LA FUERZA
ARROLLADORA DE MAHLER
Orquesta
Sinfónica Juvenil Nacional “Libertador General San Martín”. Concierto de cierre
de la temporada del vigésimo quinto aniversario, Director: Mario Benzecry.
Solístas: Carla Filipcic Holm (Soprano), Alejandra Malvino (Mezzosoprano),
Asociación Coral “Lagun Onak”, Coro de la Facultad de Derecho de la Universidad
de Buenos Aires, Director de ambas agrupaciones: Miguel Angel Pesce, Coro
Polifónico Nacional Evangélico, Directora: Constanza Bongarrá, Integrantes de
la Agrupación de Música de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires,
Director: Jorge Silveyra. Programa:
Gustav Mahler: Sinfonía N º 2 en Do
menor “Resurrección”. CCK-Auditorio Nacional, 08 de Diciembre de 2019.
NUESTRA OPINION: EXCELENTE (+)
Contamos en Ntro. País con una valiosa juventud que se
esfuerza, estudia y logra llegar a estamentos que hasta hace poco tiempo atrás
podría calificárselos de impensados.
Comenzaron en los barrios y algunos, carentes ellos de recursos, lo
hicieron tomando contacto en los programas de formación musical que existen en
Ntra. República a semejanza del “sistema” venezolano. Son estas las Orquestas
infanto-juveniles en donde los niños y jóvenes aprenderán a conocer el
instrumento que eligen, a interpretarlo y logar una preparación que los llevará
a la siguiente etapa. En ese escalón, tanto quienes provienen de conservatorios
con sus conjuntos de práctica orquestal (vean por caso en esta página líneas
abajo mi reseña de lo ocurrido con la Camerata del Conservatorio Ginastera de Morón
18 hs. antes de este concierto en el Salón Dorado del Colón) como de Ntras.
Orquestas Infanto Juveniles se presentarán a audiciones o selecciones para
intentar integrar alguna de las tres Orquestas Juveniles más importantes que
tenemos. La Camerata Académica del Teatro Argentino de La Plata, La Orquesta
Académica del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y, la más importante,
la Sinfónica Juvenil Nacional “Libertador General San Martín”. Los que logren
ingresar en esta última, lo harán por dos años contando en el plantel docente a
reconocidos instrumentistas que guiarán a los jóvenes y, para quienes provengan
de conservatorio, lo adjuntaran en la currícula de su aprendizaje. Conocerán
las obras más importantes, las ofrecerán en concierto y estarán ya preparados
para concursar en las mejores Orquestas de Ntro. medio. En los últimos años,
una imponente cantidad de instrumentistas emigraron hacia los conjuntos de
máxima excelencia del País. La calidad formativa de la San Martín desde su
titular, Mario Benzecry, hasta el último de sus asistentes y docentes es
reconocida ampliamente y por ello es que antes de comenzar el concierto el
Director anunció que tres jóvenes más se despedían en el mismo pues ya habían
accedido por concurso a cargos en orquestas.
Ver la composición del conjunto nos da la pauta de lo logrado. Desde
chicos que bregan por años en el conservatorio, hasta hijos de la actual
inmigración latinoamericana quienes han logrado insertarse ya sea en los programas
infanto-juveniles como en la formación académica con un muy buen nivel.
Veinticinco años desde el comienzo a instancias de Don José Antonio Abreu con
mayoría de aportes privados, hasta la nacionalización de siete años atrás la
que finalmente permitió el despegue definitivo y así ubicarse a la par de los
mejores conjuntos de la región. Todo este esfuerzo fue encarado por Mario
Benzecry desde hace 25 años y el fruto
de tanta lucha se canalizó en esta temporada en donde se codearon con
verdaderos monumentos: “La Consagración de la Primavera”, “Así Hablaba Zarathustra”,
“Aida” de Verdi en versión integral de concierto, sinfonías Nºs. 4 y 6 de
Tchaickovsky y llegar a esta 2da. de Mahler.
Obra capital de la literatura musical, la
Sinfonía “Resurrección” está basada en un amplio programa que el compositor
desarrolla a partir de tres preguntas: “¿Por qué vivimos?, ¿Por qué sufrimos?,
¿Será todo una cruel burla del destino?”. Ese desarrollo se inicia con una
poderosa Marcha, la que a su vez está originada en un poema sinfónico llamado “Totenfeier”
(“Ceremonia Fúnebre”) que Dante Anzolini diera a conocer hace una década atrás
en el insólito espacio del Foyer del primer piso del Teatro Argentino de La
Plata al frente de su Orquesta Estable ante la imposibilidad de hacerlo en la
sala principal, la que debió ser cedida para un espectáculo popular. Algunos años
después se produjo el estreno “Porteño” con Enrique Arturo Diemecke al frente
de la Filarmónica en el Colón. Con ligeras diferencias posteriores se transformó
así en el movimiento de apertura. El “Andante con Moto” con el que continúa la
composición responde a la idea de la recordación de los seres queridos que han
partido a partir de los momentos más felices que se han compartido con ellos.
