martes, 7 de julio de 2020


eaming de “DON PASQUALE” desde el Metropolitan

¡QUÉ ARTISTAS AQUELLOS!
Martha CORA ELISEHT

            Las transmisiones históricas tienen una particularidad: por lo general, están interpretadas por cantantes de excelsa jerarquía. Por eso son clásicas y perduran a  través del tiempo gracias al videotape y a la tecnología. El pasado sábado 4 del corriente, el Metropolitan Opera House de New York ofreció una transmisión de “DON PASQUALE” de Gaetano Donizetti (1797-1848) que data de 1979 y que contó con los siguientes intérpretes: Gabriel Bacquier (Don Pasquale), Alfredo Kraus (Ernesto), Beverly Sills (Norina), Haakon Hadegaard (Malatesta) y Nico Castel (Notario). Participó el coro de la institución, bajo la dirección de David Stivender, mientras que la dirección orquestal estuvo a cargo de Nicola Resigno.contó con puesta en escena de John Dexter, escenografía y vestuario de Desmond Heeley e iluminación de Gil Wechsler.
            Esta versión histórica de la ópera buffa más famosa de Donizetti tuvo una particularidad: fue la despedida de los escenarios de Beverly Sills, quien eligió terminar su prestigiosa carrera como soprano sobre el escenario del Met y con uno de los roles que más interpretó durante su carrera. Por lo tanto, también contó con un valor agregado.
            Dentro de su vastísima producción operística, DON PASQUALE es una de las últimas que compuso Donizetti. El libreto fue escrito por el propio compositor junto con G. Ruffini, basado en la ópera Ser Marcantonio, de Ángelo Agnelli y Stefano Pavese. Se estrenó con gran éxito en el Teatro de los Italianos en París en 1843 y a partir de allí, fue un suceso rotundo que recorrió los teatros más importantes del mundo. Es una de la óperas más representadas del compositor bergamasco, junto con L’Elisir d’Amore y Lucía di Lamermoor.
            Para la presente representación se usó una puesta en escena clásica, de época, muy pomposa, sofisticada, lujosa y de buen gusto, donde se destaca la excelente caracterización de los personajes. Pero la correspondiente al protagonista fue insuperable: vestido con una clásica rôbe de chambre en la primera escena del 1° Acto, se viste como un dandy para impresionar a la supuesta Sofronia antes de ofrecerle matrimonio. Por su parte, la coqueta y sofisticada Norina aparece como Sofronia con un sombrero de ala ancha con velo –que sólo se lo quitará tras una fachada de aparente inocencia a pedido del astuto Malatesta-,  mientras que Ernesto luce el atuendo más sencillo de todos –acorde a su condición social-. El Doctor Malatesta ljuce un traje con saco, chaleco y capa corta estilo inglés, con galera y bastón. Y junto con Don Pasquale se vestirán con frac, bastón y galera para atrapar a los amantes. Un perfecto vestuario acorde a la gala de la régie.
            El rol protagónico estuvo a cargo del gran barítono francés Gabriel Bacquier –fallecido durante el transcurso del corriente año- , que se caracterizó por ser un barítono/ actor, capaz de interpretar todo tipo de roles merced a sus prodigiosas dotes histriónicas. Su perfecta coloratura y su impecable técnica vocal  le permitieron dar vida a este personaje desde la primera cavatina (“Ah! Un fuoco insolito”), pasando por el aria del 2° Acto (“Son  tradito, beffegiato”) hasta el espectacular dúo con Malatesta (“Aspetta, aspetta, cara sposina” y “Cheti, cheti”), donde tanto él como el barítono sueco Haakon Hadegaard hicieron gala de la musicalidad de sus voces. Este último encarnó un espléndido Malatesta, de destacada actuación cuando describe a la novia (“Bella si comme un Ángelo”) y en los dúos con Norina (“Pronta ío son”… Vado, presto”), Ernesto (“Figlio, non mi fai scena”) y con Pasquale (“Fra d’un aparte”). ¿Y qué se puede decir de legendario Alfredo Kraus?... O mejor dicho: ¿cómo puede fracasar un aria de coloratura interpretada por el más grande belcantista de todos los tiempos?.... Su prodigiosa musicalidad, los inconfundibles matices de su voz y sus espléndidas dotes histriónicas le permitieron componer un Ernesto de antología, que brilló en todas las arias (“Sogno soave e casto”, “Ah! Mi fa il destino mendico”, “Cerchero lontana terra”, “E se fia che ad altro oggeto”) y en la celebérrima Serenata cantada fuera de escena del 3° Acto (“Com‘e gentil”) y el bellísimo dúo de amor con Norina (“Tornami a dir che m’ami”), Luego de cada aria, cabaletta y cavatina, el Met cayó rendido a sus pies en una ovación de aplausos.
            Beverly Sills ha sido una de las más grandes sopranos de coloratura de todos los tiempos y una de las mejores intérpretes de Norina, cuyas Cavatinas y arias deben ser interpretadas a la perfección por el fraseo, adornos y fioriture. Desde la primera aria (“Quel’guardo il cavaliere”) pasando por la cabaletta “Son anch’ío la virtú mágica” y el mencionado dúo con Malatesta y con Ernesto hasta la escena con Pasquale (“Vía, caro sposino”) cuando le pega una bofetada en la cara antes de ir al teatro. Naturalmente, el Met también cayó rendido a sus pies al finalizar cada una de sus intervenciones. Y en la moraleja final (“Bravo, bravo, Don Pasquale!”) todos se lucieron junto al Coro en un cuarteto que sonó magistralmente. La preparación del Coro por parte de David Stivender también fue estupenda, al igual que la dirección orquestal de Nicola Resigno.
            Lo bueno que tiene este tipo de transmisiones es que permite apreciar y disfrutar de una generación de cantantes que ya no volverá jamás, pero que ha pasado a ser parte de la historia. Por lo tanto, siempre será posible volver a escucharlos gracias a las grabaciones, el videotape y la tecnología, y en este último tiempo, mediante las transmisiones por streaming. Y que siempre vivirán eternamente en el corazón y en la memoria de los melómanos y operómanos del mundo.  

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