Importante
debut de directora...
Por Jaime Torres Gómez
Excelentes
han sido las presentaciones de la Orquesta de Cámara de Chile desde enero,
con una sólida línea programática más triunfales momentos a cargo de su
actual titular, solistas y directores invitados.
Dentro de
este contexto, muy acertada la convocatoria a una
importante cantidad de directoras, iniciándose con un buen debut de
la danesa Rose Munk Heiberg, continuando, desde Argenina, con la
solvente directora Lucía Zicos, debutando en Santiago tras esta
presentación.
Sólidamente formada (alumna del
maestro Guillermo Scarabino, bien recordado en Chile), Zicos dio
cuenta de un desbordante talento y consumada musicalidad, traducido
en formidables respuestas de los camaristas nacionales.
Dentro de la tradicional
itinerancia en Santiago y alrededores, se asistió a la correspondiente al Teatro
California de Ñuñoa, sede de la OCCH, y
nuevamente ante un fiel y numeroso público.
Saliéndose en esta oportunidad
del recurrente perfil con obras de compositores nacionales, se
consultó un atractivo programa clásico-romántico, incluyendo obras
de repertorio habitual y otras largamente ausentes.
Sólido inicio con la Obertura de
la ópera Don Giovanni de W.A. Mozart (asiduamente
programada por la OCCH), con debida claridad de discurso en un
asertivo carácter, inteligente adopción de tempi y completa claridad
de voces.
De Joachim Raff, compositor de origen suizo-alemán del siglo 19, se ofreció su Sinfonietta
para Vientos, Op. 188. Con un
amplio catálogo de obras (sinfonías, suites para orquesta, conciertos y operas),
fue cercano a Franz Liszt (llegando a
ser su secretario en Alemania), y antes de Felix
Mendelssohn, quien recomendó a su editor sus primeras obras para piano.
La Sinfonietta, obra de madurez y quizás la
más conocida, posee una atrapante linealidad auditiva, con magnífico
tratamiento de texturas (transparencias y timbres) más una entusiasta expresividad
(en lo rítmico y melódico), elementos que aseguran buena recepción en
transversales públicos.
Gran
trabajo de la maestra invitada, quien
hilvanó un continuum discursivo de
jerarquía. Magnífica plasticidad sonora, precisas marcaciones, calibrados
acentos y notable manejo de las dinámicas. Y de entera justicia la entusiasta retribución
del público ante la notable entrega
de la sección vientos junto a la
autorizada batuta.
Y como
última obra, una triunfal versión de
la Sinfonía N° 1 de F. Mendelssohn. Sobre esta sinfonía,
si bien es una obra compuesta a los 15 años -y en buena parte experimental-, empero,
refleja una notable proyección de la mejor tradición de Bach, Mozart, Haydn y Beethoven. A la vez, punto de inflexión en
sus trece sinfonías de cámara
previas, respecto a posibilidades expresivas, estructura y orquestación.
De
absoluto empoderamiento, la directora invitada dio cuenta de profundo
conocimiento, develando con entera propiedad la trama interna de la obra.
Convincente empuje en el frenético Allegro
di molto inicial, con neurálgicos tempi y excelentes contrastes,
continuando con una idiomática exposición del Andante, asimismo, un soberano manejo del Trio en el Menuetto (de gran
profundidad, dándose gran sentido
cantable de las “voces internas”),
amén de notables progresiones expresivas en el Allegro con fuoco final. Completa adhesión de los camaristas chilenos ante los autorizados
requerimientos interpretativos, logrando excelente calidad de sonido y completo
ajuste.
En suma, un importante debut en
Santiago de una de las más destacadas directoras
latinoamericanas, ameritándose mayores colaboraciones con orquestas
nacionales…
No hay comentarios:
Publicar un comentario