acertada decisión de hacer participar a Wong como solista desde el vamos y esta notable intérprete se floreó en el escenario con exquisito y transparente sonido, revelándose portadora de una sólida técnica. Sus compañeros, con Xavier Inchausti a la cabeza, respondieron de modo impecable a las indicaciones del maestro Mechetti, alcanzando de este modo una versión de excelente nivel, para una página que no se apreciaba desde hacía mucho tiempo. Esta parte culminó con una muy buena versión del Concertino para Corno Inglés en Sol mayor de Gaetano Donizetti, obra de juventud del gran operista italiano, quien al igual que Bellini compuso esta obra de cámara para este infrecuente instrumento solista. Wong descolló en la interpretación, haciendo aún más visibles sus cualidades y redondeando una perfecta labor. Ante los sostenidos aplausos del público y la indicación del Concertino Inchausti y del resto de sus compañeros en el escenario, la solista con la participación de su hermano en el órgano situado en el palco avant scene, retribuyó   con una muy sentida versión para Corno Inglés y Organo del “Ave Verum Corpus” de Mozart que cautivó a todos los que estábamos presentes en la sala.

.

  Ya en la segunda parte se ofreció una extraordinaria versión de la la Sinfonía Nº 4 Wab 104 “Romántica” de Anton Bruckner. En ocasión del anuncio en Febrero pasado de la presente temporada, se dijo que se hacía como un homenaje al compositor austríaco en el bicentenario de su nacimiento. Siendo que esta sinfonía es la más transitada de la producción de Bruckner, y que como consecuencia de ello también fue la más frecuentada por el anterior titular de la Orquesta, consideré que se trataba de algo muy insuficiente dada la importancia que tomaron sus trabajos posteriores. Debo reconocer mi error, en manos de Mechetti, la “Romántica” fue objeto de una formidable interpretación, digna de este acontecimiento.

 

   Esta obra fue, sin dudas, el primer triunfo serio del compositor de Ansfelden, quien venía de un serio fracaso con el estreno de su sinfonía Nº 3, más allá de que Richard Wagner optó por ella para recibir la dedicatoria del compositor. Solo alumnos suyos del conservatorio, con Mahler y Wolf a la cabeza, vieron los méritos de la partitura y sostuvieron anímicamente a Bruckner. El contraste no pudo ser más ostensible. Aun cuando su inseguridad le llevaba a revisar una y otra vez sus trabajos, la “Romántica” fue aclamada por el público vienes. Tal fue su sorpresa que al ser llamado por el célebre director Hans Richter al escenario para recibir los aplausos del público,  Bruckner atinó a ponerle en la mano un talero (moneda austríaca vigente en aquel momento) para que Richter bebiera una cerveza a su salud. El director hizo todo lo contrario, transformando a la moneda en parte de un llavero que siempre guardó como recuerdo.

 

  La versión de la Filarmónica lo tuvo todo, empaste, estupendo sonido, brillantes respuestas de todos sus sectores, dinámicas bien manejadas con tempi ajustadísimo en todo momento. Pequeñas imprecisiones de los cornos en nada empañan el resultado final  con la consecuente aclamación del público. Una gran versión  y un Director al que me gustaría verlo más seguido en el podio de la Filarmónica.

 

Donato Decina

 Excepcional desempeño del Coro Polifónico Nacional en el Palacio Sarmiento


EL ALMA Y EL NACIONALISMO MUSICAL CHECO DIJERON


PRESENTE


Martha CORA ELISEHT


Una de las mejores cualidades que posee el Coro Polifónico Nacional es su

enorme versatilidad para abarcar todo tipo de repertorio y en diferentes idiomas. Con

motivo de cumplirse el bicentenario del nacimiento de Bedřich Smetana (1824-1884),

el 120° aniversario del fallecimiento de Antonin Dvořak (1841-1904) y el

sesquicentenario del nacimiento de Leoś Janaček (1854-1928), la mencionada

agrupación decidió homenajear a estos grandes compositores con un concierto temático

denominado “LA MÚSICA DEL ALMA CHECA” que tuvo lugar el pasado viernes 15

del corriente en el Auditorio Nacional del Palacio Domingo Faustino Sarmiento bajo la

dirección de Ricardo González Dorrego y la participación de los siguientes artistas:

Maico Hsiao (tenor), Lucrecia Jancsa (arpa) y Claudio Santoro (piano y órgano). La

supervisión idiomática estuvo a cargo de Igor Herzog.

