Presentación del Smetana Trio en el Colón dentro del
Ciclo del Mozarteum Argentino
UN CONJUNTO CON
MAYÚSCULAS
Martha CORA ELISEHT
Dentro del Ciclo de Abono 2019 del
Mozarteum Argentino, el pasado lunes 5 del corriente hizo su presentación el
Smetana Trio en el Teatro Colón, compuesto por los siguientes músicos: Radim
Kresta (violín), Jan Pálenicek (cello) y Jitka Cechova (piano), que
interpretaron las siguientes obras: el Trío
para piano y cuerdas en Si bemol mayor, Op. 11 (“Gassenhauer”) de Ludwig van
Beethoven (1770-1827), el Trío elegíaco
n°1 en Sol menor de Sergei Rachmaninov (1873-1943) y el Trío para piano y cuerdas n° 4 en Mi menor,
Op. 90 (“Dumky”) de Antonin Dvorák (1841-1904).
Es la primera vez que esta
prestigiosa agrupación checa se presenta en la Argentina y fue fundada por el
pianista Josef Pálenicek en 1934. No sólo se presenta regularmente en los
escenarios más importantes del mundo, sino que también ha grabado numerosos
discos. Ha ganado el premio Diapason d’Or
en 2005 por sus grabaciones de la obra de Smetana, Suk y Novák y durante el
transcurso de ese mismo año fue elegida por la BBC Music Magazine como la mejor agrupación de música de
cámara. Cada uno de sus integrantes no
solamente se destaca por ser una figura trascendental de la música de su país,
sino que además, se caracteriza por una cualidad particular. En el caso de
Jitka Cechova, por ser una pianista de excepción, con una pulsación y
digitación potentes y prodigiosas –que, por momentos, su estilo hace acordar al
de Elena Bashkirova- , mientras que Radim Kresta es un violinista
extraordinario, con un impecable fraseo y un eximio trémolo. Y Jan Pálenicek no sólo es el hijo del fundador de la
agrupación, sino también un estupendo cellista. Posee una técnica asombrosa y
una digitación y fraseo magistrales. Sin embargo, los tres músicos se ensamblan
de tal manera, que ninguno sobrepasa al otro: en otras palabras, un auténtico
trabajo en equipo, con un sonido puro, cálido, compacto y equilibrado, que prevaleció durante todo el
presente concierto.
El Trío para piano y cuerdas “Gassenhauser” de Beethoven data de 1798
y fue compuesto originalmente para cello, clarinete y piano durante la estadía
del músico en Viena. Sin embargo, Beethoven sostenía que la parte del clarinete
podía ser reemplazada por violín y así permaneció hasta la actualidad. Para ese
entonces, era muy frecuente utilizar melodías populares –canciones callejeras o
Gassenhauer- y arias de ópera para intercalarlas en las
composiciones. En este caso particular, el aria “Pria ch’io l’impegno” (Antes de irme a trabajar) se transformó
en un suceso y el clarinetista bohemio Joseph Beer le solicitó a Beethoven que
la incluyera en su composición. La obra consta de tres movimientos (Allegro con brio/ Adagio/ Tema con
variazioni- Allegretto) y el tema es introducido por el piano, al cual le
siguen el cello y el violín. Al principio, si bien dio la impresión que Jitka
Cechova llevaba la voz dominante, durante el desarrollo y la recapitulación del
tema, sus compañeros supieron acompañarla a la perfección, logrando una
insuperable calidad sonora y una perfecta armonía. El Adagio comienza con el cello y prosigue con el piano, para ser
repicado posteriormente por el violín, con un perfecto contrapunto entre los
tres instrumentos. En la presente versión, las sutilezas sonoras logradas por
el Smetana Trío fueron magníficas, al igual que en el 3° movimiento, donde
Jitka Cechova ofreció excelentes trinos y arpegios y Radim Kresta –al igual que
Jan Pálenicek- unos estupendos arabescos
y scherzos para dar color y vida a la
Gassenhauer contemplada en el título
de la obra. Una versión de alta calidad que fue coronada con un sincero y
fuerte aplauso por parte del público.
El Trío Elegíaco n° 1 en Sol menor fue el primero que compuso
Rachmaninov cuando sólo tenía 19 años de edad, en 1892. Consta de un solo
movimiento donde el tema principal –de carácter melancólico- es introducido por
el piano y, posteriormente, desarrollado por las cuerdas. No se sabe a quién
estuvo dedicado, pero lo más probable es que Rachmaninov se haya inspirado, a
su vez, en el Trío en La menor de
Tchaikowsky (“A la memora de un gran
artista”). El Lento Lúgubre que
brinda del tono elegíaco y sombrío de la obra es de una inusitada belleza
tonal, que el Smetana Trío supo ejecutar de manera exquisita, con un brillante trémolo en las cuerdas. Al término de la
representación, el público respondió con numerosos aplausos y vítores. Pero sin
lugar a dudas, el plato fuerte de la noche fue el célebre Trío para piano y cuerdas n° 4 en Mi menor (“Dumky”) de Dvorák,
cuyos 6 movimientos (Lento maestoso-
Allegro quasi doppo momento Poco adagio- Vivace non troppo- vivace/ Andante-
Vivaca non troppo- Allegretto/ Andante moderato- Allegretto scherzando- Quasi
temoo di marcia/ Allegro/ Lento maestoso) fueron ejecutados de forma
sublime, con una perfección y profundidad sonoras rara vez escuchadas. En lo
personal, una no recordaba una versión tan perfecta de este trío desde 1981 en
el escenario del Colón, dentro del Festival Lysy -con el inolvidable Alberto
Lysy en violín, Radu Aldulescu en cello y Manuel Rego en piano-. La presente
versión fue estupenda en todos los sentidos: contrastes perfectos, con muy
buenos matices, equilibrio sonoro y sutileza interpretativa. Naturalmente, el
público estalló en aplausos y obligó al Trío a hacer dos bises: Scherzo, del compositor checo Anton Jarelski – obra con
elementos de vals- y el Allegro de un
Trío de Suk.
Ha sido una noche donde se produjo
una combinación perfecta: el debut de una agrupación de cámara de altísima
calidad en el escenario del Colón, que brindó un concierto estupendo. Una
espera que este tipo de intérpretes con mayúsculas regresen al país en
numerosas ocasiones para demostrar mucho más de su arte.
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