Excelente concierto a cargo del
Cuarteto Gianneo en el Palacio Paz
UNA
PERFORMANCE DE ALTA CALIDAD
Martha
CORA ELISEHT
Además
de ser la sede permanente del Círculo Militar, el Palacio Paz es uno de los más
bellos exponentes de la arquitectura francesa en Buenos Aires. Hoy en día, en
sus elegantes salones se organizan recepciones y todo tipo de eventos
culturales. Precisamente el pasado martes 4 del corriente, el salón de cultura que
alguna vez formó parte de los aposentos de Ezequiel Paz -hijo de José C. Paz y fundador de la
dinastía- brindó el marco para un concierto de cámara a cargo del Cuarteto
Gianneo dentro del ciclo dirigido por María José Maito (GALA LÍRICA), en
un programa integrado por las siguientes obras:
-
Tres piezas criollas- Luis
GIANNEO (1897-1968)
-
Cuarteto para cuerdas
n°4 en Do mayor, K.157- Wolfgang A. MOZART
(1735-1791)
-
Cuarteto para cuerdas
n°1 en Re mayor- Piotr. I. TCHAIKOVSKY (1840-1893)
El
director de cultura del Círculo Militar -Coronel Castiglione- fue el encargado
de presentar a esta prestigiosa agrupación de cámara, formada por los
violinistas Luis Roggiero y Sebastián Masci, el violista Julio Domínguez y el
violoncelista Diego Fainguersch. Sebastián Masci fue el encargado de anunciar y
comentar las obras y aprovechó la oportunidad para brindar un excelente anuncio
a la concurrencia: desde el día de hoy, los cuartetos de cuerdas de Luis
Giannneo se encuentran disponibles en todas las plataformas digitales de música,
con interpretación propia.
La
mencionada obra de Gianneo que abrió el concierto data de 1923 y forma parte de
la primera etapa de este gran compositor nacional, representante del
nacionalismo musical argentino, que toma melodías y ritmos típicos del norte del
país, representados en las tres piezas que constituyen la obra (Lamento
quechua/ Triste/ Criolla). La primera de ellas abre con un pizzicato en
cello, que deja paso a la cadencia de la viola hasta que la melodía es tomada
por los violines. Tal como su nombre lo indica, el Triste es una melodía
de carácter melancólico que posee reminiscencias europeas (Elegía de
Fauré y la Sinfonía n°2 de Rachmaninov) pero que se conjuga luego con
una melodía más nacionalista para desembocar en la consabida Criolla, que,
a su vez, conjuga dos ritmos: uno, en tiempo de milonga campera y el otro, más
lírico. La versión ofrecida por la agrupación fue sumamente compacta,
equilibrada, con una soberbia interpretación. La labor de todos y cada uno de
los instrumentistas fue excelente, destacándose las perfectas cadencias de Diego
Fainguersch y Julio Domínguez. Estupendo el fraseo de la dupla Roggiero/ Masci
a cargo de los violines.
Durante
la estadía de Wolfgang A. Mozart en Milán entre los años 1772 y 1773 para el
estreno de su ópera Lucio Silla, el genio de Salzburgo compuso una serie
de cuartetos para cuerdas (del 2° al 7°), que pasaron a denominarse Milaneses.
El Gianneo ofreció una espléndida versión del Cuarteto n°4 en Do mayor en
sus tres movimientos (Allegro/ Andante/ Presto), caracterizada por su
gran precisión y perfecto manejo de los tempi; sobre todo, en el último
movimiento, lo que hizo que el numeroso púbico presente estallara en aplausos.
Dentro
de su abundante producción de música de cámara, Tcahikovsky compuso tres
cuartetos para cuerdas, de los cuales, el n°1 en Re mayor es el más
famoso por su celebérrimo Andante cantábile -que posteriormente, fue
orquestado aparte en versión para violoncello y orquesta de cuerdas y que
despertara las lágrimas del escritor León Tolstoi durante su estreno en 1871-.
Precisamente, Tchaikovsky se inspiró en una canción típica ucraniana para
componer esta bellísima melodía, donde un campesino sueña con su enamorada y le
declara su amor. Consta de 4 movimientos: Moderato e semplice (en Re
mayor), Andante cantábile (Si mayor), Scherzo- allegro non tanto e
con fuoco (re menor) y Allegro giusto- Allegro vivace (Re mayor). La
versión ofrecida sonó muy compacta y a la vez, intensamente romántica desde los
primeros compases del 1° movimiento, donde se destacaron las cadencias de los
violines y el contrapunto en celo y viola, con una magnífica labor del ensamble
en el crescendo. En lugar de la clásica versión del Andante cantábile
para cello y orquesta de cuerdas, el primer violín es el solista y lleva la
consabida melodía, con un excelente desempeño de Luis Roggiero y un soberbio
contrapunto por parte de sus compañeros. El potente Scherzo- Allegro non
tanto e con fuoco que abre el 3° movimiento sonó sumamente preciso y
vibrante, con un magnífico fraseo por parte de todos y cada uno de los
instrumentistas para culminar con una excelente performance del Allegro
giusto- Allegro vivace que cierra el cuarteto, caracterizado por un tema en
tiempo de drushba -danza típica ucraniana- con variaciones. El público estalló
en aplausos, vítores y permaneció de pie en sus lugares al finalizar el
concierto, lo que motivó a realizar un bis: el scherzo del Cuarteto
para cuerdas de César Franck (1822-1890), con motivo de cumplirse el bicentenario
de su nacimiento. El único Cuarteto para cuerdas de este gran músico
belga se estrenó en 1890 y posee un estilo de composición muy complejo, con
cierto atisbo de atonalidad por parte del primer violín, pero que permite el
lucimiento de todos los solistas en fraseo y pizzicato. Otra gran interpretación
de alto nivel, seguida de numerosos aplausos.
En 20 años de trayectoria, el Cuarteto Gianneo
no sólo ganó en varias oportunidades el Premio de la Asociación de Críticos
Musicales de la Argentina, sino que también ha sido nominado al Premio Gardel
en la categoría de música clásica. Además, el hecho de haber llevado al disco
la obra integral de cuartetos de cámara de Luis Gianneo constituye el mayor de
sus logros, como la perla que remata la corona. Una excelente manera de cumplir 20 años con la
música en forma ininterrumpida, con una performance de alta calidad.
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