Gran concierto en homenaje al Día Internacional de
la Mujer con Lucía Zicos en el CCK
DE MUJER A MUJER
Martha CORA ELISEHT
Entre
los numerosos festejos y homenajes en conmemoración del Día Internacional de la
Mujer –que tendrá lugar el 8 de Marzo próximo-, el Centro Cultural Kirchner
(CCK) decidió organizar un concierto de homenaje a la mujer en la música
académica, que se llevó a cabo en el Auditorio Nacional –Sala Sinfónica- el
pasado viernes 6 del corriente a cargo de la Camerata Argentina de Mujeres,
bajo la dirección de Lucía Zicos, con la presencia de la pianista Natalia
González Figueroa en calidad de solista.
La
mencionada directora de orquesta es una de las mejores de la actualidad y
cuenta con un extenso curriculum. Cursó sus estudios en la Facultad de Música
de la Universidad Católica Argentina (UCA), bajo la tutela de Guillermo
Scarabino y Carlos Vieu -entre otros-hasta
obtener el título de doctora en Música que otorga dicha Universidad. Ha
dirigido numerosas agrupaciones sinfónicas en nuestro país y en el exterior con
gran suceso de público y crítica. Entre sus próximos compromisos figuran
conciertos con las Orquestas Sinfónica Nacional y Nacional de Música Argentina
“Juan de Dios Filiberto”, así como también las representaciones de la ópera
“IRIS” de Mascagnien el Teatro Roma de Avellaneda, con producción de Boris
Laures.
Debido
a la ausencia de programas de mano, Zicos fue anunciando y explicando las
diferentes obras de siete compositoras argentinas, ya que el espectáculo fue
grabado para ser transmitido por la Televisión Pública y la plataforma digital
CONT.AR.
Desde
el inicio del concierto, la Camerata logró un sonido muy compacto, afinado y
afiatado que alcanzó bellísimos matices en “Devisel”
de la compositora platense Micaela Canualdo. Esta música se escribió para
ilustrar un cortometraje que narra las aventuras de un niño (Devisel) que vive en una cápsula y sueña
con conocer las estrellas. Finalmente, toma una llave para poder salir de su
encierro y concretar su sueño. Pero vuela un pájaro, que toma la llave y la
rompe con su pico. Al escuchar el llanto desgarrador del niño, el ave rompe la
cápsula con su pico y permite que Deviselcumpla
su sueño. La música se inicia con un cantábile
en los violines, que es tomado posteriormente por los cellos. Que da una
sensación de misterio e inquietud ante la curiosidad del niño. Luego de un trémolo en cuerdas, el piano ejecuta una
melodía alegre y majestuosa, mientras los cellos retoman el tema principal.
Seguidamente, el cello ejecuta variaciones sobre el tema principal, que es
retomado por los violines en 4/4, con cadencias que remedan el viaje al
espacio, mientras el piano y los violines toman la línea melódica lenta hasta
el final de la obra.
La
segunda de las obras pertenece a la cordobesa María DE CANSO y es una fantasía
en ritmo de zamba y tango (“El amor no es
la zamba; La zamba es el amor”).
Se inicia con una melodía con ribetes folklóricos (cantábile) en los cellos, retomada por los violines, lográndose un
perfecto contrapunto entre los tonos agudos y graves. Mientras que el primer
tema posee una hermosa línea melódica envolvente en ritmo de zamba –el amor se
esconde bajo el pañuelo de la zamba, envolviendo a la pareja-, el segundo tema
posee ribetes tangueros en 2/4, que se fusiona con el primero mediante trémolo en cuerdas.
La
tercera de las obras, denominada “Amor en
Abstracto” pertenece a Denise Arteshoven y según comentarios de la autora,
representa “la lucha entre el mundo
interior y el exterior. Es la carga pesada que nos toca vivir a diario, pero
siempre se encuentra una salida cuando uno se siente abrumado”. En este
caso, los tonos graves dan la sensación de desazón y preocupación, mientras que
los tonos agudos representan la esperanza y la posibilidad de encontrar una
solución. La obra comienza en tono menor por parte de los cellos y contrabajos,
sostenido por las violas y violines en tono grave, con ribetes que –por
momentos- remiten al Adagio para cuerdas de
Samuel Barber y al 3° movimiento de la Sinfonía n° 4 (“La Inextinguible” de Carl Nielsen. Esto se muestra más en el trémolo en cuerdas, que da esa sensación
de claroscuro a la que alude su autora. El final consta en un diáfano
contrapunto introducido por las violas y los violines en tono mayor, que da la
sensación de alivio y ánimo ya descripta.
