LISZT + LAVANDERA + MINCZUK
= COMUNION PERFECTA
Orquesta
Filarmónica de Buenos Aires, Quinto concierto de abono, Director: Roberto
Minczuk. Solistas: Horacio Lavandera (Piano), Coro de Niños del Teatro Colón,
Director: César Bustamante. Programa: Obras de Franz Liszt. Teatro Colón, 09 de
Mayo de 2019.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE
Un programa así vale la pena. Integrado por dos
obras de un compositor de glorioso talento e innegable fuerza expresiva. Con
una de esas obras que son el desfío para cualquier solista y cualquier Director
que se precien de ser algo mucho mas que intérpretes y una página que debió
esperar mas de un siglo para que se la escuche en el Colón y 33 años para que
se la vuelva a escuchar en Buenos Aires y en la Argentina.
No es ninguna novedad que el primer concierto
para Piano y Orquesta de Franz Liszt requiere más que buena técnica. Su intrincada
escritura, sus enérgicos ataques y sus pasajes plenos de iirismo exigen al
solista total compenetración y mucho sentimiento. Horacio Lavandera respondió
con creces y entregó una de sus mas memorables actuaciones en el Colón.
Seguridad en la digitación, puereza de sonido, compenetración con la obra y
total comunicación con el Director sobresalieron de su versión, con una zona
central en donde el lirismo agregó un vuelo interpretativo que se recordará por
muchísimo tiempo. Estuvo la la altura de Argerich y Goerner y con ello creo decir todo. Minczuk guió a la
Filarmónica con mano maestra. En ningún momento desbordó al solista, hubo ida y
vuela en la comunicación y la Agrupación mostro color y sonoridad justas.
No podía quedar ahí la intervención de
Lavandera y con gran generosidad le entregó al público una exquisita versión de
la Paráfrasis que Liszt realizó sobre el Preludio al Tercer acto y Marcha
Nupcial de “Lohengrin” de su yerno, Richard Wagner, que arrancó una gigantesca
ovación para un Lavandera que aquí fue una Orquesta.
La segunda parte significó el estreno
absoluto para la Sala del Teatro Colón de la Sinfonía S.109 “Dante”, de la que solo recuerdo su estreno también absoluto en la
Argentina en 1986, insólitamente en el viejo recínto de operaciones de la Bolsa
de Comercio de Buenos Aires, bajo la guía del Japonés Kasuhiro Koizumi (Premio
Von Karajan con este último nombrado vivo) la Orquesta Sinfónica Nacional y la
sección femenina del Coro Polifónico Nacional, preparada en esa ocasión por
Oscar Galvez Vidal, todo ello gracias al ingenio de mi inolvidable amigo y
maestro Julio Palacio, programador de la Orquesta en la breve gestión de Jorge
Rotter e impulsor de la renovación del repertorio a la que Yo desde este
humilde rincón fervorosamente adhiero. Gracias a Dios, recuerdo vívidamente esa
versión a la que puedo decir que grabamos junto a Martha Cora Eliseht de “Contrabando”
en un radio-grabador de la época puesto en el suelo del recinto y que vaya a
saber como nos permitieron el ingreso, aún cuando como es lógico la cinta
virgen que utilizamos ya esté inaudible, y que la cinta abierta que empleaba en
las tomas Radio Nacional para difundirlas en su por entonces única FM, tal vez
haya corrido el mismo destino. Puedo asegurar que esta versión fue mucho más
rica en color, detalles, sonido “tempi”. La Dirección “mecánica” y el “tempi en
“acelerando” de Koizumi se contrapone, con el Lirismo y la alta escuela de
Minczuk (Discípulo Este de Kurt Masur y se nota) que aletargó cuando
correspondía, dejo “cantar” los pasajes mas subrayables y administró con
sabiduría la energía. Así pasamos desde el vertiginoso y dramático “Descenso a los Infiernos” que el
Dante evoca en la “Divina Commedia”, la evocación de “Francesca da Rimini y
Paolo Malatesta”, el transito expiatorio y pesante del “Purgatorio” y la
liberación del alma encarnada en un Magnificat que es una acción por la gracia
recibida. Si bien no comparto la inclusión del Coro de Nilños del Colón (No
entiendo porque no cantó al igual que la semana pasada la sección femenina del
Coro Estable, ya que lo único que se le presentaba por delante es el Magníficat
de Caamaño el próximo Viernes 17, ¿temas de “horas extras” tal vez?). El Coro
de Niños del Teatro lo hizo muy dignamente, mas una impresionante actuación de
Sebastián Achembach en el Organo Eléctrico del Colón (se impone una versión en
el CCK, aprovechando el Klais). Todo esto conllevó a una versión soberbia, muy
sentida y magistralmente llevada por Minczuk, tal vez uno de los más notorios
valores de la Dirección Orquestal Brasileña de hoy, que está a la par de
Neschlling y Karabtchevsky en calidad artística. Bienvenida una vez mas su
participación y ¿Por qué no?, aprovechar entonces que está al frente de la
Opera de Sao Paulo para consignarle un
título lírico en el futuro.
Donato Decina
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