No exento de una mirada melancólica, requiere mucha delicadeza en gran parte de
su abordaje. En el tercero, un “Scherzo”, toma como punto de partida la canción del
propio Mahler “El Sermón de San Antonio a los Peces” del ciclo de poemas “El
Cuerno Mágico de la Juventud” de Armin y Brentano. Allí, mordacidad y sarcasmo
se dan la mano y en el final un potente estallido orquestal será el preanuncio
de lo que vendrá en el movimiento de cierre. Otro poema de ese ciclo, “Luz Primigenia”,
para registro de Mezzosoprano o Contralto, nos lleva al momento más reflexivo
de la obra. El centro del mismo está dado por uno de sus párrafos principales: “Soy
de Dios y a Dios vengo”. Todo lo contrario ocurrirá en el movimiento de cierre
donde comenzará con la reiterarción del estallido de cierre del tercer tiempo
dando así comienzo a una sección a la que Mahler denominó “El Juicio Final”, en
donde a través de la música describe como al llamado del supremo todos los
muertos se levantan de sus sepulturas y marchan rumbo al lugar señalado para el
juicio. Fanfarrias, marchas y entradas de instrumentos fuera de escena son
utilizados para graficar en música tal imagen. En este punto, Mahler entró en
un innegable atolladero que no le permitía concluir la obra en la forma en que
la pensaba. Quiso el destino que en la ceremonia de sepultura del maestro Hans
Von Bulow se diera lectura a un poema del poeta Klopstrock llamado “Resurrección”.
Allí, finalmente, encontró lo que tanto buscó para el final de su obra y que
con adaptados y párrafos agregados por el propio Mahler, concluyen la composición
tal cuál la conocemos. Un coro numeroso y dos solistas femeninas (Soprano y
Mezzo) son los encargados de la parte vocal. La Orquestación es inmensa: diez
Cornos, seis trompetas, cuatro trombones, tuba, maderas por cuatro, arpas por
dos, Organo, toda la cuerda usual y una tremenda batería de percusión
encabezada por dos timbalístas mas dos fanfarrias de metales, vientos y
percusión fuera de escena a ser empleadas en el último movimiento
El
texto del poema fue el que permitió a que el plan que Mahler diseñó para esta
obra culmine en un perdón general fruto de la generosidad del supremo,
sintetizada en las estrofas finales, las que traducidas al castellano rezan: “Con las alas que conquisté,
me elevaré hacia la luz que ningún ojo ha penetrado. Moriré para vivir. Resurgirás,
si, resurgirás. En un instante, todo aquello por lo que has luchado te llevará
hacia Dios” . Todo ese final conlleva no solo una fuerte carga emotiva, sino
que un pleno tutti orquestal, resaltado desde el órgano que brinda el pedal de
apoyo, logra una magnificencia pocas veces vista en música, causando al oyente
un fortísimo impacto.
Con todos los detalles que he mencionado, la
primera impresión visual que tuve al ingresar al Auditorio Nacional fue la de
encontrar a una imponente cantidad de jóvenes instrumentistas. Tras las
palabras de bienvenida y las explicaciones que dio sobre la obra el Mtro.
Benzecry ante la falta total de programas de mano, que incluyeron la despedida
a los “tres pichones” que tras el Concierto tomaron vuelo propio, desde el
primer compás se tuvo la certeza que se estaba ante una versión impactante, a
nivel de la de las orquestas profesionales. El ajuste, la concepción de la obra
por parte del Maestro, la entrega de los jóvenes, fueron dando los pasos que
construyeron una versión de antología,
Súmese a ello el concurso de Alejandra Malvino en los dos últimos movimientos
la que con imponente voz supo decir y expresar y Carla Filipcic Holm, quien a
mi entender está atravesando el mejor momento de su carrera, la que también dio
en los matices e inflexiones justas para volcar el texto de Klopstrock. Los Coros, tanto el legendario ”Lagun Onak” como el de la Facultad de derecho
bajo la guía de Miguel Angel Pesce y la gratísima sorpresa del Coro Polifónico
Nacional Evangélico con la tutela de Constanza Bongarrá se amalgamaron de tal
forma que fueron una sola y potente voz para expresar la reafirmación de fe
final con la que la Sinfonía concluye. Imponente Sebastián Achenbach desde el Organo
Klais y estupendas las intervenciones fuera de escena de los músicos reforzados
con integrantes de la Agrupación de Música de la Policía de la Ciudad que
preparó Jorge Silveyra.
Hay una persona que resume todo. Mario
Benzecry. Maestro, guía, amigo, sigue derramando enseñanza y forja talentos,
algunos de los cuales cambiaron calle o droga por la música y la dignidad del
trabajo. Gracias por todo ello y fuerza para seguir adelante.
Donato Decina
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