El programa estuvo compuesto por las siguientes obras:

- V Přirodé (En la Naturaleza) para coro a cappella, Op.63- Antonin DVOŘAK

1. Napadly pisnĕ v duśi mou (Cayeron canciones)

2. Večerni les rozvázal zvonsky (El bosque vespertino desató a las

campanillas)

3. Žitné pole (Campo de centeno)

4. Vybĕhla břiza bĕličká (Salió el abedul blanquecino)

5. Dnes do skoku a do pisničky (Hoy, a cantar y a bailar)

- Seis cantos moravos para coro y piano- Antonin DVOŘAK (arreglo de Leoś

JANÁČEK)

1. Dyby byla kosa nabrośena (Si mi guadaña estuviera afilada)

2. Slavikovský polečko malý (Pequeño campo de los Slavik)

3. Holub na javoře (La paloma sobre el arce)

4. V dobrým sme se seśli (En las buenas nos juntamos)

5. Śipek (Rosa mosqueta)

6. Zelenaj se, zelenaj (Reverdece, reverdece)

- Dos coros a capella- Leoś JANÁČEK

1. Kačena divoká (Una pata salvaje)

2. Naśe piseň (Nuestra canción)

- Otčenaś (Padre Nuestro) para tenor solista, coro arpa y órgano- Leoś

JANÁČEK


Era la primera vez que el Polifónico abarcó un programa cantado íntegramente en

este idioma y que esta cronista pudo apreciar la labor de Ricardo González Dorrego

como director. Una siempre lo apreció como tenor de cámara experto en el repertorio

religioso y sorprendió muy gratamente dirigiendo a sus compañeros de coro mediante

una marcación precisa de las entradas en todas las obras comprendidas en el programa.

El ciclo de canciones V Přirodé (En la Naturaleza), op.63 fue compuesto en 1882 para

coro a cappella y consta de 5 melodías folklóricas basadas en los recursos naturales

típicos de dicho país, cantada en canon a 4 voces. Tras los aplausos, mientras Claudio

Santoro se acomodaba tomando su lugar en el piano, González Dorrego se dirigió al

público para agradecer su presencia y brindar explicaciones sobre las obras con una

breve reseña sobre el nacionalismo popular checo, del cual Smetana, Dvořak y Janáček

fueron sus principales representantes. Se incluyó y se rescató la obra coral de estos dos

últimos compositores -muy poco difundida en el medio local- en su idioma original. La

supervisión idiomática a cargo de Igor Herzog fue muy buena, al igual que el

desempeño del coro en los Seis cantos moravos para coro y piano -arreglo de Janáček

sobre los Dúos moravos, Op.20 de Dvořak, compuestos en 1875-. Se trata de un ciclo de

6 melodías folclóricas de dicha región, que hoy forma parte de la República Checa y

que poseen un carácter alegre y jovial, haciendo alusión a la naturaleza (precisamente,

Janáček era oriundo de Moravia) mediante una bellísima línea melódica. El

acompañamiento de Santoro fue de gran calidad y valió un nuevo aplauso a todos los

intérpretes.

Seguidamente, se interpretaron los Dos Coros a cappella de Leoś Janáček, integrado

por dos melodías: Una pata salvaje (1885) y Nuestra canción (1890). Ambas son muy

bellas en cuanto a su lirismo y profundidad sonora, pero la última es de carácter

netamente patriótico. En aquella época, el territorio checo formaba parte del Imperio

Austro Húngaro y se imponían tanto la lengua como las costumbres centroeuropeas. Por

lo tanto, el estudio de la fonética del idioma checo y del folklore local influyeron en que

este compositor lograra un estilo propio y se convirtiera en representante del

nacionalismo musical. El coro estuvo muy bien preparado y recibió numerosos aplausos

tras su interpretación.

