martes, 17 de junio de 2025

 


El dúo Miernik-Zadory desplegando todo su talento. Fotografía de la Autora del presente comentario.


Espectacular actuación de Edúa Zádory y Anna Miernik en el club de jazz PREZ


BRILLANTES E IRIDISCENTES


Martha CORA ELISEHT


Ubicado en Santa Fe y Anchorena, el club de jazz PREZ e h transformado en un

espacio cultural no sólo para el desarrollo de este género, sino también para un ciclo de

música de cámara que cuenta con la presencia de prestigiosos intérpretes. El pasado

domingo 1° del corriente fue el turno de dos músicos extranjeras muy exitosas radicadas

en el medio local: la violinista húngara Edúa Amarilla Zádory y la pianista polaca Anna

Miernik, quienes ofrecieron el siguiente repertorio:

- Sonata para flauta y piano, Op.94 (versión para violín)- Sergei PROKOFIEV

(1891-1953)

- Preludio n°20 en Do menor, Op.28

- Nocturno en Mi bemol mayor, Op.9, n°2

- Primavera, Mazurka y Cantábile- Frederic CHOPIN (1810-1849)

- “Cardón”

- “Ensoñación” (versión para violín y piano)- Hernán QUINTELA (1978)

- “Olas del Balaton” (czarda n°5), Op.33- Jenö HUBAY (1858-1937)

- Dos piezas características- Ernesto DRANGOSCH (1882-1925)

Este prestigioso ciclo de cámara contó con un presentador de lujo: Marcelo

Delgado, quien se encargó de presentar a ambas intérpretes y anunciar su trayectoria y

desempeño en el país como músicos y pedagogas, ya que ambas ejercen como

profesoras en el Conservatorio “Astor Piazzolla” y dictan clases magistrales en la

Universidad Nacional de las Artes. Enfundadas en brillantes atuendos dorados, Edúa

Zádory y Anna Miernik hicieron su presentación sobre el escenario para brindar una

magistral versión de la Sonata Op.94 en Re de Prokofiev. Compuesta originalmente para

flauta y piano en 1943, la presente versión para violín y piano fue transcripta por David

Oistrach en 1944 y se la conoce como Op.94 a. Consta de 4 movimientos (Moderato/

Scherzo: presto/ Andante/ Allegro con brio), que fueron interpretados mediante un

impecable fraseo por parte de Zádory y un perfecto acompañamiento de Miernik, quien

se lució en los glissandi en escala diatónica en el andante mientras la violinista se

destacó en sus arabescos y pasajes en cascada. El Allegro con brío final sonó

magistralmente mediante una soberbia interpretación, que se vio coronada por

numerosos aplausos y vítores.

Seguidamente, Anna Miernik se dirigió al público en un perfecto español para

anunciar 5 piezas de Chopin: el célebre Preludio n°20 en Do menor, Op.28 y el

consabido Nocturno en Mi bemol mayor, Op.9, n°2, con una versión sobresaliente en

materia de calidad sonora por una pianista con mayúsculas, completamente adaptada al

medio local y que se ganó el corazón del público argentino por la excelencia de sus

interpretaciones. Continuó con 3 miniaturas: Primavera, Mazurka y Cantábile, que se

representan escasamente y que son parte del repertorio menos conocido del poeta del


piano. Se lució por la elección de estas piezas de gran belleza melódica, que fueron el

broche de oro para cerrar este minirrecital.

A continuación, Edúa Zádory apareció sobre el escenario provista de chajchas -

instrumento de percusión a base de uñas de armadillo y otros animales del monte- sobre

sus tobillos para interpretar Cardón, del compositor argentino Hernán Quintela, donde

dicho instrumento – acentuado por las pisadas- acompañó al violín en un pizzicato en

ritmo de malambo, que contó con un sensacional fraseo en esta fusión de música

europea con ritmos del noroeste argentino. Fue estrenada en 2023 en el complejo

Cultural de Cipoletti (Río Negro) por la misma intérprete, logrando una versión

estupenda. Lo mismo sucedió con Ensoñación de Hernán Quintela, obra compuesta en

2020 para violín solista y orquesta de cuerdas y estrenada en 2023 en la Facultad de

Derecho por la propia Edúa Zádory y el Laboratorio Orquestal bajo la dirección de

Lucio Bruno Videla -quien se encontraba presente en sala, al igual que el compositor-.

Posee reminiscencias románticas fusionadas con tango y ribetes de síncopa, donde

luego de la introducción se desarrolla una poderosa fuga. En este caso, se utilizó una

transcripción para violín y piano que sonó magistralmente a cargo de ambas intérpretes.

Dentro de la vasta producción de Ernesto Drangosch, las Dos piezas características,

Op.22 para violín y piano datan de 1916 y representan la segunda de las dos obras que

compuso para repertorio de cámara. Su estreno se produjo durante ese mismo año en el

salón La Argentina por el autor y Mauricio Planes. La primera es un Adagio cuya

introducción está a cargo del piano y luego, se acopla el violín, mientras que la segunda

es más sincopada, donde ambos instrumentos entran prácticamente al unísono desde los

primeros compases. Un justo homenaje a este gran músico argentino en el centenario de

su fallecimiento mediante una exquisita y sutil interpretación, donde Zádory hizo gala

de su fraseo y Miernik, del desarrollo melódico. Seguidamente, se ofreció la czarda n°5

de Olas del Balaton, op.33 de Jenö Hubay, compositor húngaro prácticamente

desconocido localmente y de singular belleza. La obra fue compuesta en 1887 y narra la

historia de un amor frustrado entre un pescador y su amada, quien le rompe el corazón

cuando lo abandona y la música describe su barca navegando tristemente por las olas

del lago más grande de Hungría. Mientras se escucha un lamento por parte del violín en

fraseo, el piano describe un andante ondulante in tempo de czarda, que -por momentos-

recuerda el final del Grand pas de deux de RAYMONDA, de Glazunov. Una obra

bellísima, que fue muy bien recibida por parte del público merced a la gran labor del

binomio Zádory- Miernik, quienes ofrecieron dos bises fuera de programa: “Canción

para dos” de Flavio Romanelli y “Limbo”, de Micela Carballo. Ambas poseen una

línea melódica muy romántica, de singular belleza, con perfectos matices en ambos

instrumentos que permitieron el lucimiento de las intérpretes. Una vez más, el binomio

Zádory- Miernik fue intensamente aplaudido y ovacionado al final de la función. Dos

mujeres increíbles, músicos talentosas e intérpretes excepcionales, pero por sobre todas

las cosas, brillantes e iridiscentes. Así se presentaron sobre el escenario del PREZ y así

fue como lucieron.

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