martes, 13 de junio de 2023

 

LO MEJOR FUE EL COMIENZO

 

Teatro Colón, temporada 2023. Segundo y último de los conciertos a cargo de la Orquesta Estable del Teatro, Director. Rodolfo Fischer. Solista: Estefan Iatcekiw (Piano). Programa. Obras de Debussy, Saint-Saëns y Mahler. 10 de Junio de 2023.

 

NUESTRA OPINION: BUENO.

 

Estas dos presentaciones de la Orquesta Estable del Teatro Colón, de las cuales de ésta última me referiré, fueron anunciadas dentro de la temporada oficial como actividad fuera de sede (se anunció el Teatro Coliseo). Sin embargo terminaron realizándose en la sala del Colón.  Del primero, Martha Cora Eliseht se refirió profusamente en esta página. Este segundo, comisionado al muy buen Maestro Chileno Rodolfo Fischer tuvo interesantes aristas aunque lo mejor fue al principio con una estupenda versión del “Preludio a la Siesta de un Fauno” de Claude Debussy, en el que el Maestro lució por las sutilezas que le extrajo al conjunto, sumadas a un estupendo manejo de los silencios y a un justísimo tempi.  El sector de flautas contó como solista a un estupendo Jorge de la Vega con intervenciones dignas del mayor elogio,  mientras que el resto de la Orquesta logró ensamblarse a la perfección.

 

  En la continuidad de la programación, se presentó una digna versión del Concierto para  Piano y Orquesta Nº 2 en Sol menor, Op. 22 de Camille Saint-Saëns para el que se obtuvo como solista al joven interprete Brasileño Estefan Iatcekiw. Obra muy compleja en donde ya el primer movimiento (Andante Sostenuto) presenta una llamativa elaboración en la que en muchos pasajes del mismo, solista y orquesta van por andariveles separados hasta coincidir en ataques en “forte” seguidos de breves diálogos entre sí. Aquí Iatcekiw se revelo como un muy interesante interprete en los pasajes de mayor intimidad y en algunos de los diálogos con la orquesta. En cambio en los ataques en forte su fuerza excesiva conspiró por momentos con la interpretación.

  Ya en el segundo (Allegro Scherzando) las cosas mejoraron desde el impecable manejo de Fischer en la guía del conjunto, una vez más preciso y sutil y un solista en pleno dominio de sus recursos.

  Desembocando ya en el Presto final asistimos a una correcta versión en donde volvió a reiterase en los forte un exceso en la fuerza de la interpretación por parte del solista. Sin embargo Iatcekiw logró cautivar a gran parte del público que ovacionó su labor, obligándolo de este modo a ofrecer dos bises de corte romántico en los que estuvo mucho más a gusto, culminando así en mejor forma su presentación.

 

  La parte final estuvo reservada a la Sinfonía Nº 1 en Re mayor “El Titán” de Gustav Mahler, la que fue abordada por Fischer en su versión definitiva de cuatro movimientos (hay una tendencia actual en muchos directores en realizar la versión original del cinco, pero el compositor decidió descartar de la partitura el segundo movimiento de dicha versión denominado “Blumine”, rescatado individualmente por Benjamin Britten quien así lo interpretó en 1976 al igual que lo hiciera el inolvidable Franz Paul Decker al frente de Ntra. Filarmónica de Buenos Aires en 1993).  Inspirado en la novela de Jean Paul Richter  que da por título a esta composición,  da comienzo con un movimiento que grafica en música un amanecer hasta la plena salida del sol “Langsam Schleppend” (despacio, lleva casi a un arrullo de la naturaleza). Hay fanfarrias fuera de escena, la tensión aumenta, hasta que una magnífica explosión musical honra a la salida del astro rey. Aquí el maestro Fischer exhibió su total conocimiento de la obra , buscando manejar desde los pianissimi  las sutilezas y silencios que allí se hallan, aunque la respuesta de conjunto fue algo dispar en ese sentido. Entrando ya en el segundo, música campesina de corte austríaco empleando el ritmo valseado del Ländler, asistimos a una mejor resolución por parte de Orquesta y Director. El tercero una llamativa “Marcha Funebre” inspirada en un cuadro denominado “El Funeral del Cazador”.  Mahler emplea en su comienzo un canon instrumental que aquí inició en magnífica forma Eilan Ortíz Cárdenas como contrabajo solista, mientras que la sección central conduce al empleo de la música Klezmer (folcklore judío), para luego entrelazarse ambos temas y que el primero sea el que extinguiéndose de manera lenta cierre este fragmento. Hay humor de corte corrosivo en Mahler (característica que mantendría en su música hasta el fin de sus días) y es en este punto en donde Fischer pudo explayarse a sus anchas en esta versión. Casi sin solución de continuidad, se pasó al “Tormentoso” final, fragmento que por muchos años (entre los sesenta y setenta de la pasada centuria) fuera utilizado por los noticieros televisivos argentinos para anunciar tragedias. Aquí la Estable respondió más precisa a las indicaciones del Maestro, más cuando al desembocar la música en el tema de Gloria que describe al héroe de la novela (también empleado por los noticieros para noticias destacadas) la orquesta ofreció todo lo mejor de sí misma.

 

  Podemos decir entonces que Fischer y la Estable emergieron airosos del desafío, redondeando una muy digna versión de esta obra. De todos modos lo más acabado fue el Debussy del inicio. Aunque sea solo por eso, valió la pena correrse hasta el Colón.

 

Donato Decina

No hay comentarios:

Publicar un comentario