Por último, Lucrecia Jancsa, Maico Hsiao y Claudio Santoro tomaron sus puestos

sobre el escenario para cerrar el concierto con la cantata Otčenaś (Padre Nuestro),

compuesta originalmente en 1901 para piano, armonio, tenor solista y coro como

música incidental para un tableaux vivant (grupo de actores) en moravo. Pese a que es

una melodía ricamente elaborada y de una belleza singular, no fue bien recibida al

principio. Posteriormente, Janáček reemplazó al piano por órgano y al armonio por el

arpa en 1906 y es la versión que se representa en la actualidad. Posee 5 secciones:

Andante (Padre Nuestro) en La bemol mayor/ Moderato (Hágase tu voluntad) en Re

bemol menor/ Andante con moto (El pan nuestro de cada día) en Mi bemol mayor/

Adagio (Perdona nuestras ofensas- deudas) en La bemol mayor/ Enérgico moderato (Y

no nos dejes caer en la tentación), Mi bemol menor. Su duración aproximada es de 15

minutos. La apertura del Andante inicial a cargo del arpa y el órgano da paso a un canon

por parte de los barítonos, bajos y mezzosopranos, seguido por los tenores y las

sopranos hasta que el coro canta al unísono. En el moderato, el tenor se luce con una

bellísima aria luego del glissando del arpa -muy buena labor de Maico Hsiao, Lucrecia

Jancsa y Claudio Santoro-. El coro se lució en el andante con moto y en el Adagio,


mientras que el tenor interviene en el movimiento final hasta la entrada del coro a 4

voces en el Amén que cierra la obra. La versión fue magnífica y de gran calidad, motivo

por el cual y, tras los numerosos aplausos y vítores, Ricardo González Dorrego ofreció

otra pieza como bis: Coro Festivo, de Janáček, que también sonó magistralmente.

Es una pena que este repertorio no se ofrezca más a menudo, ya que posee obras

hermosas y sumamente interesantes. De hecho, hace prácticamente más de 40 años que

la Misa Glagolítica de Janáček no se representa en el Colón. Gracias a la supervisión

idiomática y a este primer paso, se pudo apreciar por primera vez en la historia del Coro

Polifónico Nacional un repertorio realizado íntegramente en su lengua original, donde

tanto el alma como el nacionalismo musical checo dijeron presente.

 Excelente apertura del Festival CHOPINIANA 2024 en el Palacio Paz


LUCES Y SOMBRAS DE UN PIANISTA EXIMIO


Martha CORA ELISEHT


Como todos los años, el Palacio Paz abrió sus puertas una vez más para ser sede

del Festival CHOPINIANA 2024, cuyo concierto inaugural se produjo el pasado

miércoles 13 del corriente. Para este año, el prestigioso festival organizado por Martha

Noguera va a contar con la presencia de numerosos intérpretes extranjeros de

reconocido prestigio como Giulio Biddau (Italia), Vitaly Pisarenko (Ucrania), Ingolf

Wunder (Suiza), Lovro Pogorelich y Goran Filipec (Croacia). Precisamente, este último

tuvo a su cargo la inauguración del presente ciclo con un recital donde se incluyeron las

siguientes obras:

- Canciones sin palabras, Op.5- Dora PEJACSEVICH (1885-1923)

- Preludio Op.28, n°17 en La bemol mayor

- Balada n°3, Op.47 en La bemol mayor

- Preludio Op.28 n°18 en Fa menor

- Fantasía Op.49 en Fa menor- Frederic CHOPIN (1810-1849)

- Balada n°2 “Leonore”

- Vals Mephisto n°1

- Tarantella di bravura (sobre la Tarantelle de la Muette de Portici de Auber,

preparada sobre anotaciones de Ferrucio Busoni)- Franz LISZT (1811-1886)


Entre otros invitados, asistieron la Secretaria de la Embajada de Croacia en la

Argentina, el Presidente de la Cámara de Industria y Comercio Argentino- Croata y el

sobrino nieto de la compositora Dora Pejacsevich, cuya Sinfonía en Fa sostenido menor

está considerada como la primera sinfonía moderna de la música croata. Nacida en

Budapest en 1885, pertenecía a una familia aristocrática croata y recibió educación

musical desde temprana edad. Comenzó a componer a los 12 años y su obra no sólo

comprende piezas para piano, sino también música de cámara, numerosos ciclos de

lieder, un concierto para piano y orquesta, la mencionada sinfonía y la Fantasía

concertante en Re menor para piano y orquesta. La pieza con la que se abrió el presente

recital data de 1898 y es de carácter netamente romántico, que fue abordada con

precisión y lirismo.

Con excepción de la célebre Balada n°3. Op.47 en La bemol mayor, Goran Filipec

abordó un repertorio mucho menos conocido y frecuentado de la extensa obra pianística

de Chopin, que ejecutó de manera netamente precisa, romántica pero, a su vez, marcial.

