Magnífico concierto con obras inéditas
de compositores argentinos en el CCK
AL
RESCATE DEL NACIONALISMO MUSICAL ARGENTINO
Martha
CORA ELISEHT
Dentro
de todas las particularidades que posee este año, una de las principales ha
sido el rescate y la difusión del patrimonio cultural argentino. Merced a un
grupo de investigadores del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega”
liderados por los maestros Lucio Bruno Videla y Tomás Ballicora, se han
rescatado numerosas obras de compositores pertenecientes al denominado
nacionalismo musical argentino, cuyos máximos exponentes han sido Alberto
Williams (1862-1952), Julián Aguirre (1868-1924), Constantino Gaito
(1878-1945), Luis Gianneo (1897-1968), Floro Ugarte (1884-1975) y Pascual De
Rogatis (1880-1980), entre otros, que escribieron magníficas obras que
lamentablemente, han quedado en el olvido o se representan en muy escasas
ocasiones. Afortunadamente y gracias al trabajo de musicólogos, copistas,
arregladores y otros, el pasado viernes 7 del corriente tuvo lugar en la Sala
Sinfónica -Auditorio Nacional- del Centro Cultural Kirchner (CCK) un concierto
a cargo de la Orquesta Municipal de Gral. San Martín (Provincia de Buenos
Aires) dentro del ciclo ARGENTINA SINFÓNICA bajo la dirección de Javier
Mas, con la participación de Benjamín Báez (violoncello) en calidad de
solista invitado, en un programa comprendido por las siguientes obras:
-
“De mi Patria”- Luis
SANMARTINO
-
Rapsodia Argentina para
violoncello y orquesta- Pascual DE ROGATIS
(1880-1980) (estreno)
-
Sinfonía en La-
Floro UGARTE (1864-1975)
-
Obertura Criolla,
Op.20- Ernesto DRANGOSCH (1882-1925)
Ante
la consabida ausencia de programas de mano, Javier Mas se encargó de anunciar
las obras comprendidas en el programa y una breve referencia sobre las mismas
previamente a su ejecución. La suite
De mi Patria de Sanmartino fue compuesta entre los años 1940 y 1950 y
consta de tres números basados en ritmos folklóricos argentinos: Triste/
Milonga rioplatense/ Gato. Mientras que el Triste posee una bella
línea melódica con las características de ese ritmo tan particular, la Milonga
rioplatense es en tono mayor y de carácter dinámico, alegre y chispeante.
En cuanto al Gato, la cadencia y la línea melódica recuerdan más a un huapango
mexicano o a un corrido que al tradicional ritmo de dicha danza
folklórica en 4/4, pero no por ello deja de ser una obra interesante -y en el
caso particular de quien escribe, su primera audición- que ha sido rescatada de
su prolongado ostracismo.
La
Rapsodia argentina para violoncello y orquesta fue compuesta por Pascual
De Rogatis en 1968 y según un articulo de Carmen García Muñoz -publicado en la
revista del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” en 1986-, existe
una dicotomía sobre su origen. Según el mismo De Rogatis, la obra se encontraba
terminada para ese año, mientras que otros biógrafos del músico señalaron que la
composición original fue para violín y orquesta y que se trataba de una
transcripción para violoncello y orquesta. Nunca se representó, lo que le
agrega valor a la presente versión. La obra comienza con un pizzicato en
cellos y contrabajos más un stacatto en cuerdas previamente a la entrada
del instrumento solista, donde Benjamín Báez demostró por qué es uno de los
mejores cellistas del país. Su fraseo y sus cadencias fueron magistrales tanto
en el Andante inicial como en el impetuoso Allegro in tempo di malambo
hasta desembocar en un tercer tema, que conjuga ritmos típicos del norte
argentino (baguala, taquirari) para cerrar con un monumental fraseo en
el malambo final. Una bella obra en una excelente versión, que sonó muy
justa y equilibrada.
La
Sinfonía en La de Floro Ugarte fue compuesta en 1948 y estrenada en
1952. Se tocó por última vez en 1980 y tuvieron que pasar 42 años después de su
última representación para que esta joya sinfónica volviera a los escenarios
porteños. Consta de un solo movimiento, pero con dos secciones bien definidas:
la primera en La mayor, luminosa, romántica y bucólica y la segunda, en La
menor, que comienza luego de una primera fanfarria a cargo de los
metales. Es una obra representativa de un compositor en su plenitud y madurez,
caracterizada por un fluir continuo sobre el tema principal. Su orquestación lleva un orgánico completo
(cuerdas, maderas por 3, corno inglés, piccolo, clarinete bajo, contrafagot, 4
cornos, 3 trompetas, tres trombones, tuba y percusión). A diferencia de otras
composiciones de Ugarte, suena más europea que autóctona, ya que posee
reminiscencias impresionistas (que recuerdan a Debussy y en parte, a La péri
de Paul Dukas y también remeda a ciertos pasajes de Los Planetas de
Holst) y que por momentos, la cadencia final recuerda a Muerte y
Transfiguración de Richard Strauss. La sinfonía culmina con un poderoso tutti
orquestal que posteriormente, toma el tema bucólico del principio.
La versión ofrecida por Javier Mas sonó muy compacta, equilibrada y por sobre
todas las cosas, brillante.
Por
último, la Obertura Criolla op.20 de Drangosch es, quizás, la más
conocida de las piezas comprendidas en este repertorio. Data de 1910 y fue
elaborada sobre ritmos rioplatenses tratados solos, superpuestos o fragmentados;
entre ellos, la milonga “No me tires con la tapa de la olla”, que se
hizo muy popular a fines del siglo XIX. Se estrenó en el Teatro Colón en 1920
bajo la dirección de Félix Weingartner. La orquestación es profusa y ricamente
elaborada, con muy buen trémolo en violoncellos y contrabajos en
contrapunto con la trompeta con sordina. Por su parte, las flautas y el
clarinete ejecutan numerosos trinos -que posiblemente, hayan servido de
inspiración a Mariano Mores para componer EL FIRULETE-, que fueron perfectamente
interpretados. Naturalmente, el público
aplaudió calurosamente al finalizar el concierto.
Fue
uno de los conciertos más lindos del año; no sólo por la calidad de los
intérpretes, sino también por el rescate del repertorio nacional, injustamente
olvidado y compuesto por obras bellísimas, absolutamente desconocidas para la
mayoría de los asistentes. Ésa es una de las grandes virtudes de ARGENTINA
SINFÓNICA: poner en vigencia el patrimonio cultural y el acerbo musical
argentino.
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