El
concierto continuó con “Alma de Tango” de
la compositora mendocina Adriana Figueroa Magna. Es una obra escrita según la
tradición y el estilo clásico de composición, con ritmos de tango y ribetes
experimentales, con una línea melódica agradable, ágil y armónica desde su
inicio. No sólo posee elementos del 2/4, sino también ribetes mozartianos, de
ciertas composiciones de Dvorak y también, de la Suite Argentina de Eduardo Falú. El fraseo del violín solista
contrasta perfectamente con el contrapunto del contrabajo en la
experimentación, que posteriormente toma el ritmo del tema principal mediante
una cadencia “en cascada”, con ribetes de melodía española, que desemboca en el
crescendo final.
Seguidamente,
se presentó el Adagio para orquesta de
cuerdas de Dina FIGI, que alterna dos melodías: una introvertida y otra,
extrovertida, que lleva a la meditación y la introspección, alternando
luminosidad con oscuridad. Se inicia con un cantábile
en violines y cellos, con ribetes del Nocturno
de la Suite n° 2de Grieg y de
Stenhammar, cin desarrollo que desemboca en un crescendo sostenutocon cierto aire de misterio, sin interrupción de
la línea melódica. Posteriormente, las violas recapitulan el primer tema y la
línea melódica, seguida por la orquesta hasta el final.
Tras
un breve intervalo, Lucía Zicos anunció las dos últimas obras, donde se
desempeñó como solista Natalia González Figueroa. Pertenece a la nueva
generación de pianistas argentinos y su desempeño durante el presente concierto
ha sido excelente, merced a su prodigiosa digitación y su excelente pulsación.
Posee una técnica que le permitió sortear sin dificultad los arabescos,
arpegios y otros elementos de técnica pianística en las obras interpretadas. La
primera de ellas, denominada Clouds
(Nubes) pertenece a Lucía Caruso –compositora argentina radicada en Estados
Unidos- y está considerada como abstracta por su autora. No obstante, posee una
línea melódica armónica y agradable, fácil de escuchar. El piano inicia con una
melodía sencilla, que posteriormente es retomada por un vibratoen cuerdas (pianissimo/
in crescendo), hasta que el piano retoma el tema principal y su
recapitulación por parte de las cuerdas. Por último, el concierto cerró con el Concierto en blanco y negro de la
compositora bonaerense Claudia Montero –también radicada en Estados Unidos-.
Posee tres movimientos: Allegro/ Lento/
Elegíaco y el primero se inicia con un punteo de las cuerdas en 2/4, hasta
que el piano hace su entrada triunfal en ritmo de tango, tomando la melodía
principal. Posteriormente, la orquesta toma el tema principal mientras que el
piano ejecuta un glissandimediante
numerosos arabescos y arpegios. Luego, la orquesta recapitula el tema principal
y se repiteesta alternancia entre piano y orquesta dos veces más.La melodía
posee ciertos ribetes característicos de las composiciones de Mariano Mores o
Atilio Stampone, quienes llevaron al tango sinfónico a su máxima expresión. El
movimiento Lento se inicia con una
melodía grave en cellos y contrabajos, en contrapunto con violines y violas en
tono menor, seguida por el piano, quien introduce una melodía en tono mayor en
contrapunto con el cello. El último movimiento se inicia con el piano en compás
de 4/4 en una melodía que es tomada por la orquesta y que si bien posee ribetes
de tango, también tiene un estilo propio y personal. Seguidamente, luego del cantábile de las cuerdas, el piano toma el tema principal y lo
desarrolla mediante una serie de escalas cromáticas para recapitular con el 1°
tema del 1° movimiento, seguido por la orquesta.
Tras
los numerosos aplausos del público, Natalia González Figueroa interpretó un bis a tono con la última composición: un
número de la Suite “En blanc et noir” (En
Blanco y Negro), de Débussy. Y luego
de los consabidos aplausos, tanto las integrantes de la orquesta como las
compositoras de las diferentes obras y la pianista salieron a saludar juntas
desde el escenario del Auditorio Nacional. Un concierto donde se representaron
obras compuestas por mujeres, interpretado por mujeres y dirigido por una
mujer. De mujer a mujer y para la mujer, grandes protagonistas –muy a menudo,
olvidadas- de la música sinfónica argentina.
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