Esto se apreció en los pasajes de mayor dificultad técnica de los Preludios Op.28 n°17

en La bemol mayor (Allegretto) y n°18 en Fa menor (Allegro molto), compuestos entre

1838 y 1839 mientras residía en la localidad mallorquina de Valldemosa y publicados en

París en 1839. Lo mismo sucedió con la Fantasía en Fa menor Op.49, compuesta en

1842, de carácter romántico y revolucionario. El inconveniente que sucedió durante


todo el concierto -a modo de común denominador- es que se produjo una gran

reverberación en los pasajes de mayor intensidad sonora (Tutti y forti) como

consecuencia del revestimiento de mármol de la sala. Lamentablemente, esto opacó la

tarea de este gran pianista cuya técnica, dominio del teclado e interpretación fueron de

altísimo nivel.

Par la segunda parte del concierto, Filipec eligió 3 obras de Liszt: la Balada n°2

(“Lenore”), que data de 1853; el Mephisto Valse n°1 y la Tarantella di bravura, basada

sobre la Tarantella de la Muette de Portici de Auber y preparada según anotaciones de

Ferrucio Busoni, que se encuentran disponibles en la Staatsbibliothek de Berlín. El

intérprete brilló por la calidad de sus interpretaciones, logrando una versión excelsa de

la Balada n°2 y, particularmente, del Vals Mephisto n°1, compuesto originalmente para

orquesta y luego, para piano solo entre 1859 y 1861. Es el primero de una serie de 4

valses temáticos basados en el Fausto de Nikolaus Lenau (1802-1850), denominado en

alemán Der Tanz in der Dorfschenke y que alude a la escena en la taberna del pueblo

donde se celebra una boda y a donde llegan Fausto y Mefistófeles. El diablo toma el

violín de un juglar, lo afina y toca una melodía frenética. Luego, se ralentiza y entra un

tema romántico y amoroso, donde Fausto aprovecha la situación para bailar con la

novia y posteriormente, huir con ella hacia el bosque. La versión ofrecida por Goran

Filipec fue excelsa desde todo punto de vista, al igual que la Tarantella di bravura

S.386, compuesta entre 1846 y 1869, que sonó magistralmente itálica. Tras un aluvión

de aplausos y vítores, el pianista ofreció dos bises: la repetición de Canciones sin

palabras de Pejacsevich y el Vals n°2, Op.64 de Chopin, que sonó auténticamente

romántico y donde se lució en toda su dimensión.

Ha sido un excelente inicio de un clásico que engalana la temporada porteña y que

brinda la oportunidad de poder disfrutar de escuchar y apreciar a numerosos talentos del

piano a nivel local e internacional.

viernes, 15 de noviembre de 2024

 


Escena de Conjunto de "Orfeo en los Infiernos" que subió por primera vez al escenario del Teatro Colón  y que no se representaba desde hace 117 años en Buenos Aires. Créditos: Prensa Teatro Colón, Fotografía del Mtro. Arnaldo Colombaroli.


ORFEO EN LOS INFIERNOS


El Teatro Colon acaba de presentar, en calidad de estreno para

su sala, Orfeo en los infiernos, opereta en cuatro actos con

música de Jacques Offenbach y libreto de Hector Crimieux y

Ludovic Halevy. La obra data del año 1858 pero fue ampliada y

revisada en 1874.

La versión presentada por el Colon fue bien recibida por el

público en general a pesar de no ser en realidad, la obra pensada

y escrita originalmente por Offenbach y sus libretistas.

En efecto, faltaron escenas y los diálogos no son los originales de

la obra.

Para dar un ejemplo, y solo del primer acto, este comienza con

Coro de pastores y escena del consejo municipal, que no se

representó; seguido por el “Monologo de La Opinion Pública”

que no es el original del libreto, y finaliza con Orfeo

despidiéndose de sus pupilos representados por un coro de

niños, que tampoco se vio. Si a esto agregamos, entre otras

“licencias”, lo del “Virrey de la Argentina” y las referencias a

remedios e insecticidas desconocidos a mediados del siglo XIX,

podemos decir que lo que se vio en el Colon se trató de una

versión libre de la opereta de Offenbach de la que solo se

utilizaron algunos números musicales.

En cuanto a la puesta, el cambio de ambientación, el

amaneramiento de algunos personajes, el travestir dioses y

bailarines podrá ser muy actual y divertido, pero lejos está de la

esencia de la obra.

