sábado, 11 de diciembre de 2021

 

 

 

UN ESPACIO GANADO PARA LA MUSICA

 

 

“De Amores  Alemanes”, espectáculo musical compuesto por obras de Robert Schumann y Johannes Brahms. Intérpretes: Marisú Pavón (Soprano), Roxana Deviggiano (Mezzosoprano), Santiago Martínez (Tenor), Sebastián Sorrarain (Barítono). Acompañamiento al piano: Eduviges Picone y Juan Pablo Scafidi. Espacio “Bargoglio” (Flores-C.A.B.A.).

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Un espacio cercano a la Plaza de Flores, con buena acústica y plenamente apto para la escucha de la música. Así puedo definir las características de “Bargoglio”, el que por momentos me hizo rememorar la legendaria propuesta del desaparecido café “Mozart”, aquel que alumbro en la post guerra de Malvinas y que tras una mudanza, cerró lamentablemente sus puertas en los albores de los 90.  Lugar en el que se dieran cita notables intérpretes no solo de lo clásico sino de la línea melódica popular. Queridos maestros de la profesión nos brindaron ahí sus conocimientos: Julio Palacio y Abel López Iturbe con sus recordados ciclos y charlas.  Aquí, en “Bargoglio” un grupo de apreciados artistas desarrollaron una idea basada en dos nombres musicales íntimamente relacionados: Robert Schumann y Johannes Brahms, unidos además por la mujer que apasionó a ambos: Clara Wieck. Sobre la base de estos nombres tan potentes se tomó un ciclo de cada uno. En el caso de Schumann, las poesías de amor que conforman en Op.138 de sus “Canciones Españolas” de 1849 para una o más voces, basadas en poemas de amor traducidos al alemán seleccionados por el compositor por fuera de la línea del llamado “Siglo de Oro” español, diferenciándose de esta manera de creadores de la talla de Beethoven y Von Weber quienes si encontraron allí textos para su musicalización. Y de Brahms sus maravillosos “Valses de Amor” del Op. 52 a cuatro voces y piano a cuatro manos. Actuó como hilo conductor un interesante texto de uno de los protagonistas, el tenor Santiago Martínez, el que fue estupendamente leído por el titular del espacio, basado en episodios reales en las vidas de Schumann, Wieck y Brahms en las que los textos de cada uno de ellos hacen menciones a los restantes. En el caso de los valses se lo hizo interpretando series de los mismos con una pequeña interrupción entre ellas que dio paso al texto.

 

 En las canciones  de Schumann, principal soporte y nervio-motor de la obra fue el sólido acompañamiento de la Maestra Eduviges Picone, para que a partir de ella los intérpretes desarrollaran todo su potencial. Y en Brahms se sumó otro gran maestro especialista en acompañamiento como Juan Pablo Scafidi, quien uniéndose a Picone conformó la dupla a cuatro manos que acompañó sin fisura alguna los “Valses de Amor”.

 

  Estupendas voces se hicieron cargo de la parte cantada. Una magnífica Marisú Pavón por el manejo de su voz y la sabiduría en el decir. Roxana Deviggiano, a la que vi por primera vez como solista, hizo un muy interesante aporte. Sebastián Sorrarain como si siempre con su extraordinario profesionalismo y Santiago Martínez, al que cada vez se lo escucha más sólido, con gratísimo timbre y muy buen decir.

 

  A partir de Febrero cobrarán vida en este espacio nuevos proyectos musicales de los que los mantendremos informados. Y, por supuesto, muchísima suerte a su titular. Buenos Aires necesita de estas propuestas y mucho más cuando son en zonas no céntricas que también merecen contar con su cuota de excelente música.

 

Donato Decina

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