Ambos elencos fueron muy parejos y cumplieron con buen

desempeño un trabajo en equipo, sin que nadie en particular

sobresalga del conjunto.


Buen desempeño de la Orquesta Estable dirigida por Christian

Baldini.

Conclusión: el público pudo haberse divertido pero no conoció la

obra original de Offembach, Crimeux y Halevy Orfeo en los

infiernos.


                                                                                        Roberto Falcone


 


Momentos culminantes de "Orfeo en los Infiernos" en el Teatro Colón. Créditos: Prensa Teatro Colón, Fotografía del Mtro. Arnaldo Colombaroli.


de "Orfeo en los Infiernos" en el Teatro Colón

Una versión divertida

Teatro Colón


Domingo 10 de noviembre de 2024

Escribe: Graciela Morgenstern

Fotos: Arnaldo Colombaroli

Sala: Teatro Colón


"Orfeo en los infiernos", de Jacques Offenbach

Libreto: Hector Crémieux y Ludovic Halévy.

Elenco: Carlos Natale, Mercedes Arcuri, Santiago Martínez, Eugenia Fuente, Ricardo Seguel ,

Víctor Torres, María Castillo de Lima, Daniela Prado, María Savastano, Paula Almerares, Iván

García, Iván Maier, Cristian Taleb, Fabián Minelli

Coro Estable del Teatro Colón. Director: Miguel Martínez

Orquesta Estable del Teatro Colón

Diálogo y versificación: Gonzalo Demaría

Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez.

Vestuario: María Emilia Tambutti.

Iluminación: Verónica Alcoba.

Diseño de video: Matías Otálora.

Coreografía: Carlos Trunsky

Dirección de escena: Pablo Maritano

Dirección Musical: Christian Baldini


La opereta "Orfeo en los infiernos", de Jacques Offenbach con libreto de Crémieux y

Halévy, subió a escena por primera vez, en el Teatro Colón. Originalmente compuesta en

dos actos, surgió en 1858, como una sátira irreverente al gusto popular por la mitología

griega, específicamente a la historia de "Orfeo y Euridice", y también como una crítica a la

política de Napoleón III. Luego, en 1874, la obra fue revisada y ampliada.

El título fue muy bienvenido. En primer lugar porque porque si bien se la pudo ver en

Buenos Aires en 1866 y luego en 1904 y 1907, nunca había subido a escena en el Tatro

Colón. En segundo término, porque marca una diferencia del repertorio remanido que se

viene programando en las últimas temporadas, escasas en calidad y en creatividad

programática.


La versión actual tuvo sus altos y sus bajos. En el aspecto visual, se puede decir que la

versión contó con la aprobación de la mayoría del público por su comicidad y dinamismo.

Por otra parte, fue cantada en francés, mientras que los diálogos fueron en español,

producto del trabajo de Gonzalo Demaría, quien alteró parte de los textos, con la

incongruencia que eso implicó en algunos momentos.

La escenografía de Gonzalo Córdoba Estévez fue de notable belleza, realzada por el

también sumamente agradable vestuario diseñado por María Emilia Tambutti, las

proyecciones, a cargo de Matías Otálora y el inteligente diseño de luces de Verónica

Alcoba.

También hay que destacar la coreografía de Carlos Trunsky, muy bien ejecutada por lo

integrantes del cuerpo de baile que actuaron en la función. Tal vez la puesta mostró una

excesiva cantidad de escenas bailadas por los solistas intervinientes.

Pablo Maritano fue el responsable de todo esto y si bien incluyó muchas escenas

humorísticas, no se mantuvo fiel a la obra original. El hecho de hacer cantar a los solistas

dentro de una caja en el primer acto que hacía de habitación de Orfeo y Euridice hizo

que las voces resultaran inaudibles por momentos. Pero el público, profundo

desconocedor de la obra original, celebró la puesta en escena.

En cuanto a los numerosos personajes que incluye la obra, el cuadro de solistas fue

homogéneo en su rendimiento vocal y actoral. Cabe destacar sin embargo las

actuaciones de María Castillo de Lima, con singular belleza en su línea de canto, Carlos

Natale, eficaz en su personaje de Orfeo, así como también Paula Almerares y Víctor

Torres, con roles demasiado exiguos para dos cantantes de fuste. Todos actuaron con

desenvoltura escénica. .

El Coro Estable, bajo las órdenes de Miguel Martínez se desempeñó con solvencia, tal

como lo viene haciendo a lo largo de toda la temporada..  

. Christian Baldini dirigió a la Orquesta Estable de manera satisfactoria, dando fluidez y

dinamismo a la partitura.

Fue muy positivo que el Teatro Colón haya salido de la reiteración de títulos y haya

presentado esta obra.

Indudablemente, a pesar de los reparos, el público aprobó la versión y se retiró de la sala

divertido y satisfecho.


CALIFICACION: BUENA

domingo, 10 de noviembre de 2024

 

UNA MAGNIFICA TRAVESIA DE LAS SOMBRAS A LA LUZ

 

Teatro Colón, temporada 2024. Decimoséptimo concierto de abono a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Director: Elías Grandy. Solistas: Claudio Barile (Flauta),  Ensamble Vocal Cámara XXI, Director: Miguel Pesce. Programa: Obras de Brahms, Liebermann y Scriabin. 09 de Noviembre de 2024.

 

NUESTRA OPINON: MUY BUENO.

 

  En uno de los programas mejor estructurados de la presente temporada  la Filarmónica lució bajo la guía del Mtro. Elías Grandy. Dos obras de Brahms con tintes espectrales, de muerte y recordación, pasando por una suerte de transición como puede serlo el Concierto para Flauta y Orquesta de Lowell Liebermann  y llegar así al “Poema del Extasis” de Alexander Scriabin, plena de luminosidad. Como puede apreciarse,  una progresión interesantísima a través de la música, en donde la Orquesta brindó magníficas respuestas en todos sus sectores, con un solista excelso y una muy buena agrupación coral que sabe distinguirse en cada presentación en la que el Teatro Colón la requiere.

 

    La primera parte consagrada a Brahms nos trajo a la sala dos obras muy poco frecuentadas en Ntro. medio musical y en donde no quiero arriesgar cuanto hace que no se las presentaba en el Colón, ya que el tiempo ausente de alguna de ellas en los atriles puede ser extensísimo. El “Canto de las Parcas”, pasaje del “Ifigenia en Tauride” de Goethe, dio inicio al concierto y el Ensamble Vocal Cámara XXI, bajo la guía de Miguel Pesce  tuvo a su cargo la parte vocal. Obra cargada de tensión dramática, narrativa, tuvo en el trabajo de conjunto un crecimiento a lo largo de la interpretación. De unos muy pequeños desacoples al inicio, la versión se fue afianzando hasta llegar plena en el estilo “Brahmsiano”. El Maestro Grandy logró un pleno empaste entre Orquesta y Coro  demostrando un pleno conocimiento del estilo. Este comienzo sirvió para que luego emerja “Nanie”, basada en el poema de Friederich Schiller y dedicada al pintor Anselm Feuerbach, que evoca la belleza plasmada y el sentimiento que genera la partida. Aquí sí puedo decir  que la versión fue sólida, de muy alto vuelo y que generó por ello la  sentida primera ovación de la noche. El Coro, excelentemente preparado por  Pesce, tuvo una decisiva y muy buena participación, redondeando una buena presentación en la sala del Colón.

 

  En el comienzo de la segunda parte el público disfrutó del estreno del Concierto para Flauta y Orquesta de Lowell Liebermann, compositor y Director de Orquesta Norteamericano nacido en 1961. Su construcción está dentro de los moldes clásicos. Tres movimientos, vibrantes los de “punta” y una extensa y muy sentida sección central. En los de “punta”, surgen llamativamente influencias de compositores rusos. Se encuentran pasajes en los cuales es innegable el estilo tanto de Prokofieff como  el de Shostakovich. En cambio el movimiento central nos revela una escritura absolutamente personal y aquí Barile descolló una vez más en la interpretación dado su bellísimo sonido y dominio de la técnica. Grandy y la Orquesta acompañaron de modo impecable. Es una obra que debería frecuentarse más seguido. Dados los insistentes llamados del público, Barile retribuyó con dos bises, sobresaliendo un Andante de Bach acompañado al piano por el gran Maestro y Director de Orquesta Javier Más.

 Y finalmente el “Poema del Extasis” de Scriabin en una versión sumamente ajustada, brillante y plena de color y sonido. Un muy buen trabajo del Maestro Grandy con una Orquesta que respondió de modo pleno a cada una de sus indicaciones para que el público les retribuyera con una ovación justiciera dada la entrega expuesta en el escenario.  

   

 

Donato Decina

sábado, 9 de noviembre de 2024

 


Otra instancia del Concierto de Cierre de la Temporada 2024 del Mozarteum Argentino. Fotografía de la Sra. Liliana Morsia para la entidad organizadora.


Espléndido cierre de temporada de Mozarteum Argentino


"El Mesías" en el Colón


Teatro Colón

Lunes 4 de noviembre de 2024 

Escribe: Graciela Morgenstern

Fotos:  LilianaMorsia


 

“El Mesías”, de Georg Friedrich Händel

Intérpretes: Verónica Cangemi (soprano)

Marie-HenrietteReinhold (mezzosoprano)

Benedik Kristjánsson (tenor)

Tobias Berndt (bajo)

Coro de la InternationaleBachakademie de Stuttgart

GaechingerCantorey

Orquesta de la InternationaleBachakademie de Stuttgart

Director:Hans-ChristophRademann


Mozarteum Argentino cerró su temporada 2024 con una muy buena versión de “El

Mesías”, oratorio en tres partes, HWV 56, con textos de Charles Jennens, y música

deGeorg Friedrich Haendel. La versión presentada fue fiel a la original, estrenada en

Dublin, en 1742.La obra provoca el sentimiento de la música comobálsamo infalible

para la paz y la reconciliación.

Veinte coreutas integraron la GaechingerCantorey y fueron estrellas indudables de la

velada. El público pudo disfrutar de su elegancia y equilibrio, con páginas espléndidas

como “For unto us a Childisborn”, con sonido máscamarístico que monumental, en una

versión sumamente efectiva. Se caracterizó por la claridad en las secciones, sonido

envolvente y riqueza cromática. Fueron los grandes ovacionados de la noche.

Los cuatro solistas se destacaron por su experiencia y su arte.El tenor

islandésBenediktKristjánssonexhibió un registro terso y canto rico en matices, que

usados con inteligencia, le permitieron transmitir el mensaje de su parte de manera

comunicativa.

La soprano Verónica Cangemi tuvo un desempeño bueno, tanto en lo técnico

como en lo estilístico, encarando su parte con un toque dramático.

Muy convincente resultó el bajo TobiasBerndt. Eleganteen el fraseo, con solidez vocal

y precisión en las agilidades, realizó una muy buena versión de su difícil aria

“Thetrumpetshallsound”.

La mezzosoprano Marie HenrietteReinhold desplegó belleza tímbrica y canto

seguro. Aunque su voz no es muy caudalosa, cantó de manera interesante y

atractiva, haciendo buen uso de su instrumento vocal.


El director Hans-ChristophRademannobtuvo resultados sobresalientes de los 22

músicos de la Orquesta de la InternationaleBachakademie de Stuttgart, profesores

irreprochables que se destacaron en el colorido de las líneas melódicas, con un

entendimiento entre violines y violas, que se hizo audible en su vitalidad y un

formidable despliegue de claroscuros en el fraseo.

Entusiastas ovaciones coronaron las virtudes de los intérpretes, constituyendo así un

muy buen cierre de temporada para Mozarteum Argentino que a lo largo de toda la

temporada, hizo visible su apuesta a la calidad

CALIFICACION: MUY BUENO

jueves, 7 de noviembre de 2024

 



Los protagonistas de una velada excelsa: La Gaechinger Cantorey, los Solistas vocales y el Maestro Hans-Christoph Rademann  para una inolvidable versión de "El Mesías" de Häendel. Fotografía de la Sra. Liliana Morsia para el Mozarteum Argentino.




 

FIESTA MUSICAL

 

Mozarteun Argentino, Temporada 2024. Concierto de cierre. Actuación de la Gaechinger Cantorey, dependiente de la Internationale Bachakademie de Sttutgart, Director: Hans –Christoph Rademann. Solistas: Verónica Cangemi (soprano), Marie Henriette Reinhold (Contralto I), Jonathan Mayenschein (Contralto II), Benedikt Kristjansson (Tenor), Tobias Brendt (Bajo). Programa: Georg Friederich Häendel: “El Mesías” (Versión de 1742 para Dublin). Teatro Colón, 04 de Noviembre de 2024.

 

 

NUESTRA OPINION: EXCELENTE

 

  En estos tiempos difíciles, en donde gestionar y programar música con contenidos y artistas de nivel internacional puede ser sumamente complicado, el Mozarteum Argentino ratifica una vez más el porqué de su prestigio, cumpliendo con una programación de excelencia a lo largo de toda la temporada, a la que como broche de oro la culmina con una manifestación superlativa y, además, ya anticipa los contenidos de la próxima indicando que recupera un concierto más en el abono del año venidero.

 

  La relación  entre la Internationale Bachakademie de Sttutgart a través de su conjunto vocal y orquestal, la Gaechinger Cantorey,  y el público argentino, data de más de cuatro décadas desde que de la mano de la desaparecida “Festivales Musicales de Buenos Aires” comenzó a presentarse en sitios como el Teatro Colón y el Auditorio de Belgrano. En aquellos tiempos de la mano de su fundador, el admirado maestro Helmut Rilling, conjunto y director comienzan a revelar en los auditorios argentinos a Bach y sus contemporáneos de la manera más aproximada a la época, aunque con instrumentos de la orquesta moderna, tal como lo hacía otro gran maestro venerado por el público argentino: Michel Corboz y ambos se constituyeron en faro del gran interprete y Director Artístico de la desaparecida institución: el inolvidable Mario Videla. Retirado el Maestro Rilling,  los directivos de la institución confiaron en el maestro Hans-Christoph Rademann, dueño de valiosos y profusos antecedentes artísticos, los destinos musicales de la misma y este gran músico renovó por completo los criterios interpretativos retornando a los orígenes, es decir, revisionismo histórico e interpretación con instrumentos a la usanza de la época, al punto tal  que logró hacerse de réplicas tanto de un órgano de cámara como de un cémbalo, por lo que puede decirse que estamos en presencia de un conjunto instrumental absolutamente fiel al estilo barroco, tal como en la época en que los compositores concibieron sus obras. Desde la anterior visita, es el Mozarteum Argentino quien ha convocado a estos grandes intérpretes sumando así otro hito más a sus grandes realizaciones.

 

  En esta ocasión se ha elegido una obra verdaderamente imponente como lo es “El Mesías” de Gerog Friederich Häendel en la versión original de su estreno en 1742. Entiendo que se trató de una de las pocas veces (por no decir la primera) que en nuestro medio se la pudo apreciar lo más fiel posible al original del compositor, con un orgánico coral de veinte voces a razón de cinco por cada cuerda y otro instrumental de 22 músicos. La obra se divide en tres partes, tuvo libreto de Charles Jennens sobre la base de pasajes del antiguo y nuevo testamento, lamentaciones, revelaciones, de las cartas a los hebreos, romanos y corintios y también de salmos. La primera parte está dedicada al advenimiento, la segunda a su pasión, muerte y resurrección y la tercera a la promesa de la vida eterna. El coro es protagonista fundamental, subrayando la narración tras cada intervención de los solistas. Son estos últimos quienes inician los pasajes contando la historia. Hay momentos reflexivos, otros de mayor intensidad  y pasajes de jubiloso brillo en donde, por supuesto, se destaca el “Hallelujah”, fragmento que ha trascendido a toda la obra en si misma.

 

  La concepción del Maestro Rademann es formidable. Precisión en los detalles, ataques certeros, sostuvo en todo momento la tensión. Jamás hubo baches. Extrajo del conjunto instrumental lo mejor de cada uno de sus integrantes y en cuanto al conjunto vocal le extrajo una limpia y magnífica emisión, total empaste y seguridad en cada intervención. De esta manera pudo apreciarse una estupenda amalgama sonora dado el equilibrio entre sonido del coro y el conjunto instrumental. Los tempi elegidos por Rademann fueron en todo momento acertados.

 

  Un detalle no menor es el de la elección de los solistas vocales y aquí  una vez másfu, a mi entender, insuperable. Desde el sobrado oficio de Verónica Cangemi en “su” repertorio, pasando por las revelaciones como la Contralto  Marie Henriette Reinhold, dueña de un robusto medio vocal que lo maneja a la perfección, o del bajo Tobias Berndt dueño de una voz profunda y técnica estupenda. Sumados a ellos se apreció a Benedikt Kristjansson, un tenor de grato timbre, ideal para este repertorio, mientras que tuvo una breve y correcta intervención Jonathan Mayenschein quien canta con registro de contralto, haciendo una segunda voz dentro de un número de la segunda parte.

 

   Por la suma de todo lo expuesto precedentemente, es que la versión fue de excelencia, digna de ser recordada en muchísimo tiempo y suma a la entidad organizadora un triunfo más para su reconocida trayectoria.

 

Donato Decina